Stalag Luft III

Crímenes contra los prisioneros de guerra y la población civil

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kriull
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Stalag Luft III

Mensaje por kriull » Dom May 27, 2007 12:21 pm

http://www.canalincognito.com/historia- ... g-luft.php[/url]

El articulo esta en la seccion Historia oculta

Hoy en dia se puede visitar el lugar donde se ubicaba el campo, pero no se conserva ninguna edificación. Unicamente se distinguen los perimetros de algunos edificios y marcado con losas de piedra la trayectoria del tunel Harry. En las primeras losas estan escritos los nombres de los 50 asesinados.
Existe tambien un pequeño museo en el que se da idea de la vida de los prisioneros en el campo (no tan placentera, por cierto, como lo que se cuenta en la pelicula).

https://muzeum.zagan.pl/en/


Memorial a la entrada del museo de Sagan

//imageshack.
Recorrido del tunel Harry

/imageshack.us][i
La salida del tunel

mageshack.us][i/5729/alemania
Los nombres de los oficiales asesinados

eshack.us][img]http:///9950/alemania2007117b
Reproducción de una torre de vigilancia

He escaneado el tríptico del museo por si a alguien le interesa.Un saludo a todos

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Audie Murphy
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Mensaje por Audie Murphy » Dom May 27, 2007 2:26 pm

un saludo kriull y muchas gracias por las fotos :-D :-D


había visto un documental sobre el emplazamiento original y conocía la existencia de placas, pero me has demostrado que hay más cosas por ver en la zona

encima es una de mis historias favoritas de todo el conflicto y la base para mi película más mítica con ese Steve McQueen escapándose en moto hacia Suiza


una vista aérea del campo para darnos cuenta de las dimensiones
Imagen
fuente: revista "America in WWII",p28 april 2013
Última edición por Audie Murphy el Sab Feb 16, 2013 10:13 pm, editado 1 vez en total.

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enigma
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Stalag Luft III

Mensaje por enigma » Mié May 30, 2007 4:27 am

Amigos foristas:

Dos videos acerca del Gran Escape, basados en una entrevista a un ex-prisionero, veterano de la Real Fuerza Aerea Canadiense.


http://www.youtube.com/watch?v=gohqwIrJRyM

http://www.youtube.com/watch?v=cHochCjKrP8

Saludos
Gracias por compartir con ustedes sus conocimientos.

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Stalag Luft III

Mensaje por Audie Murphy » Dom Abr 19, 2009 12:08 pm

el campo en la actualidad










"El mal existe cuando las personas buenas no hacen lo que es correcto"

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homer5275
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La Gran Evasión y la Orden de Sagan

Mensaje por homer5275 » Dom Jul 12, 2009 6:51 pm

Intentare contar aquí que tiene de cierto la película y quien dio la orden de asesinar a los fugados.

Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se estableció una política concreta de actuación sobre los prisioneros (kriegies), la Alemania nazi destinaba a los oficiales a unos Stammlager der Luftwaffe (campos de prisioneros de las Fuerzas Aéreas). El Stalag Luft III es el escenario de la épica fuga. Situado en el corazón de Silesia, cerca de la ciudad histórica de Sagan, en su extremo septentrional había un espeso bosque y en esta masa arbórea Goering ordenó que se edificara un campamento modélico. Una hilera tras otra de barracones de madera idénticos ocupó el sitio de los troncos talados. El Stalag Luft se construyó para acoger al creciente número de aviadores aliados capturados en la Europa ocupada por los nazis. Con la entrada de Estados Unidos en el conflicto, la cantidad de prisioneros de guerra aumentó rápidamente y el recinto se amplió a medida que iban llegando más aviadores abatidos. Campo grande y complejo, se erigió con la idea de conseguir el Stammlager perfecto, que fuera imposible escapar de él, siguiendo la consigna específica de que resultara “a prueba de fugas”. Un término que, como comprobaron los alemanes más tarde, no existía en el vocabulario inglés.

Imagen
Mauqeta a escala del Stalag Luft III

Cuando se abrió, en el año 1942, los alemanes habían tomado buena nota de sus errores pasados e incorporaron multitud de nuevas medidas de seguridad. El perímetro estaba rodeado por una doble hilera de alambradas de espino, controlado por guardias apostados en torres de vigilancia equipados con reflectores, y era patrullado constantemente por centinelas y perros. No obstante, el lager no tuvo el efecto desalentador sobre los reclusos que los alemanes habían esperado. Como reflexioba su antiguo interno Jimmy James, “ningún campo de concentración es a prueba de fugas. Al final, el ingenio humano se acaba imponiendo a los obstáculos físicos, cuya superación ha conformado la evolución humana”.


Al principio hubo muchos fracasos, planes de fuga ridículos y simples, sin la sofisticación que caracterizarían a las empresas futuras, pero de ellos los prisioneros aprendían lecciones muy valiosas en el arte de la evasión, la principal, que se necesitaba una preparación profesional para no llevarse a cabo con el espíritu de una travesura. Por ello, muchos se dedicaron, a tiempo completo, a la organización de los planes y se fundó un Comité de Fugas. En sus comienzos una organización rudimentaria, que se nutría de la voluntad y el propósito de escapar de los prisioneros, pronto empezó a crecer hasta convertirse en un formidable equipo.

La puesta en marcha de la Organización X marcó el inicio de una nueva etapa en la estrategia de las escapadas, creó un nuevo estilo de evasión. Atrás quedaban los intentos de aficionados del pasado y los riesgos insensatos. Hasta entonces, la mayoría de los reclusos se habían tomado las fugas como un deporte, una forma de mantener el espíritu combativo y de elevar la moral de los prisioneros. En adelante, la cuestión de las huidas sería tratada de forma profesional y dirigida con eficacia militar. Cada plan sería evaluado con sumo detenimiento y ejecutado minuciosamente, prestando atención al más mínimo detalle. Toda fuga se sometería al visto bueno y a la supervisión del Comité. Éste controlaría todos los intentos y preparativos, sus detalles y aspectos principales.

Un personaje clave, sin el cual la Gran Evasión no habría ocurrido, fue el comandante Roger Bushell. De origen surafricano, se trasladó a Inglaterra y acabó uniéndose a la RAF, hasta ser abatido sobre Francia durante la evacuación de Dunkerke. Hombre de enorme envergadura física y de imponente personalidad, su gran determinación inspiraba el respeto de todos sus compañeros. Llegó a convertirse, posiblemente, en el evadido más perseverante e indomable de todos los prisioneros aliados. Antes de la guerra, Bushell había profesado una gran simpatía y admiración por la nación alemana, pero pasó un tiempo en manos de la Gestapo y aquella experiencia alteró radicalmente su opinión. Junto a Roger, infinidad de reclusos carismáticos: Bergsland, Bethell, Birkland, Brodrick, Buckley, Bull, Casey, Clark, Day, Dodge, Dowse, Fanshawe, James, Kirby-Green, Krol, Long, Marcinkus, Massey, Marshall, Plunkett, Reavell-Carter, Scheidhauer, Tobolski, Valenta, Vander Stok, Walen y muchos otros, veteranos artistas de la evasión, que acabarían constituyendo el núcleo de la organización de fugas. Uno de los prisioneros, por cierto, era Paul Brickhill, autor del libro en el que se basa la película.

Imagen
Roger Bushell en el Stalag luft III

Fuente: La Gran Evasión. La verdadera historia de la fuga más famosa de la Segunda Guerra Mundial, Tim Carroll
http://www.absoluteastronomy.com/topics/Stalag
http://www.historia-actual.com/hao/pbha ... 12&cont=18
http://www.stalagluftiii.net/

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Eriol
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La Gran Evasión y la Orden de Sagan

Mensaje por Eriol » Dom Jul 12, 2009 7:30 pm

Saludos!!
Me encanta esta pelicula asi es que seguire el hilo
Saludos Homer!
Una vision; un propósito;un sueño...Siempre.

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La Gran Evasión y la Orden de Sagan

Mensaje por homer5275 » Lun Jul 13, 2009 9:00 pm

Hola a todos

Continuamos con la historia…..

La Gran Evasión fue el fruto de meses de duro esfuerzo, meticulosa planificación e ingenioso trabajo. Todos unidos, trabajando como un equipo, en la resolución común de la huida, de dar salida a los sueños y esperanzas de libertad de cientos de hombres. Los implicados en las actividades de la fuga eran unos personajes excepcionales, una rara estirpe de indómitos aventureros, que se negaban en redondo a aceptar el cautiverio y estaban dispuestos a hacer lo imposible por superar las barreras impuestas por sus opresores.

Imagen
Dibujo del tunel Harry

De vez en cuando, el Comité autorizaba absurdos intentos de huida con la intención de que los alemanes se confiaran. Una vez capturados, los evadidos eran destinados durante unos días a lo que los prisioneros llamaban cooler, un barracón de aislamiento compuesto por celdas individuales. Cuando llegaba el invierno finalizaba lo que se denominaba la ‘estación de las fugas’. Tratar de sobrevivir a los rigores del invierno alemán con ropas inadecuadas era impensable. Los prisioneros se centraban entonces en elaborar planes que se reanudarían en la siguiente primavera. Gran parte de las inocentes actividades que se desarrollaban en el campo no sólo eran un modo de eludir el aburrimiento cotidiano. En realidad, servían de tapaderas de los preparativos clandestinos para un objetivo más importante: la evasión. Las clases de alemán eran, por lógica, las más demandadas. Entre los prisioneros abundaban técnicos de la evasión, los cuales se habían convertido en auténticos expertos de la falsificación, cartografía, confección e invención de toda clase de artilugios mecánicos. En este aspecto, la Organización X supervisaba una verdadera producción en masa a escala industrial. Cientos de reclusos trabajaban en ‘fábricas’, con la eficacia de una cadena de montaje, para producir el diverso material necesario para escapar. Existía un departamento de confección, que hacía trajes de paisano y uniformes alemanes a partir de los propios que llevaban los oficiales. Otro de falsificación de carnés de identidad, cartillas, permisos, salvoconductos e impresos mecanografiados; debido a la obsesión de los alemanes por la documentación de todo tipo, era necesaria una gran variedad de papeles falsos para circular por territorio nazi. También había un departamento de confección de mapas, en los que se detallaban las rutas de escape de cada fuga. Incluso funcionaba una fábrica de brújulas, cuya aguja se hacía con cuchillas de afeitar imantadas. Por último, estaba la no menos importante sección de inteligencia, encargada de la información que facilitara la huida de los fugitivos. El departamento se dividía en secciones geográficas. Era un formidable ejercicio de recogida de datos estratégicos acerca del enemigo y, desde el punto de vista técnico se trataba, desde luego, de espionaje.

Pero por encima de todo hay que destacar la sección de los túneles. Las construcciones de los mismos eran auténticas obras maestras de ingeniería. Se excavaban siguiendo el modelo de las minas industriales. Cada túnel tenía un pozo de acceso, e iba equipado con bombas de aire, tuberías de ventilación y electricidad, desviada de la red del recinto. Incluso contaban con una línea férrea, cuyas vagonetas, de madera, permitían transportar a los trabajadores hasta el frente de extracción y traerlos de vuelta junto con la arena. Cuando los alemanes descubrían alguno de los túneles, quedaban tan asombrados que, en cierta ocasión, altos dignatarios de Berlín visitaron el Stalag Luft III para ver y sacar fotos de esa increíble construcción artesanal. Resulta impresionante comprobar cómo estos hombres lograron superar las limitaciones en que debían trabajar, especialmente los problemas de abastecimiento, en una obra tan descomunal.

Imagen
Interior del tunel Harry

Fuente: La Gran Evasión. La verdadera historia de la fuga más famosa de la Segunda Guerra Mundial, Tim Carroll
http://greatescape.cjb.net/
http://www.historia-actual.com/hao/pbha ... 12&cont=18
http://www.merkki.com/kilminsterroy.htm

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La Gran Evasión y la Orden de Sagan

Mensaje por homer5275 » Mar Jul 14, 2009 11:13 pm

Hola a todos

Continuamos con la historia….

No sólo se excavaron tres túneles, los famosos ‘Tom’, ‘Dick’ y ‘Harry’ que aparecen el la película. En Sagan se construyeron más de cien. Este dato extraordinario prueba la infatigable actividad de los prisioneros nacida de su deseo de obtener la libertad a toda costa. La mayoría de los túneles eran detectados mucho antes de que se hubieran acercado a la alambrada. No resulta difícil imaginar la decepción que sentían los excavadores cuando veían que sus esfuerzos resultaban inútiles. Pero la capacidad de resistencia física y mental de unos hombres, que buscaban fugarse con tanto ahínco, era enorme.

Los alemanes no eran tan ingenuos como para no darse cuenta de los movimientos de sus prisioneros. Ambos se pasaban todo el tiempo jugando al gato y al ratón, y a veces se producían tensos incidentes cuando estaban a punto de descubrir las actividades de excavación o falsificación. Gracias a sus confidentes, los registros repentinos no pillaban totalmente desprevenidos a los aviadores. Por supuesto, los contactos se establecían en ambos sentidos. Los reclusos se referían a sus vigilantes con el mote de goons, y ‘hurones’ al equipo especialmente creado para rastrear y descubrir intentos de fuga. Unos se convertían en enemigos declarados, otros en ‘animales dóciles’ e incluso los había también buenos amigos. Las relaciones se veían favorecidas por el curso de los acontecimientos. Cuando se hizo evidente que los aliados ganarían la guerra, algunos guardias buscaron congraciarse con los oficiales prisioneros, sobre todo con aquellos que tenían contactos en puestos elevados y podían devolverles el favor durante la postguerra. Gran parte del material de la Organización X se obtenía de los alemanes mediante hurto, soborno o chantaje. No eran pocos los guardias que estaban pasando necesidad y, gracias a los paquetes enviados por la Cruz Roja, los prisioneros se hallaban en posesión de productos de gran valor para aquéllos.

A los aviadores reclusos se les suministraba equipos de deporte, libros y materiales para representar obras de teatro. No lo tenían, por tanto, tan difícil para conseguir la materia prima necesaria para fabricar documentos de identidad falsos. Además, las provisiones de la Cruz Roja eran abundantes y los alemanes se aseguraron de que sus prisioneros estuvieran bien atendidos. Estas confortables condiciones de vida que prevalecieron en el Stalag no obedecían a un especial espíritu benevolente de los nazis. En realidad, suponían que, creando un ambiente agradable, podían socavar el espíritu combativo de los reclusos y se convencerían de que no valía la pena fugarse.

La mayoría eran militares de gran experiencia a los que el encarcelamiento no había disminuido su espíritu de soldado, y se tomaban sus responsabilidades de combatiente totalmente en serio. Las fugas se consideraban un frente de batalla, una extensión de la actividad bélica aliada. Y como en el frente de batalla, las decisiones acerca de las operaciones no se tomaban en función del peligro que podían causar a los combatientes. El objetivo principal era atestar un golpe, lo más fuerte posible, contra el enemigo. El porcentaje de éxitos era poco halagüeño. Pocos de los reclusos que intentaban evadirse pensaban realmente que lograrían regresar a su país.

Fuente: La Gran Evasión. La verdadera historia de la fuga más famosa de la Segunda Guerra Mundial, Tim Carroll

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La Gran Evasión y la Orden de Sagan

Mensaje por homer5275 » Jue Jul 16, 2009 10:25 pm

Hola a todos

Continuamos con la historia….

Las fugas eran una parte de las operaciones bélicas, y cumplían la función de minar los recursos del enemigo, que en época de guerra tenía que emplear tiempo y efectivos en perseguir a los evadidos. Los alemanes tuvieron que revisar varias veces los mecanismos de vigilancia de los prisioneros de las Fuerzas Aéreas aliadas. En estos protagonistas prevaleció la conciencia de estar inmersos en un conflicto a escala mundial. Una guerra brutal, en la que millones de personas sufrieron crímenes mucho más atroces.

Imagen

El problema de las fugas de prisioneros aliados exasperaba al Alto Mando nazi, que se veía obligado a destinar grandes recursos a su captura. En concreto, la Gran Evasión fue motivo para una Grossfahndung. Durante los meses siguientes, miles de alemanes, entre civiles, agentes de policía y personal militar, se vieron implicados en la tarea de buscar y perseguir a los kriegies escapados, en lugar de centrarse en el esfuerzo bélico. Causaron una gran conmoción en el Tercer Reich, que esperaba el momento apropiado para dar una buena lección a los aviadores aliados. La actitud de Berlín hacia los oficiales evadidos era cada vez menos comprensiva, debido a la intensificación de la campaña de bombardeos aéreos aliados sobre las ciudades alemanas. La Gestapo estaba buscando cualquier excusa para tomar cartas en el asunto.

Al conocer la evasión en masa, Hitler exigió una ejecución sumarial para todos los aviadores una vez volvieran a ser apresados. Se iba a promulgar lo que se denominaría ‘Orden de Sagan’. Como medida disuasoria, el Führer ordenaba que más de la mitad de los oficiales evadidos fueran fusilados. Las muertes debían llevarse a cabo de forma que los prisioneros no supieran lo que les iba a ocurrir: “Tras el interrogatorio, debe dar la impresión de que se lleva a los oficiales de vuelta al campamento pero deben ser ejecutados por el camino. Las ejecuciones se justificarán explicando que se disparó a los oficiales recapturados cuando intentaban escapar, o al ofrecer resistencia, de modo que no se pueda demostrar nada posteriormente”.

Imagen
Prisioneros del Stalag Luft III. Detras: Capt. Louis R. McKesson y Lt Robert Ray Brunn. Delante: Lt Thomas "Eddie" Mulligan,
Lt John Dunn, Maj Clermont Edward "Pudgie" Wheeler y Lt John H. Palmer

La mayoría de los hombres fueron asesinados de forma cobarde y traicionera, indefensos y por la espalda, en parejas o por separado. Un grupo fue transportado en un camión, de modo muy parecido a como se ve en la película, y acribillado con una ametralladora desde lo alto de una colina. Pocos prisioneros creían a los alemanes capaces de matarlos a sangre fría. La verdad es que la Luftwaffe sólo podía garantizar la seguridad y trato correcto de los oficiales mientras permanecieran en sus manos. Fuera de la alambrada, los aviadores quedaban a merced de siniestros organismos criminales y paramilitares. El más temible de todos era el RSHA (Administración Central de Seguridad del Reich), con un departamento dedicado exclusivamente a la prevención de evasiones de los campos de prisioneros de guerra.

Las ejecuciones generaron una gran protesta internacional. Ocuparon titulares de prensa y tuvieron honda resonancia en todo el mundo. El Convenio de Ginebra reconoce claramente que la obligación de un oficial es tratar de escapar, y los prisioneros de guerra evadidos son una especie protegida. En Londres, el ministro de Exteriores, Anthony Eden, expuso ante la Cámara de los Comunes los pormenores de la evasión y de los asesinatos. Y la promesa de que el gobierno británico perseguiría a los autores de la masacre, que serían objeto de un castigo ejemplar. Durante los meses siguientes fueron llegando al Stalag Luft las urnas con los restos incinerados de ‘los cincuenta’: Hay que resaltar que su Kommandant Friedrich Von Lindeiner, quien se enfrentaba a una orden de arresto y encarcelamiento, encontró tiempo para pensar en los que fueron sus prisioneros y pago de su bolsillo el material necesario para erigir un monumento en su recuerdo. A la ceremonia de conmemoración asistieron oficiales superiores de la Luftwaffe y una guardia de honor compuesta por soldados alemanes y representantes de cada una de las nacionalidades de los fallecidos.

Imagen
Memorial dedicado a los prisioneros asesindos

Fuente: http://crawfordehickspow.wordpress.com/
http://www.303rdbg.com/pow-mulligan-stalag3.html
http://fripp.blogs.com/presentations/pe ... -patricia/
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Mensaje por homer5275 » Dom Jul 19, 2009 12:10 pm

Hola a todos

Ultima parte de la historia….

Tras el cese de las hostilidades, un equipo de investigadores del SIB buscó a los responsables de la matanza. No fue una tarea fácil. Los oficiales de la Gestapo y de las SS implicados habían desaparecido en el caos de la posguerra. Tampoco los gobiernos del bloque comunista ayudaron mucho a los investigadores británicos. La mayoría de los agentes implicados trataron de desvincularse de las ejecuciones, las órdenes de matar a los aviadores británicos descendieron por toda la cadena de mando. Se delegó la responsabilidad de organizar los asesinatos en dos de los nazis más despiadados: Heimich Müller, jefe de la Gestapo y Artur Nebe, de la Kripo. El primero ordenó al segundo que seleccionara los nombres de los cincuenta que iban a ser ejecutados. Al parecer, procuró salvar a los más jóvenes y a los que tenían esposa e hijos. Nebe, el hombre que decidió quienes de los evadidos iban a morir, es un personaje a destacar, porque ilustra perfectamente las contradictorias situaciones y los terribles dobleces morales que la guerra y un régimen totalitario de tiranía obliga a asumir a las personas. Meses después de cumplimentar la ‘Orden de Sagan’, estuvo implicado en el complot de Stauffenberg para matar a Hitler. Al final, corrió la misma suerte que los cincuenta aviadores aliados.

Imagen

En definitiva, el equipo de investigadores consiguió localizar a todos y cada uno de los culpables que estaban directamente relacionados con los asesinatos. Sólo tres no fueron hallados y quedaron en paradero desconocido. Puesto que Himmler había ordenado que las ejecuciones se llevaran a cabo en el más estricto secreto, resulta sorprendente que los hombres del SIB fueran capaces de reconstruir con detalle casi todas las muertes. Dadas las circunstancias, incluida la destrucción de la totalidad de los documentos, el resultado final constituye una proeza investigadora. La mayoría de los involucrados fueron procesados, dieciocho hombres fueron sometidos a juicio y se dictaron catorce penas de muerte. Desgraciadamente, quienes acabaron viéndose obligados a hacer el trabajo sucio eran subalternos débiles y obedientes, atrapados en una espiral terrible de barbarie. Algunos, psicópatas nazis de los peores, pero entre ellos no había ninguno de los ‘peces gordos’, los cerebros responsables de millones de muertes.

Nacionalidades de los 50 soldados asesinados
21 Ingleses
6 Canadienses
6 Polacos
5 Australianos
3 Sudaficanos
2 Noruegos
2 Neozelandeses
1 Griego
1 Francés
1 Lituano
1 Checo
1 Belga

Fuente: La Gran Evasión. La verdadera historia de la fuga más famosa de la Segunda Guerra Mundial, Tim Carroll
http://www.historia-actual.com/hao/pbha ... 12&cont=18
http://es.wikipedia.org/wiki/Stalag_Luft_III
http://www.merkki.com/groupphotos.htm

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Mensaje por homer5275 » Mié Jul 22, 2009 7:59 pm

Hola a todos

Algunas imagenes para complementar la informacion

Imagen
Mapa de la distribucion de los barracones
Imagen
Vista general del campo
Imagen
Pasando revista
Imagen
Torre de vigilancia

http://www.emolachance.com/stalagluft3.html

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Mensaje por Audie Murphy » Dom Oct 11, 2009 10:48 pm

Última edición por Audie Murphy el Vie Feb 26, 2010 1:08 am, editado 3 veces en total.
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Mensaje por Widerstand » Sab Oct 17, 2009 5:17 am

homer5275 escribió:Intentare contar aquí que tiene de cierto la película y quien dio la orden de asesinar a los fugados.
No había visto este hilo. Muy buen trabajo Homer. Con tu permiso, ampliaré un poco los datos aquí expuestos.
El Stalag Luft se construyó para acoger al creciente número de aviadores aliados capturados en la Europa ocupada por los nazis.


El Stalag Luft III era un campo de prisioneros para unos 10.000 aviadores aliados ubicado en un oscuro bosque de abetos en Sagan, unos 130 kilómetros al sudeste de Berlín. En Sagan, los prisioneros de la RAF, a los que se unían cada vez más aviadores estadonidenses derribados, habían establecido una organización de fugas que en escala y experiencia superaba a cualquier otra de Europa. La organización, compuesta por cientos de sastres, falsificadores, cartógrafos y otros especialistas era tan compleja que se necesitaba un gráfico para explicar todos sus departamentos y subsecciones.
Campo grande y complejo, se erigió con la idea de conseguir el Stammlager perfecto, que fuera imposible escapar de él, siguiendo la consigna específica de que resultara “a prueba de fugas”.


Los alemanes consideraron que su lucha contra los mejores "escapistas" era una lucha de ingenios. Estudiaron larga y detenidamente todos los antiguos libros británicos de escapismo y establecieron "museos de fugas" donde se mostraban fotografías de ingeniosos disfraces y demás parafernalia usados en fugas reales. Incluso consultaron a Franz von Werra para conocer el punto de vista de quien ha estado dentro de un campo de prisioneros.
Un término que, como comprobaron los alemanes más tarde, no existía en el vocabulario inglés.
En lo referente a los aliados, la preeminencia de los británicos como escapistas no era realmente sorprendente, dada su historia, geografía y motivación. Los británicos atesoraron una rica tradición de huidas. Un descarado corresponsal de guerra de 24 años llamado Winston Churchill, que había sido apresado en Sudáfrica durante la Guerra de los Boer en 1899, fue el primero en llamar ampliamente la atención al escapar de una prisión en Pretoria. Durante la Primera Guerra Mundial se produjeron tantas huidas británicas que los libros publicados sobre ellas en Inglaterra habían provocado alarma: aparecieron cartas en el The Times de Londres expresando el temor a que los futuros intentos de huida en tiempo de guerra se vieran abocados al fracaso porque se habían desvelado demasiados secretos de las fugas con éxito.

La perspectiva de una larga guerra y un concepto de rigurosa obligación militar también mantuvieron a muy alto nivel los incentivos para los británicos. Capturados en gran número en 1940, durante la batalla de Francia, se enfrentaban a un terrible futuro a menos que escaparan. Por el contrario, los estadounidenses no empezaron a poblar en cifras considerables las instalaciones alemanas para prisioneros de guerra hasta la invasión de Europa en 1944, cuando la posibilidad de victoria aliada estaba reduciendo la necesidad de correr los riesgos de la huida.

Durante toda la guerra, un poderoso estímulo para los británicos fue la insistencia de su Gobierno en que escapar era un deber. Aunque todas las demás tropas aliadas, especialmente los oficiales, recibieron instrucciones similares, el MI-9, la rama del servicio de información británico responsable de la supervisión y apoyo de los esfuerzos de huida, insistió especialemnte en esta obligación.
Cuando se abrió, en el año 1942, los alemanes habían tomado buena nota de sus errores pasados e incorporaron multitud de nuevas medidas de seguridad. El perímetro estaba rodeado por una doble hilera de alambradas de espino, controlado por guardias apostados en torres de vigilancia equipados con reflectores, y era patrullado constantemente por centinelas y perros.


Los campos especialmente construidos para albergue de prisioneros de guerra estaban diseñados para frustrar cualquier intento de fuga. Normalmente estaban compuestos por hileras de barracones de madera elevados sobre pilares, con lo que resultaba difícil ocultar la construcción de túneles a los inspectores especiales antifugas (los hurones, como les llamaban los prisioneros). Una doble barrera de alambre de espino de más de 3,5 metros de altura rodeaba los recintos. A intervalos regulares dentro de la barrera había torres de centinelas con reflectores y ametralladoras. Los guardia patrullaban constantemente el perímetro del campo. Tanto ellos como los soldados encargados de las ametralladoras tenían órdenes de disparar a cualquiera que cruzase la línea de advertencia dentro del recinto, un cable normalmente colocado a unos 9 metros por dentro de la barrera. Los alemanes trabajaban incesantemente para mejorar la seguridad. Para el año 1942, las medidas antifugas incluían micrófonos ocultos a 3 metros bajo el suelo con objeto de detectar el ruido producido al excavar.
Al principio hubo muchos fracasos, planes de fuga ridículos y simples, sin la sofisticación que caracterizarían a las empresas futuras, pero de ellos los prisioneros aprendían lecciones muy valiosas en el arte de la evasión, la principal, que se necesitaba una preparación profesional para no llevarse a cabo con el espíritu de una travesura.


Como bien dices, en los primeros compases de la guerra, los intentos de burlar las medidas de seguridad alemanas fueron de aficionados, "no se trataba de algo científico, sino de un estallido emocional", como dijo un fugado. Algunos prisioneros intentaron individualmente reducir a un guardia o deslizarse a través de la alamabrada, con trágicos resultados, frecuentemente.
Por ello, muchos se dedicaron, a tiempo completo, a la organización de los planes y se fundó un Comité de Fugas. En sus comienzos una organización rudimentaria, que se nutría de la voluntad y el propósito de escapar de los prisioneros, pronto empezó a crecer hasta convertirse en un formidable equipo.

La puesta en marcha de la Organización X marcó el inicio de una nueva etapa en la estrategia de las escapadas, creó un nuevo estilo de evasión. Atrás quedaban los intentos de aficionados del pasado y los riesgos insensatos. Hasta entonces, la mayoría de los reclusos se habían tomado las fugas como un deporte, una forma de mantener el espíritu combativo y de elevar la moral de los prisioneros. En adelante, la cuestión de las huidas sería tratada de forma profesional y dirigida con eficacia militar. Cada plan sería evaluado con sumo detenimiento y ejecutado minuciosamente, prestando atención al más mínimo detalle. Toda fuga se sometería al visto bueno y a la supervisión del Comité. Éste controlaría todos los intentos y preparativos, sus detalles y aspectos principales.
El núcleo del sistema de fugas lo formaba un comité de fuga del campo (Organización X), presidido normalmente por un jefe conocido como "Gran X". El comité coordinaba todos los planes para escapar y el prisionero que quisera escapar tenía que registrar su idea como en tiempo de paz podría haber solicitado una patente.

Una vez que la idea se aprobaba, el comité ofrecía una amplia gama de apoyo logísitico. Los prisioneros con habilidades o aptitudes como dibujantes y sastres eran los encargados de falsificar las documentaciones personales y los papeles de viaje a los fugitivos, y de confeccionar ropas con que disfrazarse. A los hombres con aptitudes como negociantes se les suministraba café, chocolate y cigarrillos de los paquetes de la Cruz Roja para que hicieran trueques, sobornaran y chantajearan a los guardias para conseguir dinero alemán con que comprar billetes de tren y ropa de paisano en buenas condiciones y para reunir información sobre las mejores rutas hacia la libertad. También el comité organizaba la manera de distraer la atención de los guardias durante el intento de huida organizando un combate de boxeo, por ejemplo, o incluso un partido de fútbol.
Un personaje clave, sin el cual la Gran Evasión no habría ocurrido, fue el comandante Roger Bushell. De origen surafricano, se trasladó a Inglaterra y acabó uniéndose a la RAF, hasta ser abatido sobre Francia durante la evacuación de Dunkerke. Hombre de enorme envergadura física y de imponente personalidad, su gran determinación inspiraba el respeto de todos sus compañeros. Llegó a convertirse, posiblemente, en el evadido más perseverante e indomable de todos los prisioneros aliados. Antes de la guerra, Bushell había profesado una gran simpatía y admiración por la nación alemana, pero pasó un tiempo en manos de la Gestapo y aquella experiencia alteró radicalmente su opinión.


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El jefe de escuadrilla Roger Bushell era el "Gran X", el jefe de la organización de fugas en Sagan.

Nativo de Sudáfrica y abogado en tiempo de paz, Bushell era un antiguo campeón de esquí británico y una estrella del rugby. En una de sus anteriores fugas, Bushell había llegado hasta Praga donde fue apresado e interrogado por la Gestapo, que asesinó a la familia checa que le había dado refugio. Después de la experiencia, la fuga dejó de ser un deporte para Bushell. Odiaba a los alemanes y dirigió la organización de fugas en Sagan con una inexorable eficiencia y prestando mucha atención a los detalles.
El Junto a Roger, infinidad de reclusos carismáticos: Bergsland, Bethell, Birkland, Brodrick, Buckley, Bull, Casey, Clark, Day, Dodge, Dowse, Fanshawe, James, Kirby-Green, Krol, Long, Marcinkus, Massey, Marshall, Plunkett, Reavell-Carter, Scheidhauer, Tobolski, Valenta, Vander Stok, Walen y muchos otros, veteranos artistas de la evasión, que acabarían constituyendo el núcleo de la organización de fugas.


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Harry "Wings" Day era el oficial británico de más alta graduación en el campo. Junto a Bushell lideraba la organización de fugas de Sagan. Anteriormente, se había fugado de otros campos, temporalmente, en cuatro ocasiones. Después de su apresamiento tras el intento de fuga del Stalag Luft III, fue trasladado a Sachsenhausen, un gran campo de concentración. En el plazo de 24 horas después de su llegada, Day y cuatro miembros de la RAF que sobrevivieron a la masacre de Sagan iniciaron otro túnel. Escapó con dos compañeros, pero le volvieron a apresar.
Uno de los prisioneros, por cierto, era Paul Brickhill, autor del libro en el que se basa la película.
Paul Brickhill, un joven piloto de caza de la RAF nacido en Australia, fue descartado para el intento de fuga por Bushell debido a que padecía claustrofobia. Como bien dice el compañero Homer, después de la liberación del campo, escribió unas fascinantes memorias sobre las que se basa la película "La gran evasión".

Más adelante seguiré ampliando información sobre esta fascinante y épica fuga.
El atentado debe tener lugar coûte que coûte. Aunque no logremos el éxito, es necesario actuar. Lo esencial es que la resistencia alemana se atreva a realizar la acción decisiva ante el mundo y ante la historia.

Generalmajor Henning Hermann Robert Karl von Tresckow (10 enero 1901 – 21 julio 1944)

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homer5275
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La Gran Evasión y la Orden de Sagan

Mensaje por homer5275 » Sab Oct 24, 2009 11:05 am

Gracias Widerstand por ir completando la informcion. Tambien intentare ir aportando algun dato mas de esta fantastica fuga. Espero impaciente mas aportaciones.

Un saludo

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Audie Murphy
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La Gran Evasión y la Orden de Sagan

Mensaje por Audie Murphy » Dom Sep 12, 2010 12:31 am

Los polacos también protagonizaron su trágica "gran evasión":

El 20 septiembre de 1943 (dia 19 según Osprey-Fortress, Colditz: Oflag IV-C) 47 oficiales polacos se fugaron del Oflag VI-B Dössel ubicado en el NO de Alemania, usando un túnel empezado por los prisioneros ingleses (canadienses según Osprey). En los 4 días siguientes a la fuga unos 20 evadidos fueron recapturados pero tras volver brevemente al campo de prisioneros, fueron enviados a Buchenwald y ejecutados. Pocos días más tarde otros17 fueron localizados, trasladados a la prisión de la Gestapo en Dortmund y asesinados. Los 10 restantes consiguieron alcanzar las líneas Aliadas o esconderse en Polonia.

http://en.wikipedia.org/wiki/Oflag_VI-B

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fuente http://www.oflag.de" onclick="window.open(this.href);return false;

En agosto de 1942 en ese mismo campo, hubo una fuga masiva de 41 prisioneros que escalaron las vallas usando escaleras articuladas caseras, 3 hombres consiguieron retornar a las filas Aliadas. Este escape fue conocido como el "Warburg Wire Job"

http://www.arrse.co.uk/military-history ... apers.html
"El mal existe cuando las personas buenas no hacen lo que es correcto"

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