Rommel ¿el mejor general de la 2º guerra mundial?

La guerra en el Continente Africano

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beltzo
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Mensaje por beltzo » Vie Abr 20, 2007 10:04 pm

Hola a Todos:

La mejor manera de ver si alguien es un nazi, no es ver si pertenece a tal o cual organización, si vota a tal o cual partido, o si en momentos más o menos puntuales parece o no simpatizar con determinados credos, sino juzgarle según su más amplio comportamiento, y los hechos y actuaciones de Rommel se hallan muy alejados de cualquier perfil nazi.

Si se hace de cualquier otra manera podemos sacar conclusiones totalmente erróneas, hay que tener en cuenta que si bien hoy podemos saber lo que realmente significa ser un nazi, en aquella época esto no estaba ni mecho menos claro. Aunque no se refiera a Rommel, y en realidad precisamente por ello, voy a poner un claro ejemplo de lo que estoy diciendo:

Celebrando la llegada de Hitler a la cancillería, los nazis desfilaron por las calles de Bamberg el 30 de enero de 1933, desafiando la prohibición del reichswerhr en lo referente a las actividades políticas, un joven oficial de caballería vestido de uniforme desfiló a la cabeza. Su nombre: Klaus von Stauffenberg. *

¿Alguien en su sano juicio y que sepa algo sobre Stauffenberg lo tildaría de nazi?

*David Fraser “Rommel, el zorro del desierto” Planetadeagostini 2006 p.131

Saludos
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Mensaje por José Luis » Vie Abr 20, 2007 10:20 pm

beltzo escribió: Celebrando la llegada de Hitler a la cancillería, los nazis desfilaron por las calles de Bamberg el 30 de enero de 1933, desafiando la prohibición del reichswerhr en lo referente a las actividades políticas, un joven oficial de caballería vestido de uniforme desfiló a la cabeza. Su nombre: Klaus von Stauffenberg. *
Amigo Beltzo, eso es un mito. Poseo prácticamente todas las biografías en español e inglés sobre Stauffenberg, entre ellas las de su mayor especialista, Peter Hoffmann, quien tilda ese "incidente" de "pure legend" ("pura leyenda"). Como me propongo, dentro de un mes más o menos, escribir un artículo sobre Stauffenberg, entonces detallaré la realidad de ese gran mito.

Saludos cordiales
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Mensaje por beltzo » Vie Abr 20, 2007 11:24 pm

Hola de Nuevo:

Amigo José Luis, mito o no, y si lo dice Hoffman seguro que lo es, lo cierto es que un suceso como este no me hubiese extrañado demasiado porque en realidad no indica gran cosa. Karl Plagge, por ejemplo fue miembro del NSDAP antes de la llegada de Hitler al poder y de nazi no tenía nada, todo lo contrario.

Lo que quería hacer ver, es que si nos quedamos en análisis superficiales, la gran mayoría de la población alemana podría en un momento u otro ser tildada de nazi, lo cual aparte de falso es a su vez tremendamente injusto.

Aún con ello, he podido leer repetidamente afirmaciones de ese estilo, cuando se aplica a Rommel pasa exactamente lo mismo, amistad y admiración para con Hitler luego es nazi, esta asociación con toda seguridad podría ser correcta en nuestros días pero desde luego no en aquellos, si no existen otros datos que lo avalen y en este caso lo que indican es todo lo contrario.

En fin, es uno de los problemas de hacer valoraciones retrospectivas en el que con demasiada frecuencia caen los historiadores, lo cual no deja de sorprenderme.

Saludos
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Mensaje por José Luis » Sab Abr 21, 2007 12:21 am

Bueno, yo no le concedería demasiada importancia a que un historiador no especializado tilde a un personaje dado como "nazi" si lo hace de pasada y si el tema de su libro no es precisamente el nazismo ni el personaje así tildado. Nosotros le damos importancia porque vamos más allá del significado aparente de ese epíteto. Sería, sin embargo y en mi opinión, un error importante en un experto de la Alemania nazi y de la oficialidad de la Wehrmacht, cosa que no ocurre con Murray y Millet.

Pero en la Alemania de 1933, e incluso antes, se podía ser simpatizante o incluso miembro del NSDAP sin que por ello se fuese un criminal o un indecente. El historiador alemán Hans Mommsen, experto en Weimar y en la Alemania de Hitler, toma como ejemplo de esto al funcionario prusiano Fritz-Dietlof Graf von der Schulenburg, una de las figuras más importantes del movimiento de resistencia que llevó a cabo el atentado del 20 de julio de 1944, y que dio sin ningún reparo su apoyo al NSDAP, del que se había hecho miembro en octubre de 1932 a pesar de las regulaciones en contra del servicio civil prusiano. Tenía un hermano que ya era miembro del NSDAP y otro de las SA. Landrat (prefecto de distrito) de Fischhausen (Prusia del Este), fue vicejefe de la policía de Berlín en 1937 y Regierungspräsident (gobernador provincial) de Silesia desde 1939, puesto del que dimitió en junio de 1940 para solicitar el ingreso voluntario en el 9º Regimiento de Infantería de Potsdam (nido de conspiradores aristócratas). Se hastió de los nazis por su corrupción burocrática, por sus abusos y cuando comenzó a saber de los crímenes nazis en Polonia y la URSS se pasó decididamente a la oposición clandestina, pagando con su vida el heroísmo del 20 de julio de 1944.

Como ya dije, Beck, el padre moral de todo el movimiento de resistencia militar, recibió con los brazos abiertos a Hitler, pero no tardó mucho tiempo en lamentarlo. Antes que él, el general y ministro de Defensa de Weimar, Groener, habló bien de Hitler, al igual que Schleicher y que el peor enemigo de Hitler, según sus propias palabras en los últimos días en el búnker de la Cancillería del Reich, el "general rojo", Hammerstein-Equord. Luego, muy pronto, justo antes de que Hitler se convirtiera en canciller, quisieron eliminarlo. Carl Goerdeler, otro de los héroes del movimiento de resistencia civil contra Hitler, fue partidario de Hitler en sus inicios en el poder, trabajando con él. Y el mismo Stauffenberg, a quien has citado, fue un entusiasta partidario de los nazis cuando éstos llegaron al poder.

Todos estos personajes que he citado, y muchísimos otros, eran políticamente conservadores, por ello no es de extrañar que en un principio diesen la bienvenida a Hitler. Pero común igualmente a todos ellos, por encima de sus ideales políticos tenían sus convicciones morales y religiosas, factores claves primero en su alejamiento de Hitler y el NSDAP cuando descubrieron sus verdadero rostro, y después cuando decidieron luchar para derrocarlos.

Si no conocemos la historia de sus vidas y la de la Alemania que les tocó vivir, o si sólo las conocemos parcialmente, no es de extrañar que extraigamos conclusiones equivocadas o, cuando menos, sesgadas.

En fin, perdonad por la deriva.

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Mensaje por beltzo » Sab Abr 21, 2007 12:41 am

Hola de Nuevo:
Bueno, yo no le concedería demasiada importancia a que un historiador no especializado tilde a un personaje dado como "nazi" si lo hace de pasada y si el tema de su libro no es precisamente el nazismo ni el personaje así tildado. Nosotros le damos importancia porque vamos más allá del significado aparente de ese epíteto. Sería, sin embargo y en mi opinión, un error importante en un experto de la Alemania nazi y de la oficialidad de la Wehrmacht, cosa que no ocurre con Murray y Millet.
A este error concreto de Murray y Millet no le doy ninguna importancia, el problema que le veo es que así crecen y se asientan los mitos, y Rommel probablemente es en el estamento militar, la figura alrededor de la cual circulan más mitos en uno u otro sentido. Merece la pena intentar desentrañarlos, el problema muchas veces es que estos mitos estan tan asentados que muchos sencillamente se niegan a verlos.

De Murray y Millet ya mencione antes que los suyo son los asuntos militares y si ellos afirman que Rommel ha de ser considerado el mejor general de la II guerra mundial, aunque yo lo pueda considerar algo reducionista, soy consciente de que al menos ahí si hablan con pleno conocimiento de causa.


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Mensaje por beltzo » Sab Abr 21, 2007 5:40 pm

Hola de Nuevo:

En relación a Rommel y los judíos, un par de cosas apuntadas en el libro de David Fraser.

Según testimonio de su hijo Manfred, Rommel era tolerante y tenía amigos judíos, en las pocas ocasiones en que se paraba a pensar en ellos les consideraba seres humanos igual que él aunque hubiese deseado que fueran cristianos.*

Rommel, el hombre eminentemente práctico y realista, podía ser notablemente ingenuo con estos temas, así Manfred relató que en 1943, cuando Rommel se encontraba entre los íntimos de Hitler se atrevió a lanzar una sugerencia: puesto que la actitud de Alemania hacia los judíos era causa de mala prensa y propaganda en el extranjero, sería bueno nombrara a un gauletier judío si se podía encontrar alguno adecuado. Se hizo un silencio en la mesa y Hitler contestó fríamente: “Usted no ha entendido nada de lo que quiero conseguir”. Cuando abandonó la sala, Hitler comentó desolado ¡Pero no se da cuenta de que los judíos son la causa de la guerra!

*Nótese que el único reparo estaba en la diferente religión y en modo alguno en la raza, tampoco este prejuicio debía tener ninguna importancia puesto que su mujer Lucy era católica mientras que Rommel era evangelista.

Saludos
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Mensaje por José Luis » Vie May 25, 2007 10:52 am

¡Hola a todos!

Hay otro aspecto en la actuación del mariscal Rommel en la IIGM que lo coloca por encima de cualquier otro mariscal alemán: su oposición a Hitler y su decisión (frustrada por el accidente del 17 de julio de 1944) de poner fin a la guerra en el Oeste en julio de 1944.

Para algunos (muchos, pocos, es algo que no sé), el papel de los oficiales militares alemanes que conspiraron para asesinar a Hitler y dar un coup d’état para eliminar el régimen nazi fue un acto de traición (¿a Alemania, a Hitler?), y una deshonra por la ruptura del juramento de lealtad a Hitler.

Sobre lo primero, la traición, debo responder que en 1944, antes incluso de producirse el desembarco aliado del Día-D, la guerra para Alemania estaba completamente perdida (ya lo estaba desde hacía mucho tiempo antes), y la persona que encarnaba el régimen nazi no estaba dispuesta bajo ninguna circunstancia a poner fin a la guerra o a facilitar las circunstancias políticas (retirarse de escena) para que otro gobierno firmase con el enemigo la rendición incondicional. Pero además, esa persona y sus secuaces estaban llevando a cabo -al tiempo que imponían a su pueblo los mayores sacrificios y lo abocaba a la mayor desolación- asesinatos masivos a una escala jamás conocida de seres humanos inocentes.

Tales eran las circunstancias que tenían que afrontar los oficiales alemanes que decidieron que el pueblo alemán era mucho más importante que el régimen nazi como para sacrificarlo por la megalomanía y la sed de sangre de un Führer que deseaba, para saciar su furia incontenible, la completa ruina y devastación de Alemania. Que estos oficiales tenían razón es algo que se encargaron de demostrar los hechos posteriores al desgraciadísimo día del 20 de julio de 1944.

Cuenta Joachim Fest* que mientras que poco más de 2.8 millones de soldados y civiles alemanes murieron durante los casi cinco años que transcurrieron entre el comienzo de la guerra el 1 de septiembre de 1939 y el atentado contra Hitler del 20 de julio de 1944, en cambio murieron 4.8 millones de alemanes durante los nueve meses y medio que siguieron a la fecha de ese atentado hasta el fin de la guerra a principio de mayo de 1945. Si se hace la media de esas cifras de forma diaria, el estupor es todavía mayor. Antes de producirse el atentado del 20 de julio de 1944, habían muerto de media diaria unos 1.588 alemanes; tras el atentado la media subió más de diez veces, exactamente a 16.641 muertos diarios.

Parece evidente que, la guerra perdida, esos oficiales conspiradores tenían mucha razón cuando decían que había que evitar a toda costa el sacrificio inútil del pueblo alemán. Sólo los fanáticos nazis, los cobardes, los asesinos, y los que estaban enfangados hasta el cuello podían ver la situación de otra manera. Y digo bien, porque ¿qué otros términos no similares podían aplicarse a quienes, “alzando” las banderas de la patria y el honor, estaban provocando la completa destrucción de la primera y mancillando todo significado del segundo?

En cuanto al juramento de lealtad. Podía responder como el propio Stauffenberg: ese juramento, Hitler, con su traición al pueblo alemán, lo había invalidado completamente. O puedo traer a colación, nunca mejor, las sabias palabras que Theodor Fontane escribió en el siglo XIX en su Vor dem Sturm, tras sus experiencias con el ejército prusiano: “Si el soberano se aparta de su juramento, sea mediante la locura, el crimen u otras razones, mi juramento deja ya de tener validez.” O tal vez debería recordar lo que se enseñaba en la escuela de cadetes de Lichterfelde: “La obediencia prusiana es la consecuencia de una decisión libre, no del servilismo.” Pero quizás conocía mucho mejor Rommel que sus compañeros mariscales -que a diferencia de él, sí pertenecían al Estado Mayor General- lo que verdaderamente significaban las palabras de Moltke el Viejo esculpidas en los muros de la Bendlerstrasse: “La obediencia es un principio, pero el hombre está por encima del principio.”

Había muchísimas razones y enseñanzas que deberían haber hecho comprender a todo oficial alemán que su antiguo juramento de lealtad a Hitler había quedado invalidado, por los crímenes de éste, hacía mucho tiempo. Así lo comprendieron algunos, pero otros, la mayoría, lo utilizaron como refugio y coartada para su deshonra.

Speidel, en su Invasion 1944, resumió con la frase que Ernst Jünger dedicó a Rommel en Los Rayos, la auténtica frustración que para los conspiradores del Oeste supuso el trágico accidente del mariscal el 17 de julio:

The hurt that Rommel received on the Livaroath road on 17th July deprived our plan of its cornerstone, the only man strong enough to bear the terrible weight of war and civil war simultaneously, the only man who was bold enough to outface the terrible simpleton. This was a heavy omen.”

“El daño que Rommel recibió en la carretera de Livaroath el 17 de julio privó nuestro plan de su piedra angular, el único hombre lo suficientemente fuerte para llevar la terrible carga de una guerra y una guerra civil simultáneamente, el único hombre que era lo suficientemente audaz para hacer frente al terrible simplón. Esto fue un mal augurio.”

* Joachim Fest, Plotting Hitler's Death: The Story of German Resistance. Fest se basa en un estudio realizado en Alexander Stahlberg, Die verdammte Pflicht: Erinnerungen, 1932-1945 (Berlin and Frankfurt, 1994). Stahlberg fue ayudante del mariscal Erich von Manstein.

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Mensaje por Antonio » Dom Jun 10, 2007 1:38 pm

José Luis escribió:... En cuanto al juramento de lealtad. Podía responder como el propio Stauffenberg: ese juramento, Hitler, con su traición al pueblo alemán, lo había invalidado completamente. O puedo traer a colación, nunca mejor, las sabias palabras que Theodor Fontane escribió en el siglo XIX en su Vor dem Sturm, tras sus experiencias con el ejército prusiano: “Si el soberano se aparta de su juramento, sea mediante la locura, el crimen u otras razones, mi juramento deja ya de tener validez...
Permite, Jose Luis, que introduzca una nota de Cartier al respecto:

"Pero la bomba que ha de matar a Hitler ya está hecha. Y el hombre encargado de depositarla a los pies del Fuhrer es uno de los corazones más puros y más intrépidos que nunca hayan latido. Stauffenberg sirvió en Túnez. Una mina le arrancó el brazo derecho, el ojo izquierdo y dos dedos de la mano izquierda. En su cama de hospital, en ceguera temporal, meditó sobre los deberes de un caballero y un cristiano. Aparta el juramento fatal. Hay que matar a Hitler, no sólo porque su desaparición representa la unica posibilidad de evitar el fondo del desastre, sino también porque la exterminación del monstruo representa un deber de conciencia para un alemán."

Saludos.

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Mensaje por josan » Sab Jun 16, 2007 7:30 pm

Para mi y con todo respeto,todos los generales que se han citado,son bastante inferiores militarmente a Rommel.Un saludo.

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Mensaje por josan » Sab Jun 30, 2007 1:54 pm

Esta semana,he comprado la revista "La aventura de la Historia",en la que se comenta,la batalla de El Alamein.
Toda la explicacion de esta batalla,se basa,al parecer,en la opinion de David Solar,conocido escritor sobre la segunda guerra mundial.
En mi opinion,este señor achaca la derrota alemana a Rommel,-al que acusa ,sin cortarse un pelo,de graves errores estrategicos,y por supuesto a Hitler.
Todo lo que dice,son los clasicos lugares comunes.-Malta,logistica etc.
Por mucho autor que sea.-en el año 2007.-no utiliza mas que argumentos,que ya han sido utilizados,por muchos otros.
Al final,comenta que Rommel,sera muy simpatico,pero que cometio graves errores estrategicos.¿Es de fiar este señor?Un saludo.

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rommel

Mensaje por rundstedt » Mié Jul 04, 2007 11:24 pm

yo creo que Rommel fue uno de los mejores generales de la SGM teniendo en cuenta que la guerra en el desierto era un teatro de guerra olvidado por Hitler y el alto mando aleman.Si Rommel hubiese contado con mas unidades acorazadas e infanteria hubiese llegado al canal de Suez.

De hecho la 7 division acorazada en francia comandada por el fue la primera unidad en llegar al canal de la mancha durante la campaña de Francia.
"¿De que le sirve tener dos tanques por cada uno de los mios si los dispersa y me deja destruirlos uno por uno?" le pregunta Rommel a un prisionero ingles "Me envio tres brigadas acorazadas una detras de la otra"responde el mismo.

Erwin Rommel durante la operacion "Crusader"

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Mensaje por balatón » Dom Jul 15, 2007 11:13 am

Rommel fue uno de los mejores generales del Eje, junto con Manstein, Guderian o Runstedt.

Aunque sin duda el mejor es Manstein.
Una mentira repetida 1.000 veces es una verdad. Joseph Goebbels

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Mensaje por Mannerheim » Mié Jul 25, 2007 5:59 pm

PAra mi Rommel fue uno de los mejores generales, pero no el mejor, lo cual por otro lado, como ha quedado dicho ya, es difícil de valorar. Me gustaría aportar un par de opiniones de generales coetaneos sobre Rommel que ya he puesto en un post que incluye una encuesta sobre el mejor general(la gana Rommel de calle), pero que posiblemente habrían estado mejor ubicados aquí.

En el libro "Las Entrevistas de Nuremberg", de Leon Goldensohn, aparecen estractos de una entrevista Sepp Dietrich depués de la guerra en la que éste declara sobre Rommel que le parecía un general de tanques solo regular, ya que además provenía de infanteria. Declara que siempre tenía prisa y luego perdía el interes, que si las cosas le salían bien era muy bueno, pero que cuando se torcian se deprimía.

Eisenhower, en "Mi guerra en Europa", también se muestra muy crítico con la estrategia de Rommel en la campaña de Francia del 44. Comenta varias veces que si se hubiera seguido el criterio de Rundstedt de tener una reserva móvil, los alemanes hubieran tenido muchas mas opciones que con la tactica de Rommel de fiarlo todo a detener la invasion en las playas. Los intentos posteriores de crear esta reserva una vez se afianzaron los aliados en una franja de terreno, fueron ya imposibles de realizar.

Qué pensáis de estas opiniones?
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Mensaje por José Luis » Mié Jul 25, 2007 11:00 pm

¡Hola a todos!
Mannerheim escribió:
En el libro "Las Entrevistas de Nuremberg", de Leon Goldensohn, aparecen estractos de una entrevista Sepp Dietrich depués de la guerra en la que éste declara sobre Rommel que le parecía un general de tanques solo regular, ya que además provenía de infanteria.

Qué pensáis de estas opiniones?
Pues opino.

El mayor genio operacional (y ya es una redundancia) del Generalstab des Heeres (Manstein) jamás acabó el curso reglamentario en la Kriegsakademie (por la guerra); el que lleva las medallas (en el país de los ciegos) en lo concerniente a la Panzerdoktrin, Guderian, desdeñaba (hechos) la esencia de la Bewegungskrieg (mecanización de la infantería, entre otras cosas); el oficial superior top ranking de la Wehrmacht (Rundstedt, con permiso de Mackensen) era un alcohólico (¡qué mala leche parece que tengo.........hoy!) anclado en “Altamira”; el gran teórico de la Panzerkrieg (Geyr) parecía desconocer los caprichos resultantes del domino del cielo (“¡Ah!”). Y Sepp Dietrich, cultivador del nacionalsocialismo y hacedor de sueños de historias de caballerías, tuvo la decencia (entonces, en julio de 1944, ¡que ya era decencia, mon Dieu!) de ponerse incondicionalmente a las órdenes (fuesen las que fuesen) de Rommel.

Un provinciano, extraño al Generalstab des Heeres, del arma de infantería, sentó cátedra para las futuros estudiosos de la “guerra de movimientos” a nivel táctico, y fuel el claro vencedor de la famosa Panzerkontroverse ("¡Ah, la estrategia!") de la primavera de 1944.

Sin embargo, no tuvo tiempo para escribir sus memorias (para alivio de algunos………….de sus mal llamados camaradas prusianos)

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Mensaje por Mannerheim » Jue Jul 26, 2007 4:28 pm

Hola Jose Luis,

la verdad es que las opiniones de Sepp Dietrich sobre Rommel me parecen tendenciosas a nivel político y personal, máxime siendo él un matón cuyo unico merito fue estar con Hitler desde los comienzos y liquidar a las SA con demasiado entusiasmo, lo que incluso le valió después de la guerra más años de carcel que la matanza de MAlmedy. Me puedes ilustrar sobre los hechos a los que referencias en los que Dietrich se puso a las ordenes de Rommel? Te refieres al intento de asesinato de Hitler?

Sobre lo de la Panzerkontroverse, ése es el punto en el que creo que Ike se contradice en su libro respecto al testimonio en que acusa a Rommel de una incorrecta estrategia por parte alemana. Continuamente repite en el libro "Mi guerra en Europa" que el dominio aereo de los aliados y los bombardeos de las comunicaciones alemanas antes y después del desembarco hicieron imposible la llegada de refuerzos y pertrechos alemanes mas que a cuentagotas, con lo que sólo eran sacrificados en intentar mantener el frente sin permitir tomar la iniciativa. Asi que la estrategia de tener una reserva móvil sólo hubiera servido si por suerte para Alemania hubiera estado al lado de los puntos de desembarco.

Un saludo y gracias.
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