Esta costosa táctica vino motivada por la falta de transportes acorazados de infantería en la URSS. La Wehrmacht lo sabía muy bien al tener desde el principio de la guerra unos excelentes semiorugas acorazados para transportar a la infantería. Algunos de estos vehículos incluso iban provistos de ametralladoras o cañones ligeros para apoyar a la misma. Y finalmente la Wehrmacht estaba provista de abundantes blindados sobre ruedas para la exploración, faceta vital en la guerra de movimiento y que con frecuencia significaba la diferencia entre victoria y derrota.Grossman escribió:Sin entrar en valoraciones de efectividad (coste/beneficio) de unidades de choque expuestas a gran riesgo, está claro que la figura del combatiente temerario, salvaje, ha despertado siempre admiración. Sin embargo, con la competencia de paracaidistas, infantes de marina, Waffen-SS, gurkhas y berserkers, los bravos y efímeros tankodesantnikís han pasado desapercibidos, y no solo para el público general y aficionados, sino que tampoco los que escriben sobre historia de la SGM les han prestado demasiada atención.
El principio básico es que los carros de combate deben de estar apoyados por la infantería -y por cuantas armas sea posible- durante cualquier operación y en especial si lo que se persigue es el ataque al enemigo. Ya hemos visto el desastre causado por la descoordinación, falta de exploración y entrenamiento de los tanques soviéticos e infantería republicana en el Frente de Aragón. Hay seguramente docenas sino cientos de historias similares en la II Guerra Mundial por ejércitos que no habían asumido este principio.
Volviendo al tema que nos ocupa, estos infantes montados en los carros tenían desde luego una esperanza de vida corta: desde el fuego de artillería, metralla, armas ligeras, etc, eran vulnerables a prácticamente cualquier arma sin ninguna protección. Una de las carencias de la industria soviética radica en su incapacidad para fabricar vehículos ligeros o vehículos blindados para el transporte de infantería. Hasta la llegada de los primeros semiorugas norteamericanos y algún vehículo británico, los soviéticos estuvieron huerfanos de este importante tipo de vehículo. He visto un vehículo soviético sobre orugas -no recuerdo su nombre- que a principio de la guerra podía portar infantería. Puesto que no lo he visto citado en prácticamente ningún sitio infiero que la producción debió de ser ínfima. La concentración de la industria soviética en unos pocos modelos de carros de combate y cañones de asalto dió la puntilla a cualquier posibilidad de fabricar vehículos de este tipo, los cuales además no habían sido desarrollados apenas por el Ejército Rojo.
La táctica habitual de acompañar con la infantería a los carros protegidos del fuego enemigo dentro de vehículos acorazados no se podía practicar y lo narrado es en esencia un intento de dar acompañamiento de infantería ligera a base de tener un número de bajas que sería inaceptable en un ejército occidental. Cualquier impacto de arma ligera o pesada sobre el carro podía tener un efecto letal sobre los infortunados infantes que montaban en el mismo. Otro problema de esta táctica fue que la infantería no podía portar mas que armas ligeras. Los alemanes por contra hacían un buen uso de morteros ligeros o ametralladoras que podían portar en los semiorugas y que daban un apoyo de fuego mas sólido que unos infantes armados sólo con fusiles o subfusiles.
Como reflejo de esas lecciones duramente aprendidas, las divisiones soviéticas de la guerra fría fueron dotadas con una generosa provisión de vehículos acorazados de infantería.