Génesis: La crisis de Weimar

Acontecimientos políticos, económicos y militares relevantes entre noviembre de 1918 y septiembre de 1939

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Mijail Mijailovich
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Génesis: La crisis de Weimar

Mensaje por Mijail Mijailovich » Mar Jul 11, 2006 6:41 am

Génesis: La crisis de Weimar I

La República de Weimar se derrumbó en una situación de crisis realmente extraordinaria de legitimidad que coordinó una serie de tendencias destructivas, quizá superables de una en una, pero fatales en conjunto.

Esta crisis de legitimidad fue, al mismo tiempo, una crisis de la política popular en un sistema pluralista y de la política las élites.

La reducida base de la legitimidad que la República disfrutaba desde el principio, socavada por las crisis de la inflación y la reestabilización de mediados del decenio de 1920, quedó totalmente destruida en el contexto socioeconómico de los primeros años del decenio de 1930, lo cual supuso la desestabilización total del sistema político y un vacío en la política populista y en la representación de los intereses en la derecha.
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Mensaje por Mijail Mijailovich » Mar Jul 11, 2006 6:49 am

Génesis: La crisis de Weimar II

La creciente incapacidad de la élite de poder tradicional para controlar la organziación de la política en defensa de sus intereses -también quebrantados por la crisis económica- se reflejó en una serie de intentos frustrados de establecer un nuevo marco autoritario de gobierno.

Cada una de esas experiencias socavó aún más el Estado sin ofrecer nada claro para sustituirlo y demostró la incapacidad de las élites para dominar la política de movilización de masas.

En estas circunstancias, los elementos dominantes de las diversas "fracciones" de la élite alemana llegaron a aceptar finalmente (a finales de 1932), en muchos casos con reticencias, que la solución tenía que incluir a Hitler y el Partido Nazi. Para entonces, hacía tiempo que la única fuerza política que tenía posibilidades de hacer frente al nazismo -la clase obrera organziada- llevaba añs dividida, y hacía mucho que había dejado de desempeñar un papel significativo en la determinación de la lucha por el poder.
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Mensaje por Mijail Mijailovich » Mar Jul 11, 2006 6:57 am

Génesis: La crisis de Weimar III

Cuantao más profundas sean las divisiones ideológico-culturales, socioeconómicas y políticas de una sociedad, mayor es la propensión a encontrar atractivo un mensaje visionario que se centre en un salvador nacional.

Cuanto más palpables se hacían las diferencias sociales de la Alemania de Weimar, más atractiva era la idea de la "comunidad del pueblo" unificada que Hitler prometió crear.

Cuanto más se polarizaban las diferencias ideológicas, más evidente parecía la necesidad de una confrontación total con el enemigo ideológico.

Y cuanto más débiles se mostraban los gobiernos de Weimar para dominar las crisis, más patente era el atractivo del poder y la fuerza.

Por último, para completar el círculo, cuanto mayor era la debilidad que se señalaba como origen de la crisis de la nación, mayor era la atracción de la unidad total que sería posible mediante la implacable eliminación de las entidades débiles y corruptoras.
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Mensaje por Mijail Mijailovich » Mar Jul 11, 2006 7:10 am

Génesis: La crisis de Weimar IV

Así, el discurso nacionalista-racista-imperialista de la derecha radical, formado en la Alemania imperial y embellecido en gran medida por la Guerra, la derrota y la Revolución de 1918-19, fusionó aquella mezcla de prejuicio, resentimiento y odio para obtener una fe política, con Alemania y su dios, y con los judíos (especialmente con apariencia bolchevique) como diablo.

Cuando llegó la cola de la crisis económica de 1929, la corriente de mesianismo político, asentada desde hacía tiempo en la cultura política de la derecha radical, ya había llegado a vincularse a Hitler, que había acumulado el apoyo de la anterior derecha radical escindida.

En la siguiente crisis de legitimidad de Weimar (1932), la base impersonal del ejercicio funcional dle poder, en la que se apoya convencionalmente el moderno sistema de Estado capitalista, fue cada vez más atacada por quienes pensaban que habían sufrido las peores consecuencias. Así, se registró un violento bandazo hacia la aceptación de una premisa de gobierno totalmente distinta, basada en el ejercicio del poder personal unido a la responsabilidad personal.

Este movimiento "carismático" contaba conmasivos apoyos de todas las clases sociales, y no sólo de la pequeña burguesía. Esta magnitud del apoyo de masas a Hitler, y su enorme dinamismo como movimiento, explicaría el grado de radicalismo desplegado por el Estado fascista en el poder.
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José Luis
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Mensaje por José Luis » Mar Jul 11, 2006 4:05 pm

¡Buenos días a todos!

Estimado Mijailovich,

Yo me siento incapaz de abordar en unas cuantas líneas procesos y aspectos tan complejos y diferentes en el tiempo y el espacio sobre las diferentes crisis políticas que tuvo la República de Weimar. Una intención así, a mi juicio, es fatalmente estéril, por ello sólo voy a comentar lo que me parece más interesante de tu primer mensaje.

Cita de Mijailovich: [La reducida base de la legitimidad que la República disfrutaba desde el principio]

La República de Weimar (RdW, en adelante) se engendró durante un proceso revolucionario coincidente y consecuente con la derrota bélica alemana. La revolución de noviembre de 1918 (y esto ya daría para un debate en sí, además de que “revolución” en su sentido tradicional es un término demasiado ambicioso para aplicar al caso alemán, donde no siguieron cambios radicales en las tradicionales clases dominantes de las estructuras del poder) fue un torbellino imparable que, en un principio, unió a los grandes partidos políticos de la socialdemocracia alemana que se habían escindido anteriormente durante la Gran Guerra. Pero esta unión en las formas y objetivos iniciales de la revolución (sustitución de la Alemania imperial con su carácter feudal y militarista por una Alemania democrática) pronto se vio afectada por los diferentes modelos buscados, principalmente, por el sector mayoritario socialdemócrata, que deseaba una democracia parlamentaria y social ya fuese bajo la forma monárquica o republicana, y el sector radical socialista (la famosa Liga Espartaquista dirigida por Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg), que prefería culminar la revolución de noviembre a la manera bolchevique, esto es buscando una República socialista de corte soviético.

Esa confrontación política se iba a dilucidar en las estrategias políticas en los senos de los rätebewegungen (movimientos de los consejos), los consejos de soldados y obreros –de clara inspiración bolchevique- que fueron los auténticos protagonistas del proceso revolucionario alemán de 1918. Y a lo largo de este proceso de enfrentamiento político se cuajó el verdadero origen del fracaso final del resultado de ese proceso: la República de Weimar. Porque la RdW –y en esto me recuerda mucho a nuestra II República española- tuvo muy pocos partidarios y, en cambio, muchos detractores, tanto a izquierda como a derecha del espectro político.

Y de ese proceso revolucionario y enfrentamiento interno socialista surge lo que posteriormente una corriente historiográfica ha dado en llamar la "traición de la socialdemocracia" a las clases trabajadoras que la apoyaron durante el mismo, pues traición fue, según esta cuenta, lo que hizo el liderazgo político socialdemócrata al manipular ese sincero apoyo de la masa trabajadora. Y de ahí llegamos a lo que Mijailovich ha comentado sobre [la “reducida legitimidad” que la República disfrutaba desde el principio]. En efecto, la estrategia política que la socialdemocracia jugó con las fuerzas tradicionales que teóricamente debía combatir (derecha conservadora y ejército, principalmente), consistió en un compromiso político para derrotar al sector comunista (Espartaquista) que buscaba la República socialista. Esa manipulación restaba, claramente, legitimidad a la democracia parlamentaria que se iba a formar con la RdW. En cierta forma puede decirse que el SPD (Partido socialdemócrata alemán) revertió en contrarrevolución la revolución de noviembre de 1918.

Si examinamos las elecciones a la Asamblea Nacional de enero de 1919 podemos ver lo siguiente:

• Había 36.8 millones de ciudadanos con derecho a voto
• La participación fue notablemente alta, un 82.7%
• Los socialdemócratas obtuvieron el 37.9% de los votos (11.5 millones)
• El Partido Socialista Independiente logró el 7.8% (2.3 millones)
• Los católicos (el Zentrum) el 19.7% (5.9 millones)
• El DDP (Partido Demócrata) el 18.6% (5.6 millones)
• El resto de los votos se los llevaron nacionales y populares

El principal foco de atención, a mi juicio, es la alta participación ciudadana en las elecciones, clara demostración del fracaso del KPD (Partido Comunista Alemán), partido que nació de la fusión llevada a cabo por los diferentes cuadros Espartaquistas, que había abogado por la abstención. Pero este mayoritario deseo de cambio político y social de la ciudadanía alemana no viene determinado fundamentalmente por su anhelo republicano, sino por sus ganas de terminar la guerra, rematar el armisticio y recuperar la libertad. De hecho, muchos de esos votantes (y sus partidos políticos) no refrendarían la posterior Constitución de Weimar, pero éste es otro debate.

Lo que está claro es que la legitimidad prácticamente absoluta que engendró la revolución de 1918 se debilitó sustancialmente en su camino hacia la República de Weimar, aunque ésta naciera del acuerdo mayoritario (82.7%) de la ciudadanía con derecho a voto.

Saludos cordiales
José Luis
"Dioses, no me juzguéis como un dios
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Mensaje por Mijail Mijailovich » Mar Jul 11, 2006 11:41 pm

Bueno, José Luis, pues a estas alturas (literales) tal vez convenga introducir en el debate a la "Vieja Banda".

El movimiento fascista, por muy carismático que sea, y sin duda el encabezado por Hitler lo era, sólo puede llegar al poder si las élites tradicionales resultan incapaces de controlar los mecanismos de gobierno, y si en último término están dispuestas a ayudar en las maquinaciones para la toma del poder por el fascismo y a colaborar en el gobierno fascista.

El nacionalsocialismo, al igual que otros fascismos, requiere una explicación en términos tanto de su apariencia como de su función, tanto en términos de su retórica pública, como de su papel como vehículo de intereses que depositaron en él la "Vieja Banda" para mantener la hegemonía social.

¿Por qué?: el advenimiento de Hitler no fue un accidente histórico ("Betriebsunfall"), ni Hitler fue un encantador de serpientes, alguien que sedujo al pueblo alemán cuando éste estaba desesperado por las circunstancias derivadas del Tratado de Versalles, pro la inflación y por la depresión económica.

Pero, ¿quién era la "Vieja Banda"? Pues quien sujetó los estribos a Hitler mientras éste montaba el caballo de Alemania. Quien contribuyeron a que Hitler resultase respetable, quienes contribuyeron a dar todo el poder a un hombre al que creían estar encondiciones de domeñar.

La "Vieja Banda" era, pues, la vieja élite de poder alemana que vio en el nacionalsocialismo el agente más condiciones para ejercer una atracción radical, populista y contraria al sistema parlamentario y los elementos a la izquierda del sistema.
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Mensaje por Mijail Mijailovich » Mar Jul 11, 2006 11:53 pm

Efectivamente, José Luis, la Revolución de 1918 y la República de Weimar trajeron consigo la participación del SPD en el gobierno y la creación de un elaborado sistenma de bienestar social. La drástica racionalización económica que tuvo lugar después de la inflación de 1923, generó un sistema industrial capitalista todavía más moderno y eficiente, a costa de una tasa de desempleo alta y permanente, y de una mayor alienación de la pequeña burguesía.

Y estos rasgos se acentuaron con la crisi de 1929 y la consiguiente depresión, que fue má ssevera en Alemania que en cualquier otro país. Mientras el SPD bloqueó el intento de desmantelar el Estado de bienestar, el rápido crecimiento del Partido Comunista Alemán (KPD) amenzaba a la burguesía y a la "Vieja Banda" con algo mucho peor para ellos.

Y las diferentes fracciones del capital, aunque en términos económicos todas estaban de acuerdo en destruir el Estado del bienestar y al Partido Comunsita, así como en "frenar" a los sindicatos, a nivel político no fueron capaces de llegar a reconciliar sus intereses, más que en un sentido: destruir el Esatdo de Weimar y crear una dictadura, llevada a cabo por Hitler evebntualmente, y que contaría con su tolerancia o apoyo.

A eso me refería con lo de la reducida base de la legitimidad que la República disfrutaba desde el principio, no tanto porque la ciudadanía votara o no en alto porcentaje, sino porque "la hoja de ruta" de las élites tradicionales estaba por otras tareas.

Un cordial saludo
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Mensaje por Mijail Mijailovich » Jue Jul 13, 2006 3:22 am

Hola de nuevo.

El historiador británico Ian Kershaw, en un artículo publicado en el número 53 de la revista "Zona Abierta" (octubre-diciembre de 1989) formula líneas de continuidad desde las élites dominantes en Alemania que precipitaron la opción bélica en 1914, hasta la entrega del poder a Hitler que dejaban muy poco margen de maniobra al proyecto de Weimar:

"Ni una crisis económica importante ni la inestabilidad crónica del gobierno habrían sido suficientes por sín mismas para poner fin a la demcoracia de Weimar. Pero la profunda crisis d elegitimación, reflejada en la parálisis y la destrucción progresiva de un sistema parlamentario y pluralista, y la crisis paralela de las élites políticas, dispuestas a destruir el sistema parlamentaario y capaces de hacerlo pero incapaces de construir una base de masas alternativa y viable para el sistema autoritario, brindaron el "espacio político" en el cual el nazismo pudo convertirse en arma deseable de la ofensiva de la élite contra la izquierda."

No habría, pues, de acuerdo con esta interpretación, espacio para ese "fatalismo" con que suele caracterizarse a la República de Weimar (y, también, a la Segunda República Española), más pendiente de encontrar en cuestiones concretas, y fechas específicas, el "aquí comenzó el fin de ", o "esto es lo que acabó con", que de asumir que cuando las élites política tradicionales andan de crisis, parece que no hay mucho espacio para la democracia parlamentaria y el sistema pluralista de partidos.

No pretendo cargarme la memoria de Weimar, ni mucho menos.

Un cordial saludo.
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