Reichenau y el "Röhm Putsch"

Acontecimientos políticos, económicos y militares relevantes entre noviembre de 1918 y septiembre de 1939

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Reichenau y el "Röhm Putsch"

Mensaje por José Luis » Jue May 15, 2008 10:38 am

¡Hola a todos!

La Noche de los Cuchillos Largos (30 de junio al 2 de julio de 1934) se conoce en Alemania como "Röhm Putsch", una expresión ciertamente irónica si tenemos en cuenta que fue precisamente lo contrario, un putsch contra Röhm, ideado originalmente por Reichenau & Heydrich, de por medio el parabien de Blomberg, Himmler & Göring, y la aprobación y orden finales de Adolf Hitler.

La versión oficial nazi para el asesinato masivo ordenado por Hitler el 30 de junio de 1934 fue, en esencia, que Röhm y su camarilla de la SA, junto con el ex-canciller Schleicher y su círculo político cercano, habían cometido alta traición al conspirar con una potencia extranjera para llevar a cabo un coup d'état contra el gobierno legal de la República de Weimar. Esto era una patraña completa para ocultar la verdadera razón de esos crímenes: la lucha de Hitler por ganarse el respaldo total del Reichswehr en el momento de mayor crisis política de su gobierno desde que había sido nombrado canciller el 30 de enero de 1933.

Reichenau jugó un papel principal en la génesis y desarrollo de las intrigas que condujeron a los asesinatos del 30 de junio de 1934. Antes de entrar a comentar esas circunstancias, será interesante conocer al hombre.

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Mensaje por José Luis » Jue May 15, 2008 1:11 pm

Se acostumbra a señalar a Reichenau como el paradigma del oficial superior nazi. Pero esta identificación es engañosa, como lo son todas las generalidades. Es cierto que Reichenau simpatizó y colaboró con el régimen nazi, e incluso se afilió al Partido en una época en que tal circunstancia estaba prohibida a los miembros del Reichswehr. Pero hubiera hecho lo mismo con cualquier otro régimen si con ello podía conseguir sus dos grandes objetivos profesionales: un ejército poderoso libre de las cadenas de Versalles, bajo su mando. No recuerdo ahora al autor, pero una vez alguien tildó a Reichenau de "iconoclasta", en su acepción por extensión, esto es, como un enemigo de costumbres, símbolos y tradiciones (políticas, militares y sociales, en el caso de Reichenau). Nada lo define mejor.

En su detalle biográfico (1) sobre el Generalfeldmarschall Walter von Reichenau, Walter Goerlitz comenta que cuando estalló la IGM en 1914, una revista satírica alemana publicó una caricatura que representaba a un oficial prusiano saltando obstáculos en short y camiseta, con espuelas en sus zapatillas, y armado con un monóculo gigante. La caricatura representaba realmente al Leutnant von Reichenau, quien en el año anterior había visitado Estados Unidos, acompañado por Carl Diem y dos expertos más de los deportes alemanes, para preparar los Juegos Olímpicos que debían celebrarse en 1916. Los americanos llamaron a este grupo el “Comité Olímpico Alemán”.

Reichenau, que desde hacía tiempo era miembro del equipo de oficiales del Club Deportivo de Berlín, quedó impresionado por los americanos, quienes, en su opinión, poseían una mente práctica, fe en el futuro y sentido de la realidad. El tenis era el deporte favorito de Reichenau, pero igualmente gustaba de la caza, aunque no de la hípica, y del tiro. Sin embargo, consideraba el fútbol y el atletismo al margen de los verdaderos deportes de un oficial prusiano.

Reichenau nació el 8 de octubre de 1884 en Karlsruhe, hijo de un teniente general emparentado con una familia de clase media de Münster. Su familia había sido ennoblecida por sus servicios militares por los duques de Nassau, aunque carecían de propiedades y tradición prusiana. En 1903, Reichenau ingresó como oficial cadete en el 1º Regimiento de Artillería de Guardias; dos años más tarde era teniente segunda.

En 1908 Reichenau obtuvo una licencia de servicio para viajar con su padre (por negocios) a Sudamérica. Su padre era un experto en balística que, habiendo renunciado al servicio, pasó a formar parte del equipo de armas de Ehrhardt de Düsseldorf, que entonces competía con los Krupp de Essen. El gobierno argentino estaba muy interesado en el armamento moderno alemán, y Reichenau padre partió de viaje con su hijo, quien más tarde reconoció que estos viajes al extranjero habían sido cruciales para su formación, conociendo varios idiomas, de entre los cuales dominaba el inglés a la perfección. Dice Goerlitz que como resultado de esos viajes y su afición por los deportes se convirtió en un outsider en el ejército.

El estallido de la IGM en agosto de 1914 puso fin a las preparaciones alemanas de los Juegos Olímpicos y cogió a Reichenau en la Kriegsakademie. Fue al frente con el 1º Regimiento de Artillería de Campaña de Guardias de la Reserva, y como ayudante regimental fue transferido al Estado Mayor General por sus extraordinarios y variados talentos, sirviendo en todos los frentes, este y oeste. Cuando la revolución de noviembre de 1918, Reichenau se unió a la defensa fronteriza de la Alta Silesia como 1º Oficial de Estado Mayor General de la 7ª División de Fusiles de Caballería, una formación de voluntarios del nuevo ejército provisional. Fue aquí, en el cambio de año, en el castillo de Milisch, cuando Reichenau conoció a la condesa Alexandrine von Maltzen, de 24 años de edad, la hija del conde von Maltzen, un magnate terrateniente de Silesia. El 13 de abril de 1919 se casaron y Reichenau pasó de la baja nobleza a la aristocracia superior; el “hombre de las damas”, así fue conocido entonces. Y en 1940, cuando ya era un mariscal de campo, la cantante parisina Lucienne Boyer le llamó “le plus charmant des maréchaux allemands”.

(1) Walter Goertliz, "Reichenau", pp. 209-220 en Correlli Barnet, Hitler's Generals (New York: Grove Press, 1989). De Goerlitz son los datos biográficos que anteceden, datos que no me he parado a cotejar por no ser más que colaterales al tema principal del topic.

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Mensaje por José Luis » Jue May 15, 2008 2:53 pm

En 1920 el coronel Reichenau fue promovido a Jefe del Estado Mayor del Wehrkreis I en Prusia del Este, con el general von Blomberg como nuevo comandante de la 1ª División. Cuando en 1932 Blomberg fue destinado a Ginebra como jefe militar de la delegación de desarme alemana, Reichenau lo sustituyó como jefe del Wehrkreis I. Cuando en el otoño Hitler llegó a Konigsberg para una conferencia, Reichenau pidió a su mujer que asistiera a ella. Frau von Reichenau quedó impresionada por el discurso de Hitler, y en la misma tarde del día del discurso, Hitler y Reichenau fueron invitados a tomar el té a la casa del pastor del distrito, un simpatizante nazi que fue más tarde “Obispo del Reich” de la Iglesia Evangélica. De la conversación privada que mantuvieron ambos, Reichenau creyó que Hitler era el hombre que debía conducir a Alemania. Tardaría siete años en perder esa convicción.

Cuando el 30 de enero de 1933 fue nombrado por Hindenburg ministro de Defensa, lo primero que hizo Blomberg fue nombrar al coronel Reichenau, con grado de mayor general, Jefe del Ministeramt (Oficina Ministerial), re-denominada ahora Wehrmachtamt, retirando al antiguo jefe, coronel von Bredow, amigo personal de Schleicher, con el grado de mayor general. Cuando, según palabras del propio Hitler en 1945, “el peor enemigo”, el Jefe del Heeresleitung, Freiherr Kurt von Hammerstein-Equord, se retiró el 1 de febrero de 1934, Hitler propuso a Reichenau como su sustituto, pero Hindenburg rechazó la propuesta diciendo que era demasiado joven, demasiado superficial y demasiado “voluble”. Goerlitz dice que no se sabe a qué se refería Hindenburg, si a las actividades deportivas de Reichenau o a los rumores de sus (supuestos) devaneos amorosos.

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Mensaje por José Luis » Jue May 15, 2008 6:24 pm

Reichenau odiaba a los sicarios de Röhm y Himmler por su vulgaridad y brutalidad. "I hate these swastikamen" había dicho en inglés a su esposa Alexandrine (1), pero tenía claro desde un principio que quería utilizar el potencial militar de la SA para engrosar las filas del Reichsheer, neutralizando previamente a Röhm.

Röhm, que en 1933 se autoproclamaba el nuevo Scharnhorst del ejército, tenía entonces bajo sus órdenes directas unos 500.000 hombres de la SA, cinco veces el número de los hombres del Reichswehr, aunque sin armamento.

El plan de Reichenau para neutralizar a Röhm está bien hilvanado por Höhne y Barry (2). Propuso reforzar la defensa nacional introduciendo elementos de la milicia, y aquí entraba en juego la SA. Debido a los numerosos puntos débiles de los dispositivos defensivos del Reichswehr, especialmente en el Este, se planificó la formación de un "Servicio Este para la Protección Fronteriza" (SEPF en adelante), en forma de milicia, a cargo del ejército SA. Por otra parte, con la ayuda del Reichswehr, la SA llevaría a cabo el entrenamiento pre-militar de todas las organizaciones fuera de las fuerzas armadas.

A tal fin, en mayo de 1933, el Reichswehr y la SA concluyeron un acuerdo por medio del cual la SA y la asociación de ex-soldados nacionalistas "Stahlhelm" se sometían al Ministerio del Reichswehr. El Obergruppenführer Friedirch-Wilhelm Krüger se convirtió en el Director de Entrenamiento, quien, con la asistencia de un estado mayor del Reichswehr, debía entrenar a 250.000 hombres de la SA por año para su posterior entrada en el Reichswehr. Al mismo tiempo, Röhm tenía que absorber dentro de la SA a las asociaciones defensivas derechistas, especialmente a la Stahlhelm, pero en este último objetivo, Reichenau ocultaba una carta.

Conminó a Theodor Duesterberg, el líder de la Stahlhelm, a que enrolara tantos hombres como pudiera en la SA con la intención de desvirtuar la naturaleza del ejército de Röhm, convirtiéndolo en una mayoría de hombres de la Stahlhelm. Si, al mismo tiempo, los puestos más importantes en la organización de entrenamiento y en el SEPF eran ocupados por personal del Reichswehr, entonces Röhm quedaría en un segundo plano.

El plan funcionó bien al principio, especialmente en la organización de Krüger y el SEPF, pero Röhm salió al quite de la "invasión" de los Stahlhelm. Dividió a la SA en tres grupos de diferentes tamaños, y en el más importante de ellos, el llamado SA activo, colocó a sus propios hombres (500.000) y sólo a 314.000 Stahlhelm.

Ahora Röhm se disponía a reclamar su esfera de poder y a poner en práctica lo que él llamaba la "segunda revolución", cuestión que veremos en una próxima intervención.

(1) Entrevista mantenida por Harold C. Deutsch con Alix (Alexandrine) von Reichenau, viuda del mariscal, el 23 de junio de 1970, recogida en su libro Hitler and his Generals: The Hidden Crisis, Juanary-June 1938 (University of Minnesota Press, 1974), p. 11. Deutsch comenta igualmente algunos de los rasgos más llamativos de este extravagante personaje. Por ejemplo, en su etapa militar en Prusia del Este nunca dejó de asistir a las cenas organizadas por los antiguos combatientes del frente, judíos. Estaba totalmente en contra de la ideología radical nazi inculcada a las Juventudes Hitlerianas, por lo que tuvo la osadía de enviar un emisario personal a Inglaterra para ver la posibilidad de crear en Alemania una organización independiente de 100.000 muchachos bajo su patronazgo que se afiliarían con el movimiento internacional Boy Scout. Este asunto se lo reconfirmó a Deutsch, el 29 de junio de 1971, el príncipe Hubertus zu Loewenstein, un anti-nazi que estaba entonces en el exilio, y que fue abordado con la propuesta de Reichenau para servir de intermediario con los británicos, a lo que el príncipe se negó.

(2) Heinz Zollin Höhne y Richard Barry, The Order of the Death's Head: The Story of Hitler's SS (Penguin Books 2001), pp. 94 y ss.

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Mensaje por José Luis » Vie May 16, 2008 3:10 pm

¡Hola a todos!

Lo que más preocupaba al liderazgo del Reichswehr era la demanda inicial de Röhn de hacerse con el control del depósito de armamentos alemán del Este, pues iba en contra de su principio, al que Hitler había dado su aprobación, de que sólo el Reichswehr podía llevar armas en Alemania. Por ello, el Ministerio del Reichswehr rechazó, a partir de diciembre de 1933, cualquier posibilidad (Röhm) de base legal para la defensa nacional que no fuera la encarnada por el Reichswehr.

Sin embargo, Röhm, que el 1 de diciembre de 1933 fue nombrado por Hitler ministro sin cartera, aprovechó la coyuntura de la Conferencia de Desarme de Génova, en la que Francia se mostró partidaria de permitir que Alemania incrementara la fuerza de su ejército de milicias. Con tal motivo, inició de propia cuenta conversaciones con el agregado militar francés de Berlín, y en febrero de 1934 presentó por escrito al Reichswehr sus demandas, y lo hizo de forma tan desmedida que Blomberg vio en esas exigencias un claro intento de excluir al Reichswehr de sus responsabilidades en la defensa nacional, quedando meramente como una organización encargada del entrenamiento. En otras palabras, Röhm pretendía suplantar al Reichswehr con un ejército popular para asumir la defensa militar de Alemania.

Ante esta situación, Blomberg urgió a Hitler para que clarificara definitivamente el papel de la SA. Hitler, para quien ahora Röhm y sus hombres eran más un problema que una base de apoyo en su búsqueda de consolidación del poder, convocó al liderazgo del Reichswehr y la SA a una reunión en el Ministerio del Reichswehr el 28 de febrero de 1934. Allí aleccionó a sus pupilos para que llegaran al siguiente acuerdo formal: el Reichswehr era el único portador de armas en Alemania y la SA quedaba con la única responsabilidad del entrenamiento pre y post-militar. A continuación se celebró un almuerzo ceremonioso en el cuartel general de Röhm en la Standartenstrasse, donde los líderes de las dos organizaciones simbolizaron la firma del acuerdo con un apretón de manos.

Pero apenas se habían marchado los líderes del Reichswehr, cuando Röhm vociferó: "Lo que dice ese ridículo cabo no significa nada para nosotros....No tengo la más ligera intención de mantener este acuerdo. Hitler es un traidor y como mínimo debe irse de vacaciones...." (Höhne y Barry, 96). Había un SA-Obergruppenführer entre el auditorio de Röhm que quedó totalmente conmocionado al oír la retahila de irreverencias de Röhm, pensando que lo que allí estaba sucediendo era ni más ni menos que un acto de alta traición. Era el teniente retirado y comandante del SA Obergruppe de Hannover, Viktor Lutze, que muy pronto iba a caer en las manos de Reichenau.

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Mensaje por José Luis » Sab May 17, 2008 6:53 am

¡Hola a todos!

En marzo de 1934, Lutze se fue con la historia a Hitler, tras contársela previamente a un inoperante Rudolf Hess. Al parecer, Hitler le dio largas, diciéndole que había que dejar que al asunto siguiera su curso. Supongo que Hitler todavía no tenía muy claro qué hacer con su amigo Röhm. Lo cierto es que, posteriormente, durante un ejercicio en Braunfels, Lutze mostró a Reichenau una carta que había dirigido a Röhm recriminándole su campaña contra el Reichswehr. Reichenau le expresó su agradecimiento, pero debió quedar impresionado por la ingenuidad "política" de Lutze: "Este Lutze es un inocente. Será el Jefe de Estado Mayor [SA]" (Höhne y Barry, 97).

Lo que desconocía Lutze era que Reichenau llevaba varios días intrigando con Reinhard Heydrich en busca de la manera de acabar de una vez por todas con Röhm. Aunque Himmler era amigo de Röhm (si bien el concepto de amistad entre tales sujetos resulta un misterio para mí) y tenía sus dudas sobre el juego de Heydrich & Reichenau, éstas desaparecieron en la primavera de 1934, cuando la lealtad dio paso a la ambición. Göring, que estaba igualmente ávido de poder, se unió a esa alianza gangsteril para eliminar a Röhm. Sólo faltaba convencer a Hitler.

Aunque Heydrich se esforzó desde finales de abril y durante mayo para recoger pruebas para convencer a Hitler y el Reichswehr de las actividades ilegales (alta traición) de Röhm, sus resultados finales carecían de peso. Sin embargo, los acontecimientos políticos de junio de 1934 sirvieron de catalizador de la intriga de Reichenau & Heydrich, forzando a Hitler a tomar la decisión que llevó finalmente a la purga criminal del 30 de junio.

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Mensaje por José Luis » Dom May 18, 2008 10:08 am

¡Hola a todos!

La crisis de gobierno de mayo-junio de 1934 y los movimientos de Hitler hasta su decisión de ordenar los asesinatos del 30 de junio están bien explicados, por ejemplo, en Ian Kershaw, Hitler, 1889-1936 (Península), en el capítulo 12 (La Consolidación del Poder Total), y ahí remito al interesado.

Reichenau y Heydrich elaboraron el plan general para las acciones conjuntas del Reichswehr y las SS para eliminar a Röhm y los suyos. El 22 de junio Himmler llamó a Berlín al comandante del SS-Oberabschnitt (Centro), Freiherr von Eberstein, y le contó que Röhm estaba preparando un coup d'état. Eberstein tenía que estar en contacto con los comandantes de los distritos militares, mantener a sus hombres en estado de una "discreta alarma" y concentrarlos en los barracones cuando fuera dada la alarma. Al día siguiente, el coronel Fromm (jefe del Allgemeine Heeresamt) comunicó a su personal que el putsch de Röhm era inminente, que las SS de Himmler estaban del lado del Reichswehr, y que había que entregarles el armamento que solicitasen. El 24 de junio, Fritsch (el jefe del Reichsheer) puso en alerta a todos los comandantes de los distritos militares, advirtiéndoles del inminente golpe de Röhm. El 27 de junio Himmler ordenó a todos sus comandantes SD-Oberabschnitt para vigilar todos los movimientos de los líderes de la SA. Ese mismo día, Sepp Dietrich llegó al Ministerio del Reichswehr y pidió armas al jefe de la Sección de Organización del ejército para llevar a cabo una "misión secreta y de la mayor importancia ordenada por el Führer". Reichenau se encargó del transporte (ferrocarril) para las dos compañías del Leibstandarte encargadas del asalto contra la SA (junto con otros elementos de Eicke). Para la participación de Sepp Dietrich en la operación Kolibri recomiendo el libro de Charles Messenger, Hitler's Gladiator: The Life and Wars of Panzer Army Commander Sepp Dietrich (London: Conway, 2005), páginas 56 y siguientes.

Bien, llegamos ya al final de esta breve exposición. Lo que me interesa subrayar es que Reichenau sabía perfectamente (por haberla urdido) que la acusación de que Röhm estaba preparando un coup d'état no era más que un pretexto artificial que, por una parte, servía al liderazgo del Reichswehr para eliminar a un rival que le disputaba sus funciones, y, por otra parte, servía a Himmler y Heydrich para convertir a sus SS en la organización sucesora de la SA. En cuanto a Röhm, no había hecho otra cosa que, además de reclamar toscamente un mayor ámbito en su esfera de poder, tomar unas contramedidas para defenderse de las disposiciones ordenadas por el Reichswehr y la intriga que Blomberg, Reichenau, Himmler, Heydrich y Göring lanzaron contra él y sus hombres.

El propio Blomberg dio su acuerdo para el arresto de Schleicher, y Reichenau preparó el texto, una vez fue asesinado Schleicher, del anuncio oficial que establecía que Schleicher había sido muerto por ofrecer resistencia al arresto (Peter Hoffmann, History of the German Resistance, 1933-1945. MIT Press, 1977. p. 26). De hecho, dos hombres SS, en ropa de civil, habían forzado la casa de Schleicher, entrando en su estudio, donde el aturdido general fue preguntado si era realmente el general Schleicher. Murió al responder, sin tiempo siquiera para levantarse de su despacho. Le habían disparado cinco veces. Unos segundos después entró su mujer en el estudio; fue igualmente asesinada, se dice que en presencia de una hija de 14 años de edad.

Aunque Reichenau y Blomberg fueros los dos jefes militares que participaron en la intriga conjunta con las SS e, indirectamente, en la posterior ejecución del criminal plan, la complicidad del Reichswehr no se redujo solamente a esos dos jefes.

Los jefes del Heeresleitung y Truppenamt, Fritsch y Beck, no quedaron exentos de responsabilidad en ese ataque gangsteril al estado de derecho. Si bien es cierto que no conocían los pormenores de la intriga de Reichenau et al, ambos jefes sabían que la acusación contra la SA era una patraña.

Al repasar las fechas en la biografía de Nicholas Reynolds sobre Beck (Treason was no crime. Ludwig Beck, Chief of the German General Staff. William Kimber, 1976), me encuentro por fin la definición de Reichenau como "iconoclasta", cuyo autor (Reynolds) no recordaba cuando comencés este topic. Ya el 14 de junio, Beck encargó a su amigo Arno Moysischewitz que aconsejara a Schleicher, de quien se sospechaba que estaba involucrado en el pretendido golpe de Röhm, para que huyera de toda actividad política. Cuando Arno contactó con Schleicher, éste respondió indignado que no tenía nada que ver con ese supuesto asunto.

Días antes de que comenzara Kolibri, el general von Kleist se entrevistó con el líder de la SA de Silesia, un tal Heines, y de la sinceridad de la conversación ambos vinieron a descubrir que ninguna de las dos organizaciones, ni el ejército ni la SA, tenían intención de comenzar las hostilidades, a pesar de las preparaciones mutuas para defenderse la una de la otra y la otra de la una. Kleist prometió a Heines que haría todo lo posible para evitar lo que parecía una trama de un tercero. Voló a Berlín y reportó su conversación con Heines a Fritsch y Beck. Luego, especuló, expresó su opinión de que probablemente la SA y el Reichswehr estaban siendo enfrentados por una tercera parte, aludiendo a las SS. Fritsch y Beck remitieron a Kleist a Reichenau para que le repitiera la historia. Un cínico Reichenau tan sólo sentenció: "Eso puede ser muy cierto, pero ya es demasiado tarde" (Reynolds, 52).

El 30 de junio, a mediodía, Fritsch fue visto con Reichenau y Himmler en la villa de Göring en Berlín, donde se había establecido el puesto de mando para dirigir las operaciones conjuntas contra Röhm. Al parecer, Himmler ordenó los asesinatos políticos, Reichenau los movimientos de tropas y Göring la acción policial. Es imposible que, estando allí, Fritsch no supiera lo que estaba sucediendo.

En 1938 Blomberg y Fritsch fueron defenestrados por Hitler, y Beck dimitió de su cargo. En enero de 1942 Reichenau murió en un accidente aéreo después de sufrir una complicación cardiovascular. Hitler llevaba semanas sin querer saber nada de Reichenau; la sola mención de su nombre lo ponía fuera de sí.

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Juan Negrín
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Mensaje por Juan Negrín » Lun May 19, 2008 11:49 am

Gracias por la extensa y brillante exposición sobre el papel de Reichenau y otros en la purga de Röhm.

Mi opinión es que Reichenau debía ser un elemento de cuidado. Como ya se ha indicado en otro apartado de este foro, fue bastante claro sobre cuál debía ser, en su opinión, la forma de actuar del ejército alemán en el frente oriental.

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