Se proponía lanzar el ataque en 1943-1945 a más tardar, pues de no ser así el armamento alemán habría quedado anticuado e igualado por los restantes países, y quizás él podría ya haber fallecido. Ahora bien, se se presentaban determinadas circunstancias políticas, desencadenaría el ataque con anterioridad a estas fechas, dentro de pocos meses. Del acta de Hossbach se infiere también que el barón von Neurath, von Blomberg y von Fritsch pusieron objeciones a las ideas expuestas. Contrariamente a Hitler, no creían que Francia e Inglaterra permanecieran de brazos cruzados frente a las acciones militares planeadas.
Esta crítica discrepante fue uno de los motivos para que Hitler procediera de inmediato a una gran "depuración" en la jefatura del Estado y de la Wehrmacht, de la que fueron víctimas, entre otros, Blomberg y Fritsch. viewtopic.php?t=3580
Para conocer un poco más en profundidad al coronel Hossbach: viewtopic.php?t=3522
EL ACTA HOSSBACH (extracto)
Berlín, 10 de noviembre de 1937
Acta de la conferencia celebrada en la Cancillería del Reich el 5 de noviembre de 1937, de las 1615 a las 2030 horas.
Asistentes:
El Führer y Canciller del Reich, Adolf Hitler
El Ministro de la Guerra del Reich, mariscal von Blomberg
EL comandante en jefe del Heer, capitán general barón von Fritsch
El comandante en jefe de la Kriegsmarine, almirante Raeder
El comandante en jefe de la Luftwaffe, capitán general Göring
El Ministro de Asuntos Exteriores del Reich, barón von Neurath
El coronel del Heer, Friedrich Hossbach
El Führer inicia el parlamento manifestando que el objeto de la conferencia de hoy es de importancia tal que su debate en otros Estados sería muy posiblemente asunto de Gobierno; pero que él -el Führer-, considerando precisamente la importancia del asunto, no quería que fuera objeto de discusión en el seno del Gabinete del Reich. Las explicaciones que daría acto seguido -continuó- eran el resultado de reflexiones muy profundas y de la experiencia obtenida en sus cuatro años y medio de gobierno; quería exponer a los caballeros presentes sus ideas fundamentales sobre las posibilidades y necesidades de desenvolvimiento de nuestra situación política exterior y rogaba que, en interés de una política alemana orientada a largo plazo, sus exposiciones fueran consideradas como herencia testamentaria para caso de muerte.
El Führer hizo acto seguido la exposición siguiente: El objeto perseguido por la política alemana era la seguridad, sostenimiento e incremento de la masa de la nación. Por consiguiente, se trata del problema de lograr el espacio necesario.
La nación alemana contaba con ochenta y cinco millones de habitantes. Teniendo en cuenta este número de personas y la todalidad del espacio vital europeo, la masa nacional alemana repreentaba un núcleo de raza tan firmemente encerrado en sí como no había otro en país alguno; por otro lado, y habida cuenta de las razones antedichas, tenía más derecho que otros pueblos a un mayor espacio para vivir. El hecho de que el núcleo de la raza alemana no hubiera obtenido éxitos políticos en lo concerniente al espacio era consecuencia de una evolución histórica de siglos; si esta situación política continuara, ello supondría el máximo peligro para el mantenimiento de la nación alemana en su estado actual. Contener en Austria y Checoslovaquia el retroceso del germanismo era tan difícil como mantener el estado actual en la misma Alemania. Si en lugar del crecimiento se imponía la esterilización, las consecuencas acarrearían tensiones sociales al cabo de una serie de años, dado que las ideas políticas y filosóficas sólo tienen consistencia en tanto son capaces de crear las bases necesarias para llevar a vías de hecho las exigencias vitales para una nación. Por consiguiente, el futuro alemán estaba condicionado únicamente por la solución del espacio necesario; naturalmente, tal solución habría de ser intentada únicamente en un período de tiempo relativamente próximo: un período que abarcase quizás de una a tres generaciones.
El único remedio, quizá para nosotros un sueño, sería la conquista de un gran espacio vital, un anhelo que en todas las épocas ha sido el motor de la creación de los Estados y de las migraciones de los pueblos. Es explicable que estas aspiraciones no encuentran eco alguno en Ginebra y en Estados qeu tienen sus necesidades satisfechas. Si la seguridad de nuestra base alimenticia estuviese en primer plano, el espacio necesario para lograr esta seguridad hay que buscarlo sólo en Europa, pero no partiendo de conceptos liberal-capitalistas de explotación de colonias. No se trata de conseguir un aumento de población, sino de un espacio utilizable para la producción agrícola. También era más oportuno buscar en Europa, en comunicación directa con el Reich, y no en ultramar, las fuentes de materias primas; la solución habría de llegar en una o dos generaciones. Las necesidades que surgieran en el transcurso de los tiempos futuros habrían de ser resueltas por nuestros descendientes.
La evolución de las grandes formaciones mundiales se efectúa de una forma lenta -siguió exponiendo el Führer-, y el pueblo alemán, con su gran núcleo de raza, tiene para ello las condiciones más favorables dentro del continente europeo. La historia de todas las épocas -el Imperio romano, el británico- demuestra que toda conquista de espacio sólo puede llevarse a cabo quebrantando resistencias y exponiéndose a peligros. También son inevitables los retrocesos. Ni antes ni ahora han existido territorios sin dueño; el atacante tropieza siempre con el propietario. La cuestión para Alemania radica en ganar lo más posible exponiendo lo menos posible también...
La solución del problema alemán sólo puede ser lograda por la violencia, que jamás puede hallarse exenta de riesgos. Las guerras de Federico el Grande por la conquista de Silesia y las de Bismarck contra Austria y Francia habían entrañado un riesgo enorme, y la rapidez con que obró Prusia en 1870 había mantenido a Austria apartada de la guerra. Si en las exposiciones que siguien se coloca en primer lugar la decisión de emplear la violencia con el riesgo que lleva inherente, sólo queda responder a las preguntas "cuándo" y "cómo". En tal sentido hay que considerar tres casos:
Primer caso: período 1943-45
Transcurrido este plazo, son de esperar modificaciones únicamente en contra nuestra. El rearme del Ejército de Tierra, de la Marina de Guerra y del Arma Aérea, así como la formación del Cuerpo de oficiales ya habrían terminado. La dotación y el armamento son modernos, pero si se sigue esperando se corre el peligro de que queden anticuados. Particularmente, el secreto de las "armas especiales" no podría ser mantenido siempre. La obtención de reservas se limitaría a la recluta de las levas anuales, sin que se pudiera disponer ya de un complemento formado por quintas anteriores, carentes de instrucción. Nuestra potencia relativa disminuiría con respecto al mundo que nos rodea en lo que se refiere al rearme efectuado por ésta hasta tal momento. Si no actuáramos antes de 1943-45, la falta de reservas podría traer aparejada cada año una crisis de alimentación para cuya solución no se dispondría de las divisas necesarias. Esto habría de ser considerado como un "momento de debilidad del Régimen". Además, el mundo espera nuestra acometida y va adoptando año tras año mayores contramedidas. Mientras el mundo circundante se abroquela, nosotros nos veremos obligados a estar a la defensiva. Nadie sabe hoy todavía cuál será la verdadera situación en los años 1943-45. Lo único seguro es que no podemos seguir esperando. Por una parte, las necesidades creadas por el mantenimiento de un gran ejército, el envejecimiento del Movimiento y de sus jefes, y por otra, la perspectiva de una disminución del nivel de vida y la de nacimientos no dejan otra elección que actuar. Caso de que el Führer continuara con vida, adoptaría la decisión irrevocable de solucionar la cuestión del espacio vital alemán entre 1943 y 1945 lo más tarde. La necesidad de obrar antes de este plazo habría de ser tenida en cuenta en los casos 2 y 3.
Segundo caso:
Si las tensiones sociales en Francia terminaran con una crisis política interior que exigiera la intervención del Ejército, que así se vería imposibilitado para luchar contra Alemania, habría de ser considerado llegao el momento de proceder contra Checoslovaquia.
Tercer caso:
Si Francia estuviera atada por una guerra con tro Estado en tal forma que le impidera actuar contra Alemania.
Para mejorar nuestra situación político-militar, la primera meta a perseguir en cada caso sería llegar a un conflicto bélico y aplastar a Checoslovaquia y Austria al mismo tiempo a fin de excluir una posible amenaza contra los flancos del Oeste...
El Führer ve cercano el caso tercero, que podría producirse a consecuencia de las actuales tensiones existentes en el Mediterráneo. Y caso de surgir, está decidido a aprovecharlo, sea cualquiera el momento, incluso en el año 1938...
El momento de nuestro ataque a Checoslovaquia y Austria habría de depender del curso de la guerra italo-franco-británica, sin que hubiera de ser quizá simultáneo a la iniciación de las acciones bélicas de estas tres naciones. El Führer no piensa tampoco en acuerdos militares con Italia; al contrario, tiene la intencion de actuar con total independencia y, aprovechando esta ocasión favorable, que sólo se ofrece una vez, comenzar y llevar a término la campaña contra Checoslovaquia, el ataque a la cual se ha de efectuar con la "velocidad del rayo"...
Da fe de lo escrito:
Firmado: coronel Hossbach.
FUENTE: El Tercer Reich. Su historia en textos, fotografías y documentos. Heinz Huber y Artur Müller. Plaza & Janés SA 1967