Este tema es un extracto, más precisamente parágrafos seleccionados de 16 páginas de una obra de corte institucional: Bulgaria en la guerra contra la Alemania hitleriana, Sofía, Instituto de Historia Militar adjunto al Estado Mayor del Ejército Popular Búlgaro, 1988. El presidente de la comisión de redacción es Iako Moliov, en la misma figuran siete vicepresidentes y hay otras dieciocho personas en el colectivo de autores. La traducción del búlgaro al castellano fue realizada por Sofía Press.
Se trata de un libro de la llamada Guerra Patria Búlgara, es decir correspondiente al período del gobierno instalado el 9 de septiembre de 1944. No obstante la propaganda política y el contenido laudatorio, la obra describe con buen detalle las operaciones del Ejército Popular Búlgaro (EPB) de septiembre de 1944 a mayo de 1945.
El presente tema corresponde a la etapa previa, ya que se refiere al estado en que se encontraba el EPB al inicio de la nombrada guerra (pp. 64 a 79). Por supuesto, esto significa que la mayor parte del texto explica como estaba compuesto el antiguo Ejército cuando su país era un aliado del Eje. Sin embargo, debido a que también menciona las primeras modificaciones efectuadas en las fuerzas armadas búlgaras con la colaboración (y sospecho la imposición) soviética, considero que encuadra mejor en esta sección. Es una serie de 7 mensajes, incluyendo a este.
El estado del Ejército Popular Búlgaro al inicio de la guerra
El estado general del EPB al comienzo de la guerra estaba determinado por el estado en que se hallaban los órganos de dirección estratégica y operativa, por los tipos de fuerzas armadas, sus armamentos y su pertrechamiento, por los conceptos teóricos sobre la conducción de las operaciones y el combate, por la formación de las tropas y sus cualidades morales y políticas.
Ya el 9 de septiembre de 1944, el Gobierno del Frente de la Patria instituyó el cargo de comandante en jefe de las tropas búlgaras, que debía dirigir la preparación del Ejército y sus acciones en la guerra contra la Alemania fascista; y desde principios de octubre de 1944, el cargo de sustituto. El comandante en jefe estaba directamente subordinado al Gobierno, y cuando el Ejército quedó bajo la subordinación operativa del III Frente Ucraniano (en adelante III FU), cumplía también sus instrucciones y directrices.
El comandante en jefe asumía el mando del Estado Mayor del Ejército, llamado también Estado Mayor del Mando General, el cual tenía a su cargo numerosas y complejas tareas. Estaba bajo el mando de un jefe y un sustituto. El Estado Mayor del Ejército tenía una estructura adecuada y efectiva. Estaba compuesto por seis departamentos y ocho inspecciones.
El departamento más importante era el de operaciones. Éste elaboraba el plan de las operaciones bélicas de los comandantes y de los estados mayores y dirigía el mando de las tropas. Los oficiales de este departamento eran de carrera, tenían la formación necesaria y una considerable experiencia de servicio en el Estado Mayor.
El departamento de inteligencia del Estado Mayor organizaba y dirigía todo trabajo relacionado con esta cuestión. El departamento de construcción elaboraba reglamentos, estudiaba la experiencia de la guerra, determinaba las orientaciones del trabajo de las escuelas militares y dirigía la Comisión Militar Histórica y la Editorial Militar. Adjunto al Estado Mayor fue creado un sector para la labor educativa.
El así llamado IV departamento tenía a su cargo la estructuración orgánica del Ejército y de su capacidad movilizadora. El 15 de septiembre de 1944, dependiente del Estado Mayor se formó una sección de enlace con las misiones de los aliados y con la Comisión de Control de éstos. Esta sección contribuía a la ubicación de las tropas soviéticas en Bulgaria y aseguraba el alojamiento, la instalación y el aprovisionamiento de las misiones de los aliados.
El EPB incluía tres tipos de armas: Ejércitos de Tierra, Fuerza Aéreas y Marina de Guerra. Las tropas de Tierra no poseían un mando único ni su propio Estado Mayor. Los Ejércitos de hallaban bajo el mando directo del Ministerio de Guerra y del Estado Mayor de Ejército. Las fuerzas aéreas y navales tenían sus propios mandos.
La nueva situación estratégica militar en los Balcanes planteaba ante el Mando General del EPB y ante los estados mayores generales de operaciones la tarea fundamental de planificar, organizar y dirigir la guerra contra la Alemania fascista.
El 18 de septiembre, el Ejército activo pasó al mando del comandante del III FU. Bajo su dirección el Estado Mayor del Ejército inició la elaboración de un plan global de operaciones para la guerra contra Alemania. Mediante la elaboración del plan y las órdenes y disposiciones impartidas para la ofensiva del EPB se colocaron las bases del mando centralizado de los Ejércitos por el Estado Mayor y el comandante en jefe. Para organizar el enlace con los estados mayores de los ejércitos, el mando del III FU aseguró al Estado Mayor del Ejército dos líneas de comunicación militar.
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Las concepciones operativas y tácticas de los comandantes y los estados mayores, así como la preparación de las tropas a la hora de iniciar la Guerra Patria, se realizaban según los reglamentos. Éstos determinaban las bases del combate y la operación, la participación de los comandantes y los estados mayores en su organización y puesta en práctica, las tareas de las diferentes armas y tipos de ejército, etc.
En los ejercicios y maniobras estaba presente el deseo de aprovechar la experiencia de la IIGM. Todos los años se enviaban al frente oficiales para que analizaran las operaciones. El Estado Mayor del Ejército editaba periódicamente un folleto especial, en el cual se explicaba la experiencia militar ajena. En 1943 ese folleto se titulaba: Lecciones de las operaciones en el Frente Este y en el Frente Africano. Un defecto importante de estos textos era que presentaban al Ejército hitleriano como invencible.
En líneas generales, la teoría militar y las estrategias de guerra dependían del estado del armamento y de la técnica militar que se hallaba a disposición de las tropas. En el EPB existían ideas claramente formuladas sobre la organización y conducción de las operaciones. Éstas estaban contempladas en el Proyecto de Reglamento de 1938 sobre la acción de grandes unidades, guía teórica y metódica de preparación operativa, bien elaborada por aquel entonces.
Como métodos básicos de la ofensiva se estimaba el golpe frontal y la maniobra envolvente y de rodeo. La brecha se consideraba una maniobra básica en el caso de ofensiva contra posiciones de defensa y líneas fortificadas. En los casos de flancos abiertos siempre se preferían el rodeo y la maniobra envolvente. Se prestaba una gran atención al rodeo de la defensa del enemigo. Se recomendaba que se realizara desde los dos flancos con alas suficientemente firmes y ágiles que asestaran golpes de flanco. Para poder alcanzar una victoria rápida y decisiva, las fuerzas y medios básicos eran concentrados en la dirección principal, abrían una cuña y avanzaban en profundidad sobre la defensa del enemigo, llevando a cabo una estrecha interacción. De acuerdo con la teoría militar, la ofensiva debía realizarse sin treguas en las acciones, y la preparación de la operación se llevaba a cabo sobre la marcha de la precedente.
Para la ofensiva, el Ejército se formaba sobre una zona de fuego de 30 a 100km de anchura. Concentraba sus fuerzas en el sector de la cuña, para el cual se establecía un frente de 6 a 16km. El Ejército actuaba en una profundidad de 80 a 120km. El ritmo medio de avance era de 10-12km por 24h, y la duración de la operación, de una a dos semanas.
Los comandantes y los estados mayores, sin embargo, no poseían experiencia ni destreza en las operaciones de ofensiva. En algunos casos, los objetivos, las proporciones de la operación y las tareas de las tropas no eran concretas, y el grupo de ofensiva se formaba muy lejos, a dos distancias de avanzada del enemigo.
La formación operativa más apropiada del Ejército y del grupo de ejércitos se consideraba la escalonada. A la retaguardia se destinaban pocas fuerzas. En líneas generales, las concepciones y experiencia de los estados mayores en la organización y conducción de la defensa estaban próximas a los que serían los planteamientos militares de dirección de la SGM. Se preveía que el Ejército formase una defensa escalonada en profundidad, con dos posiciones en la zona de defensa, cada una con una profundidad de 4 a 9km. La distancia entre ellas tenía que ser de 10 a 15, y allí establecer varias posiciones de tiro y zonas de emplazamiento de artillería.
Las reservas del Ejército se disponían en la dirección del eventual golpe del enemigo, a unos 25km de profundidad de la defensa, y en caso de disponer de transporte, a una profundidad mayor.
Los contraataques se concebían como elemento de la defensa. Según la situación, se preveían contragolpes tanto en profundidad táctica como en profundidad de acción defensiva. Se dedicaba una atención especial a la maniobra en el curso del combate defensivo. En las acciones del enemigo se recomendaba desplazar a los sectores amenazados, las fuerzas y técnica de los sectores que no se encontraban en la línea del frente. A tales efectos, se empleaba la infantería y artillería motorizadas y cañones blindados.
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En los ejercicios y maniobras estaba presente el deseo de aprovechar la experiencia de la IIGM. Todos los años se enviaban al frente oficiales para que analizaran las operaciones. El Estado Mayor del Ejército editaba periódicamente un folleto especial, en el cual se explicaba la experiencia militar ajena. En 1943 ese folleto se titulaba: Lecciones de las operaciones en el Frente Este y en el Frente Africano. Un defecto importante de estos textos era que presentaban al Ejército hitleriano como invencible.
En líneas generales, la teoría militar y las estrategias de guerra dependían del estado del armamento y de la técnica militar que se hallaba a disposición de las tropas. En el EPB existían ideas claramente formuladas sobre la organización y conducción de las operaciones. Éstas estaban contempladas en el Proyecto de Reglamento de 1938 sobre la acción de grandes unidades, guía teórica y metódica de preparación operativa, bien elaborada por aquel entonces.
Como métodos básicos de la ofensiva se estimaba el golpe frontal y la maniobra envolvente y de rodeo. La brecha se consideraba una maniobra básica en el caso de ofensiva contra posiciones de defensa y líneas fortificadas. En los casos de flancos abiertos siempre se preferían el rodeo y la maniobra envolvente. Se prestaba una gran atención al rodeo de la defensa del enemigo. Se recomendaba que se realizara desde los dos flancos con alas suficientemente firmes y ágiles que asestaran golpes de flanco. Para poder alcanzar una victoria rápida y decisiva, las fuerzas y medios básicos eran concentrados en la dirección principal, abrían una cuña y avanzaban en profundidad sobre la defensa del enemigo, llevando a cabo una estrecha interacción. De acuerdo con la teoría militar, la ofensiva debía realizarse sin treguas en las acciones, y la preparación de la operación se llevaba a cabo sobre la marcha de la precedente.
Para la ofensiva, el Ejército se formaba sobre una zona de fuego de 30 a 100km de anchura. Concentraba sus fuerzas en el sector de la cuña, para el cual se establecía un frente de 6 a 16km. El Ejército actuaba en una profundidad de 80 a 120km. El ritmo medio de avance era de 10-12km por 24h, y la duración de la operación, de una a dos semanas.
Los comandantes y los estados mayores, sin embargo, no poseían experiencia ni destreza en las operaciones de ofensiva. En algunos casos, los objetivos, las proporciones de la operación y las tareas de las tropas no eran concretas, y el grupo de ofensiva se formaba muy lejos, a dos distancias de avanzada del enemigo.
La formación operativa más apropiada del Ejército y del grupo de ejércitos se consideraba la escalonada. A la retaguardia se destinaban pocas fuerzas. En líneas generales, las concepciones y experiencia de los estados mayores en la organización y conducción de la defensa estaban próximas a los que serían los planteamientos militares de dirección de la SGM. Se preveía que el Ejército formase una defensa escalonada en profundidad, con dos posiciones en la zona de defensa, cada una con una profundidad de 4 a 9km. La distancia entre ellas tenía que ser de 10 a 15, y allí establecer varias posiciones de tiro y zonas de emplazamiento de artillería.
Las reservas del Ejército se disponían en la dirección del eventual golpe del enemigo, a unos 25km de profundidad de la defensa, y en caso de disponer de transporte, a una profundidad mayor.
Los contraataques se concebían como elemento de la defensa. Según la situación, se preveían contragolpes tanto en profundidad táctica como en profundidad de acción defensiva. Se dedicaba una atención especial a la maniobra en el curso del combate defensivo. En las acciones del enemigo se recomendaba desplazar a los sectores amenazados, las fuerzas y técnica de los sectores que no se encontraban en la línea del frente. A tales efectos, se empleaba la infantería y artillería motorizadas y cañones blindados.
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Las concepciones tácticas expuestas en el Reglamento del servicio militar y en los demás eran relativamente cercanas a las de la SGM. El principal objetivo era el extermino de la fuerza del enemigo. El combate de ofensiva se consideraba la forma principal de combate y el único medio de triunfar, mientras que el encuentro frontal se veía como una variedad de la ofensiva. Eran adecuadas las ideas sobre la defensa en diferentes condiciones, el acoso, la retirada, el combate nocturno, así como las cuestiones de organización de la retaguardia, el transporte y el avituallamiento.
Según las concepciones del Ejército Búlgaro, la división era la principal unidad de servicio, la cual determinaba la capacidad del Ejército. A ella correspondían sectores de acción en una zona de ofensiva de 4-8 hasta 20km de anchura y en caso de combate de defensa, más de 8-12km.
Se preveía que las operaciones nocturnas se realizaran con objetivos, fuerzas y medios limitados.
En los reglamentos y durante los ejercicios se estudiaba y dominaba el paso de asalto de los ríos. El paso forzado sobre la marcha, ampliamente practicado por el Ejército Soviético, era desconocido por el nuestro.
Pese a la experiencia de la guerra, en caso de ofensiva seguía encargándose de esta operación la llamada “dirección de avance para el ataque”, ubicada a 2-4km de la avanzada de la defensa enemiga. Este modo de acción adolecía de graves insuficiencias: durante la preparación del ataque de artillería no se podía actuar eficazmente sobre el enemigo con armas de infantería y lanzaminas, y se le daba la posibilidad de atacar a las tropas de ofensiva al acercarse a la avanzada de su defensa; tampoco se organizaba totalmente el combate de las unidades inferiores; los soldados de ofensiva se extenuaban y sufrían bajas innecesarias aún antes de empezar el combate.
Durante la preparación del combate no disponían de suficiente experiencia para organizar y mantener la coordinación entre las armas, las fuerzas armadas y las unidades y resolver sobre el terreno las cuestiones fundamentales de la interacción de la infantería con la artillería y los tanques.
Los problemas de aseguramiento de la retaguardia, en líneas generales, eran conocidos. El reglamento sobre la estructura de la retaguardia en tiempos de guerra dedicaba la atención necesaria al avituallamiento y abastecimiento. No se tomaban en cuenta lo suficiente las concepciones más modernas y la experiencia de la guerra de que las subdivisiones e instituciones de la retaguardia se ubicaran cerca de la línea de avanzada, lo que en algunos casos dificultaba el abastecimiento de las tropas.
El mando de las tropas se llevaba a cabo desde un punto de mando, que estaba integrado por un Estado Mayor, uno o varios puestos de observación y el centro de comunicaciones. Éstos estaban dispuestos unos junto a otros, mientras que, tratándose de pequeñas unidades contaban solamente de mando y observación. En los documentos normativos no se precisaba regla alguna sobre la distancia que debía separar los puestos de mando de las tropas durante las diferentes operaciones, debido a lo cual se daban casos en que los comandantes y los estados mayores de las unidades se quedaran a la zaga de las tropas.
La necesidad de incorporación inmediata de Bulgaria a la guerra contra la Alemania fascista impuso que el EPB diera comienzo a las operaciones militares contando con la organización de la tropa y de los estados mayores que existía en los tiempos de paz y guerra.
El EPB, según la organización de los tiempos de paz y de guerra, en vísperas de la guerra tenía la siguiente estructura de efectivos:
......................................................Efectivos
Tipo de fuerza armada..........Tiempos de paz.........Tiempos de guerra
Ejército de Tierra....................155.723.....................744.341
Ejército del Aire.......................18.910......................52.280
Marina................................... 7.988......................15.851
Total...................................182.621.....................812.562
La distribución de los efectivos de tiempos de paz, según los tipos de fuerzas armadas, era inadecuada y representaba el 85,4%, el 10,3% y el 4,3% respectivamente. Esto correspondía a las concepciones de la época sobre su papel en combate. Por ejemplo, en las Fuerzas Armadas de la URSS en junio de 1941 esa correlación era de 79,3%, 11,5% y 5,8% (el 3,4% lo formaban las tropas de la defensa antiaérea).
La plantilla de la época de guerra requería que los efectivos se cuadruplicaran, lo cual significaba un gran esfuerzo para el pueblo y el Estado. Además, las tropas de Tierra debían aumentar 4,8 veces, las aéreas 2,8, y las fuerzas navales, 2 veces.
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Según las concepciones del Ejército Búlgaro, la división era la principal unidad de servicio, la cual determinaba la capacidad del Ejército. A ella correspondían sectores de acción en una zona de ofensiva de 4-8 hasta 20km de anchura y en caso de combate de defensa, más de 8-12km.
Se preveía que las operaciones nocturnas se realizaran con objetivos, fuerzas y medios limitados.
En los reglamentos y durante los ejercicios se estudiaba y dominaba el paso de asalto de los ríos. El paso forzado sobre la marcha, ampliamente practicado por el Ejército Soviético, era desconocido por el nuestro.
Pese a la experiencia de la guerra, en caso de ofensiva seguía encargándose de esta operación la llamada “dirección de avance para el ataque”, ubicada a 2-4km de la avanzada de la defensa enemiga. Este modo de acción adolecía de graves insuficiencias: durante la preparación del ataque de artillería no se podía actuar eficazmente sobre el enemigo con armas de infantería y lanzaminas, y se le daba la posibilidad de atacar a las tropas de ofensiva al acercarse a la avanzada de su defensa; tampoco se organizaba totalmente el combate de las unidades inferiores; los soldados de ofensiva se extenuaban y sufrían bajas innecesarias aún antes de empezar el combate.
Durante la preparación del combate no disponían de suficiente experiencia para organizar y mantener la coordinación entre las armas, las fuerzas armadas y las unidades y resolver sobre el terreno las cuestiones fundamentales de la interacción de la infantería con la artillería y los tanques.
Los problemas de aseguramiento de la retaguardia, en líneas generales, eran conocidos. El reglamento sobre la estructura de la retaguardia en tiempos de guerra dedicaba la atención necesaria al avituallamiento y abastecimiento. No se tomaban en cuenta lo suficiente las concepciones más modernas y la experiencia de la guerra de que las subdivisiones e instituciones de la retaguardia se ubicaran cerca de la línea de avanzada, lo que en algunos casos dificultaba el abastecimiento de las tropas.
El mando de las tropas se llevaba a cabo desde un punto de mando, que estaba integrado por un Estado Mayor, uno o varios puestos de observación y el centro de comunicaciones. Éstos estaban dispuestos unos junto a otros, mientras que, tratándose de pequeñas unidades contaban solamente de mando y observación. En los documentos normativos no se precisaba regla alguna sobre la distancia que debía separar los puestos de mando de las tropas durante las diferentes operaciones, debido a lo cual se daban casos en que los comandantes y los estados mayores de las unidades se quedaran a la zaga de las tropas.
La necesidad de incorporación inmediata de Bulgaria a la guerra contra la Alemania fascista impuso que el EPB diera comienzo a las operaciones militares contando con la organización de la tropa y de los estados mayores que existía en los tiempos de paz y guerra.
El EPB, según la organización de los tiempos de paz y de guerra, en vísperas de la guerra tenía la siguiente estructura de efectivos:
......................................................Efectivos
Tipo de fuerza armada..........Tiempos de paz.........Tiempos de guerra
Ejército de Tierra....................155.723.....................744.341
Ejército del Aire.......................18.910......................52.280
Marina................................... 7.988......................15.851
Total...................................182.621.....................812.562
La distribución de los efectivos de tiempos de paz, según los tipos de fuerzas armadas, era inadecuada y representaba el 85,4%, el 10,3% y el 4,3% respectivamente. Esto correspondía a las concepciones de la época sobre su papel en combate. Por ejemplo, en las Fuerzas Armadas de la URSS en junio de 1941 esa correlación era de 79,3%, 11,5% y 5,8% (el 3,4% lo formaban las tropas de la defensa antiaérea).
La plantilla de la época de guerra requería que los efectivos se cuadruplicaran, lo cual significaba un gran esfuerzo para el pueblo y el Estado. Además, las tropas de Tierra debían aumentar 4,8 veces, las aéreas 2,8, y las fuerzas navales, 2 veces.
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Las tropas de Tierra incluían la infantería, artillería, artillería antiaérea, caballería, tanques blindados, ingenieros, tropas de comunicación y ferroviarios. La infantería era la más numerosa (el 54%) y constituía el arma principal. Le seguía la artillería (el 18%).
Se consideraba oportuno que la infantería dirigiese por sí misma el servicio de reconocimiento, la seguridad, e incluso en algunos casos, condujera las operaciones de ofensiva. La infantería estaba compuesta por secciones y unidades con capacidad para asestar golpes y descargas de fuego.
En el período que media entre 1941 y 1944 (hasta el 9 de septiembre), se acrecentó de 1,5 a 1,7 veces el armamento de fuego de la división de infantería. Algunas deficiencias como la falta de tanques en la división y de artillería en los regimientos se debían principalmente a que el país no contaba con una producción propia y a sus limitadas posibilidades financieras.
El batallón de infantería era ligero pero eficaz en el combate. Disponiendo de dos compañías en el primer convoy, tras un reforzamiento normal, podían asegurar de 10 a 12 disparos por minuto en cada metro en los casos de ofensiva y de 5 a 7 disparos en los casos de defensa. Estas posibilidades correspondían a las normas establecidas por la experiencia del Ejército Soviético.
El regimiento de infantería, en comparación con el del enemigo, tenía más efectivos, pero la artillería, lanzaminas, armas automáticas y transporte motorizado era menor. Si añadimos a eso la falta de tanques podría decirse que el armamento de fuego era menor y su capacidad de maniobrar era insuficiente.
La división de infantería tenía una estructura adecuada. Estaba compuesta por tres regimientos de infantería y uno de artillería, un destacamento de ametralladoras pesadas, ingenieros de asalto, comunicaciones, armas blindadas y transporte de carros, una sección de caballería, una batería y diversos servicios. Superaba en artillería (cuatro secciones de tres baterías cada una) a la división del enemigo. El transporte motorizado de la división era escaso, de ahí que careciera de suficiente movilidad. Tampoco eran suficientes sus equipos de defensa antiaérea.
El eslabón denominado “cuerpo”, en la estructura de las tropas se introdujo en el segundo período de la Guerra Patria. El cuerpo era considerado una formación con un número variable de divisiones.
El Ejército estaba compuesto por 2, 3 o más divisiones, un regimiento suplementario de infantería, uno de artillería, otro de ingeniería, un destacamento de comunicaciones (regimiento), una sección de artillería antiaérea, un batallón de tanques y otro, antitanques. Los Ejércitos no poseían destacamentos blindados ni tanques, y su artillería era insuficiente. Eso les impedía tener un poder de ataque necesario frente al enemigo. La artillería existente en el Ejército, junto con el refuerzo de un regimiento de artillería, podía asegurar una densidad de artillería de la dirección principal del ataque (sector de la brecha de 6 a 8km) de 60 a 80 cañones por kilómetro de frente, lo que era de 2,5 a 3 veces menor que la norma establecida durante la SGM.
El grupo de ejércitos se concebía como una unidad operativa con mando y enlaces propios, pero sin funciones de avituallamiento. Se recomendaba que se creara sólo en ciertos casos, a fin de unir las acciones en una zona importante.
El EPB heredó del antiguo Ejército las siguientes piezas de artillería: 1.575 lanzaminas y 3.287 cañones. Las principales piezas eran de buen calibre y tiro rápido. El calibre de los lanzamientos de los regimientos (81mm) y de parte considerable de los cañones y los obuses (alrededor del 75% tenían un calibre menor de 100mm) era pequeño.
Las divisiones antitanque estaban pertrechadas con cañones de 37, 50 y 75mm. Los cañones de 37mm poseían un alcance de tiro corto y poca fuerza de perforación. Los demás calibres y sistemas estaban conservados y tenían buenas características táctico-tecnicas. La falta de suficientes cañones antitanques en los regimientos, divisiones y ejércitos no permitía organizar una fuerte defensa en ese sentido.
La artillería antiaérea disponía de cañones de calibres de 20, 27, 75 y 88. Ante las limitadas posibilidades del enemigo aéreo, se aseguraba la defensa antiaérea necesaria de los principales objetivos militares.
Desde el punto de vista táctico, para la acción más estrecha con la infantería se preveía que la artillería de la división de infantería formase, con sus unidades y los refuerzos recibidos, grupos de apoyo directo a los regimientos de infantería y un grupo de acciones comunes. La composición de los grupos y sus posiciones de tiro eran determinadas por el comandante de la división, a propuesta del jefe de la artillería. Se preveía que sólo en determinados casos se formaran grupos de artillería.
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Se consideraba oportuno que la infantería dirigiese por sí misma el servicio de reconocimiento, la seguridad, e incluso en algunos casos, condujera las operaciones de ofensiva. La infantería estaba compuesta por secciones y unidades con capacidad para asestar golpes y descargas de fuego.
En el período que media entre 1941 y 1944 (hasta el 9 de septiembre), se acrecentó de 1,5 a 1,7 veces el armamento de fuego de la división de infantería. Algunas deficiencias como la falta de tanques en la división y de artillería en los regimientos se debían principalmente a que el país no contaba con una producción propia y a sus limitadas posibilidades financieras.
El batallón de infantería era ligero pero eficaz en el combate. Disponiendo de dos compañías en el primer convoy, tras un reforzamiento normal, podían asegurar de 10 a 12 disparos por minuto en cada metro en los casos de ofensiva y de 5 a 7 disparos en los casos de defensa. Estas posibilidades correspondían a las normas establecidas por la experiencia del Ejército Soviético.
El regimiento de infantería, en comparación con el del enemigo, tenía más efectivos, pero la artillería, lanzaminas, armas automáticas y transporte motorizado era menor. Si añadimos a eso la falta de tanques podría decirse que el armamento de fuego era menor y su capacidad de maniobrar era insuficiente.
La división de infantería tenía una estructura adecuada. Estaba compuesta por tres regimientos de infantería y uno de artillería, un destacamento de ametralladoras pesadas, ingenieros de asalto, comunicaciones, armas blindadas y transporte de carros, una sección de caballería, una batería y diversos servicios. Superaba en artillería (cuatro secciones de tres baterías cada una) a la división del enemigo. El transporte motorizado de la división era escaso, de ahí que careciera de suficiente movilidad. Tampoco eran suficientes sus equipos de defensa antiaérea.
El eslabón denominado “cuerpo”, en la estructura de las tropas se introdujo en el segundo período de la Guerra Patria. El cuerpo era considerado una formación con un número variable de divisiones.
El Ejército estaba compuesto por 2, 3 o más divisiones, un regimiento suplementario de infantería, uno de artillería, otro de ingeniería, un destacamento de comunicaciones (regimiento), una sección de artillería antiaérea, un batallón de tanques y otro, antitanques. Los Ejércitos no poseían destacamentos blindados ni tanques, y su artillería era insuficiente. Eso les impedía tener un poder de ataque necesario frente al enemigo. La artillería existente en el Ejército, junto con el refuerzo de un regimiento de artillería, podía asegurar una densidad de artillería de la dirección principal del ataque (sector de la brecha de 6 a 8km) de 60 a 80 cañones por kilómetro de frente, lo que era de 2,5 a 3 veces menor que la norma establecida durante la SGM.
El grupo de ejércitos se concebía como una unidad operativa con mando y enlaces propios, pero sin funciones de avituallamiento. Se recomendaba que se creara sólo en ciertos casos, a fin de unir las acciones en una zona importante.
El EPB heredó del antiguo Ejército las siguientes piezas de artillería: 1.575 lanzaminas y 3.287 cañones. Las principales piezas eran de buen calibre y tiro rápido. El calibre de los lanzamientos de los regimientos (81mm) y de parte considerable de los cañones y los obuses (alrededor del 75% tenían un calibre menor de 100mm) era pequeño.
Las divisiones antitanque estaban pertrechadas con cañones de 37, 50 y 75mm. Los cañones de 37mm poseían un alcance de tiro corto y poca fuerza de perforación. Los demás calibres y sistemas estaban conservados y tenían buenas características táctico-tecnicas. La falta de suficientes cañones antitanques en los regimientos, divisiones y ejércitos no permitía organizar una fuerte defensa en ese sentido.
La artillería antiaérea disponía de cañones de calibres de 20, 27, 75 y 88. Ante las limitadas posibilidades del enemigo aéreo, se aseguraba la defensa antiaérea necesaria de los principales objetivos militares.
Desde el punto de vista táctico, para la acción más estrecha con la infantería se preveía que la artillería de la división de infantería formase, con sus unidades y los refuerzos recibidos, grupos de apoyo directo a los regimientos de infantería y un grupo de acciones comunes. La composición de los grupos y sus posiciones de tiro eran determinadas por el comandante de la división, a propuesta del jefe de la artillería. Se preveía que sólo en determinados casos se formaran grupos de artillería.
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A nivel táctico, el aprovechamiento centralizado de la artillería se llevaba relativamente bien. Estaba previsto que el mando de la división se unificara con el jefe de la artillería. Se pretendía que, durante la organización del ataque, la dirección de fuego fuera centralizada, mientras que en los casos de profundidad y acoso fuera descentralizada. A fin de obtener una mayor autonomía en el combate, a las unidades de la infantería desplegadas en diferentes direcciones, se las pertrechaba con armas de artillería (de destacamento de artillería hasta pelotón).
Loa estados mayores de artillería de los Ejércitos no estaban suficientemente desarrollados y carecían de habilidad en cuanto a planificación centralizada y a mando de fuego y de la capacidad de maniobra de los grandes grupos de artillería.
No se tenía la pericia necesaria en el empleo masivo de la artillería y de su ataque de fuego hacia la dirección principal. El método soviético de ofensiva de artillería, que era nuevo y efectivo en el combate y en la operación de ofensiva, era desconocido. La artillería, como auxiliar de la infantería, era insuficiente. Esto disminuía la fuerza de ataque de la infantería y la lucha se saldaba con numerosas bajas innecesarias. Independientemente de las carencias señaladas, la preparación de la artillería para la conducción de combates era buena.
Las tropas blindadas eran consideradas un poderoso medio de fuego para operar a distancias cortas contra posiciones fortificadas. Se recomendaba que fueran empleadas masiva y conjuntamente con las demás armas y, ante todo, con la infantería. En casos de ofensiva de ésta se añadían tanques, que debían ser empleados para su apoyo directo, para ataques repentinos en la retaguardia del enemigo y para los servicios de reconocimiento, y en caso de defensa, se incorporaba a la defensa.
Se había aceptado la actual conclusión de que los tanques eran lo mas adecuado para las acciones de profundidad operativa. Al actuar en profundidad las unidades de tanques podían alejarse hasta 200km de sus propias tropas. Pero la parte efectiva de las tropas blindadas –el 3% de los efectivos de Tierra y alrededor del 6% de la infantería- no aseguraba la base material para estas concepciones correctas.
Las tropas blindadas estaban pertrechadas de tanques ligeros y medianos. Los tanques ligeros servían principalmente para los servicios de reconocimiento y de seguridad. Los medianos tipo IV pesaban 30 toneladas, tenían un cañón de 75mm, una ametralladora y un buen blindaje. Podían cumplir tareas de combate. El número total de tanques del EPB hacia el 9 de septiembre de 1944 era de 135.
En cuanto a organización, las tropas blindadas habían sido reducidas a una brigada. Se preveía introducir destacamentos blindados en los Ejércitos, pero esto no podía llevarse a cabo por falta de material. La brigada blindada tenía un regimiento blindado, uno motorizado y otro de artillería. Los tanques disponibles no daban abasto para el apoyo directo a la infantería, ni tampoco para operaciones independientes en profundidad operativa.
La caballería era un arma muy apropiada para el reconocimiento y la acometida, en cuanto a su estructura, estaba compuesta por una división, dos brigadas y un batallón de guardia. Las divisiones de infantería tenían un batallón de caballería y un escuadrón de policía militar. La caballería poseía armas de fusilería semejantes a las de la infantería. La falta de artillería motorizada disminuía su posibilidad de maniobra y de ataque. Se preveía que la división de caballería se empleara en el servicio de reconocimiento, el acoso, la defensa de zonas determinadas y en la retaguardia del enemigo, así como en los combates relámpago, etc. En las operaciones efectuadas en profundidad en la zona enemiga, la caballería, reforzada por la infantería y la artillería motorizada, podía alejarse a una distancia de 40 a 100km de sus tropas.
La caballería adolecía de una gran deficiencia: precisamente en su preparación se perfilaba la imposibilidad de mantener una acción conjunta con las demás armas, sobre todo, con la infantería.
Continúa...
Loa estados mayores de artillería de los Ejércitos no estaban suficientemente desarrollados y carecían de habilidad en cuanto a planificación centralizada y a mando de fuego y de la capacidad de maniobra de los grandes grupos de artillería.
No se tenía la pericia necesaria en el empleo masivo de la artillería y de su ataque de fuego hacia la dirección principal. El método soviético de ofensiva de artillería, que era nuevo y efectivo en el combate y en la operación de ofensiva, era desconocido. La artillería, como auxiliar de la infantería, era insuficiente. Esto disminuía la fuerza de ataque de la infantería y la lucha se saldaba con numerosas bajas innecesarias. Independientemente de las carencias señaladas, la preparación de la artillería para la conducción de combates era buena.
Las tropas blindadas eran consideradas un poderoso medio de fuego para operar a distancias cortas contra posiciones fortificadas. Se recomendaba que fueran empleadas masiva y conjuntamente con las demás armas y, ante todo, con la infantería. En casos de ofensiva de ésta se añadían tanques, que debían ser empleados para su apoyo directo, para ataques repentinos en la retaguardia del enemigo y para los servicios de reconocimiento, y en caso de defensa, se incorporaba a la defensa.
Se había aceptado la actual conclusión de que los tanques eran lo mas adecuado para las acciones de profundidad operativa. Al actuar en profundidad las unidades de tanques podían alejarse hasta 200km de sus propias tropas. Pero la parte efectiva de las tropas blindadas –el 3% de los efectivos de Tierra y alrededor del 6% de la infantería- no aseguraba la base material para estas concepciones correctas.
Las tropas blindadas estaban pertrechadas de tanques ligeros y medianos. Los tanques ligeros servían principalmente para los servicios de reconocimiento y de seguridad. Los medianos tipo IV pesaban 30 toneladas, tenían un cañón de 75mm, una ametralladora y un buen blindaje. Podían cumplir tareas de combate. El número total de tanques del EPB hacia el 9 de septiembre de 1944 era de 135.
En cuanto a organización, las tropas blindadas habían sido reducidas a una brigada. Se preveía introducir destacamentos blindados en los Ejércitos, pero esto no podía llevarse a cabo por falta de material. La brigada blindada tenía un regimiento blindado, uno motorizado y otro de artillería. Los tanques disponibles no daban abasto para el apoyo directo a la infantería, ni tampoco para operaciones independientes en profundidad operativa.
La caballería era un arma muy apropiada para el reconocimiento y la acometida, en cuanto a su estructura, estaba compuesta por una división, dos brigadas y un batallón de guardia. Las divisiones de infantería tenían un batallón de caballería y un escuadrón de policía militar. La caballería poseía armas de fusilería semejantes a las de la infantería. La falta de artillería motorizada disminuía su posibilidad de maniobra y de ataque. Se preveía que la división de caballería se empleara en el servicio de reconocimiento, el acoso, la defensa de zonas determinadas y en la retaguardia del enemigo, así como en los combates relámpago, etc. En las operaciones efectuadas en profundidad en la zona enemiga, la caballería, reforzada por la infantería y la artillería motorizada, podía alejarse a una distancia de 40 a 100km de sus tropas.
La caballería adolecía de una gran deficiencia: precisamente en su preparación se perfilaba la imposibilidad de mantener una acción conjunta con las demás armas, sobre todo, con la infantería.
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La historia tergiversada no es historia inofensiva. Es peligrosa.
Eric Hobsbawm
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Ejército Popular Búlgaro
La tarea principal de las tropas de ingeniería era construir y mantener las comunicaciones y el camuflaje. Se subrayaba su importante papel a la hora de abrir brechas en zonas fortificadas, en el combate en lugares poblados, en pasos forzados y en operaciones de terreno montañoso y boscoso. Las tropas de ingeniería se empleaban de forma centralizada, pero parte de ellas se trasladaba a unidades de infantería y artillería más pequeñas para el cumplimiento de tareas técnicas. Sólo en casos extremos se incorparaban a las operaciones de combate.
Las tropas de ingeniería constaban de un batallón motorizado de ingeniería interarmas y uno de construcción de puentes, de regimientos de ingeniería del Ejército, de batallones de ingeniería de asalto de división y pelotones de zapadores químicos del regimiento.
Las tropas de ingeniería destinadas a la construcción de puentes sobre grandes ríos no poseían una gran destreza; tampoco podían superar los obstáculos enemigos, etc. En líneas generales, su preparación aseguraba el cumplimiento de las tareas en la ofensiva como en la defensa.
Los reglamentos contemplaban planeamientos correctos sobre el papel y el lugar de las unidades de enlace y transmisiones, su organización en los diversos tipos de combate y las obligaciones de los comandantes y los estados mayores en su formación y mantenimiento.
Las unidades de enlace tenían una buena organización. El mando general, el Ejército y la división disponían de batallones de enlace, mientras que el regimiento de infantería poseía una compañía de enlace. Los batallones y compañías contaban con los medios necesarios para organizar el enlace por cable, pero el número de radios era escaso, y además, el enlace por radio se subestimaba. Se consideraba que éste podía emplearse totalmente sólo en caso de una vasto frente y en zonas montañosas y boscosas.
El material de enlace y transmisiones por cable en todos los eslabones de las tropas de Tierra era suficiente. En los eslabones del Mando General-Ejército-División se empleaba la comunicación telefónica automática. Disponía también de telégrafo con teleimpresor y transmisiones de cinta perforada. El cable común y el de comunicaciones de larga distancia eran suficientes para todos los eslabones.
La comunicación entre el comandante y sus unidaddes se llamaba enlace en profundidad. Éste se creaba y mantenía con los medios existentes y por orden del jefe superior, pero cuando no se establecía a tiempo o se interrumpía, los subordinados estaban obligados a asegurar el enlace con el jefe superior utilizando sus propias fuerzas y medios.
El enlace entre las unidades del Ejército y los estados mayores de unidades vecinas se organizaban de derecha a izquierda, y el vecino de la izquierda estaba obligado a organizar el enlace en caso de necesidad.
El enlace entre el mando del Ejército (mando de la división) y las fuerzas aéreas subordinadas a él se aseguraba por la unidad de transmisiones adjunta al mando del Ejército (la división). La artillería, las tropas de ingeniería, las blindadas, etc., mantenían el enlace con la infantería y la caballería, que tampoco estaban exentas de esta obligación.
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Las tropas de ingeniería constaban de un batallón motorizado de ingeniería interarmas y uno de construcción de puentes, de regimientos de ingeniería del Ejército, de batallones de ingeniería de asalto de división y pelotones de zapadores químicos del regimiento.
Las tropas de ingeniería destinadas a la construcción de puentes sobre grandes ríos no poseían una gran destreza; tampoco podían superar los obstáculos enemigos, etc. En líneas generales, su preparación aseguraba el cumplimiento de las tareas en la ofensiva como en la defensa.
Los reglamentos contemplaban planeamientos correctos sobre el papel y el lugar de las unidades de enlace y transmisiones, su organización en los diversos tipos de combate y las obligaciones de los comandantes y los estados mayores en su formación y mantenimiento.
Las unidades de enlace tenían una buena organización. El mando general, el Ejército y la división disponían de batallones de enlace, mientras que el regimiento de infantería poseía una compañía de enlace. Los batallones y compañías contaban con los medios necesarios para organizar el enlace por cable, pero el número de radios era escaso, y además, el enlace por radio se subestimaba. Se consideraba que éste podía emplearse totalmente sólo en caso de una vasto frente y en zonas montañosas y boscosas.
El material de enlace y transmisiones por cable en todos los eslabones de las tropas de Tierra era suficiente. En los eslabones del Mando General-Ejército-División se empleaba la comunicación telefónica automática. Disponía también de telégrafo con teleimpresor y transmisiones de cinta perforada. El cable común y el de comunicaciones de larga distancia eran suficientes para todos los eslabones.
La comunicación entre el comandante y sus unidaddes se llamaba enlace en profundidad. Éste se creaba y mantenía con los medios existentes y por orden del jefe superior, pero cuando no se establecía a tiempo o se interrumpía, los subordinados estaban obligados a asegurar el enlace con el jefe superior utilizando sus propias fuerzas y medios.
El enlace entre las unidades del Ejército y los estados mayores de unidades vecinas se organizaban de derecha a izquierda, y el vecino de la izquierda estaba obligado a organizar el enlace en caso de necesidad.
El enlace entre el mando del Ejército (mando de la división) y las fuerzas aéreas subordinadas a él se aseguraba por la unidad de transmisiones adjunta al mando del Ejército (la división). La artillería, las tropas de ingeniería, las blindadas, etc., mantenían el enlace con la infantería y la caballería, que tampoco estaban exentas de esta obligación.
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Ejército Popular Búlgaro
El estado de las fuerzas armadas y de las armas dependía en sumo grado de su aprovisionamiento de armas, municiones, transporte motorizado, combustible y otros materiales de guerra. En ese sentido, el EPB tenía dificultades. El antiguo Ejército no disponía de suficientes armas, municiones, piezas de transporte combustibles y lubricantes necesarios.
Sin el pertrechamiento rápido de algunos materiales, sobre todo de municiones, el EPB no estaba en condiciones de llevar a cabo combates prolongados. De ahí que la ayuda del Ejército Soviético en ese sentido haya tenido una extraordinaria importancia.
El aprovisionamiento de las tropas era satisfactorio. A fin de mejorar el abastecimiento material, el mando del EPB recibió la ayuda necesaria del mando del III Frente Ucraniano.
En líneas generales, el estado de las fuerzas y de las armas era relativamente bueno. Tenían una estructura adecuada y una buena preparación.
Los oficiales en activo que siguieron prestando servicios en el EPB eran militares de carrera que habían sido formados en la Escuela Militar y tenían una considerable experiencia en las tropas y en los estados mayores. Poseían muy buenas dotes de organización y mando y experiencia metodológica. Antes de la guerra, los oficiales de carrera se perfeccionaban en una serie de cursillos y escuelas. Los aspirantes a cargos de mando asistían a cursos de cualificación y estudiaban las peculiaridades de los diversos cargos. A fin de asimilar la experiencia de la guerra, se enviaban a Alemania oficiales de los estados mayores y de todas las armas. Sin embargo, la preparación campal de los oficiales era insuficiente. Las maniobras locales eran escasas y no ofrecían a la oficialidad la posibilidad de adquirir destreza en la organización de operaciones combinadas, en el mando ininterrumpido de las unidades y en el aprovechamiento eficaz del armamento de fuego.
Parte de los oficiales del Estado Mayor se habían graduado en la Academia Militar. En las clases teóricas y prácticas de la Academia y en su práctica de dos años como oficiales de los estados mayores y en el servicio activo, habían aprendido las bases de la táctica y del arte militar y adquirido una experiencia considerable en el mando de unidades y la conducción de prácticas. Los mejores alumnos de las promociones de la Academia del período anterior al 9 de septiembre de 1944 eran enviados a continuar sus estudios en academias militares extranjeras, a fin de que dominasen el arte militar de los países avanzados (principalmente Alemania, Francia e Italia). Una deficiencia en la preparación de los oficiales que habían egresado de la Academia Militar era el conocimiento insuficiente de los problemas referentes al empleo operativo de las armas y de algunas cuestiones de técnica operativa impuestos por la experiencia de la guerra.
Los oficiales-ingenieros militares (mecánicos, ingenieros de aviación e ingenieros químicos) que seguían prestando servicios en el EPB habían cursado estudios superiores en Europa Occidental y terminado después un curso de un año en la Academia Militar.
Los oficiales de carrera –unos 3.500- no eran suficientes para la época de paz y, particularmente, para tiempos de guerra. A fin de elevar el número de oficiales en servicio activo, fueron escogidos entre los oficiales de la reserva con la condición de que terminada la guerra pasarían de nuevo a aquélla (unas 4.000 personas).
En el nuevo Ejército Popular en formación permanecieron en servicio activo la mayoría de los suboficiales (sargentos), que dieron un gran aporte a la instrucción de los soldados. En el Ejército anterior las unidades incorporaban a nuevos suboficiales mediante oposiciones entre los graduados de las escuelas de suboficiales. Los futuros suboficiales de infantería se preparaban en escuelas adjuntas a los regimientos, y para las armas, en compañías especiales adjuntas a las zonas de la división. Las fuerzas navales preparaban a los suboficiales en la escuela adjunta a la Academia de la Marina de Guerra, mientras que las Fuerzas Aéreas lo hacían en la escuela aérea de suboficiales.
Los candidatos a suboficiales debían cumplir una serie de requisitos importantes. A fin de mejorar su cualificación, se organizaron cursillos en las diferentes armas y escuelas militares.
No obstante algunas deficiencias que tenían en la preparación militar los oficiales y suboficiales del viejo Ejército que se quedaron prestando servicios en el EPB, su preparación general era bastante buena. Con sus conocimientos, experiencia y aptitudes, ellos contribuyeron a los preparativos y a la conducción exitosa de la Guerra Patria. Utilizarlos como peritos militares en aquel complejo ambiente interno e internacional no sólo fue necesario, sino correcto.
Fin
Sin el pertrechamiento rápido de algunos materiales, sobre todo de municiones, el EPB no estaba en condiciones de llevar a cabo combates prolongados. De ahí que la ayuda del Ejército Soviético en ese sentido haya tenido una extraordinaria importancia.
El aprovisionamiento de las tropas era satisfactorio. A fin de mejorar el abastecimiento material, el mando del EPB recibió la ayuda necesaria del mando del III Frente Ucraniano.
En líneas generales, el estado de las fuerzas y de las armas era relativamente bueno. Tenían una estructura adecuada y una buena preparación.
Los oficiales en activo que siguieron prestando servicios en el EPB eran militares de carrera que habían sido formados en la Escuela Militar y tenían una considerable experiencia en las tropas y en los estados mayores. Poseían muy buenas dotes de organización y mando y experiencia metodológica. Antes de la guerra, los oficiales de carrera se perfeccionaban en una serie de cursillos y escuelas. Los aspirantes a cargos de mando asistían a cursos de cualificación y estudiaban las peculiaridades de los diversos cargos. A fin de asimilar la experiencia de la guerra, se enviaban a Alemania oficiales de los estados mayores y de todas las armas. Sin embargo, la preparación campal de los oficiales era insuficiente. Las maniobras locales eran escasas y no ofrecían a la oficialidad la posibilidad de adquirir destreza en la organización de operaciones combinadas, en el mando ininterrumpido de las unidades y en el aprovechamiento eficaz del armamento de fuego.
Parte de los oficiales del Estado Mayor se habían graduado en la Academia Militar. En las clases teóricas y prácticas de la Academia y en su práctica de dos años como oficiales de los estados mayores y en el servicio activo, habían aprendido las bases de la táctica y del arte militar y adquirido una experiencia considerable en el mando de unidades y la conducción de prácticas. Los mejores alumnos de las promociones de la Academia del período anterior al 9 de septiembre de 1944 eran enviados a continuar sus estudios en academias militares extranjeras, a fin de que dominasen el arte militar de los países avanzados (principalmente Alemania, Francia e Italia). Una deficiencia en la preparación de los oficiales que habían egresado de la Academia Militar era el conocimiento insuficiente de los problemas referentes al empleo operativo de las armas y de algunas cuestiones de técnica operativa impuestos por la experiencia de la guerra.
Los oficiales-ingenieros militares (mecánicos, ingenieros de aviación e ingenieros químicos) que seguían prestando servicios en el EPB habían cursado estudios superiores en Europa Occidental y terminado después un curso de un año en la Academia Militar.
Los oficiales de carrera –unos 3.500- no eran suficientes para la época de paz y, particularmente, para tiempos de guerra. A fin de elevar el número de oficiales en servicio activo, fueron escogidos entre los oficiales de la reserva con la condición de que terminada la guerra pasarían de nuevo a aquélla (unas 4.000 personas).
En el nuevo Ejército Popular en formación permanecieron en servicio activo la mayoría de los suboficiales (sargentos), que dieron un gran aporte a la instrucción de los soldados. En el Ejército anterior las unidades incorporaban a nuevos suboficiales mediante oposiciones entre los graduados de las escuelas de suboficiales. Los futuros suboficiales de infantería se preparaban en escuelas adjuntas a los regimientos, y para las armas, en compañías especiales adjuntas a las zonas de la división. Las fuerzas navales preparaban a los suboficiales en la escuela adjunta a la Academia de la Marina de Guerra, mientras que las Fuerzas Aéreas lo hacían en la escuela aérea de suboficiales.
Los candidatos a suboficiales debían cumplir una serie de requisitos importantes. A fin de mejorar su cualificación, se organizaron cursillos en las diferentes armas y escuelas militares.
No obstante algunas deficiencias que tenían en la preparación militar los oficiales y suboficiales del viejo Ejército que se quedaron prestando servicios en el EPB, su preparación general era bastante buena. Con sus conocimientos, experiencia y aptitudes, ellos contribuyeron a los preparativos y a la conducción exitosa de la Guerra Patria. Utilizarlos como peritos militares en aquel complejo ambiente interno e internacional no sólo fue necesario, sino correcto.
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La historia tergiversada no es historia inofensiva. Es peligrosa.
Eric Hobsbawm
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