El 5 de enero de 1941 Wawell propuso a la Junta de Estado Mayor el inicio de operaciones contra Bengasi con carácter urgente. Desgraciadamente la campaña de Grecia comenzaba a interferir en el desarrollo de la exitosa operación británica en el norte de Africa. Al día siguiente Churchill pidió que se enviaran cuatro o cinco escuadrones de aviones a Grecia y confirmó los peores temores de Wawell informandole que tenía que adaptar sus planes a "intereses de mayor calado". A pesar del éxito de O´Connor el primer ministro estaba
Entretanto la RAF había estado bombardeando los aeródromos de Gazala, Derna y Timini y había mantenido patrullas de cazas Hurricanes para asegurar la victoria en la batalla de Bardia. La Regia Aeronautica se encontraba sumida en el caos y no había podido efectuar una oposición efectiva hasta que la batalla de Bardia concluyó en otra debâcle italiana.
El día 5 de enero por la tarde la 7 Brig. Blindada ocupó el aeródromo de El Adem a tan sólo 8 millas al sur de Tobruk y al día siguiente avanzó hacia el oeste aislando a guarnición italiana de Tobruk mientras la 4 Brig. Blindada llegaba hacia la zona este del perimetro fortificado. El aérodromo de Bir el Gubi fue hallado abandonado y sembrado de aviones italianos destruídos y sin reparar. La estrategia aérea británica había sido un éxito clamoroso a pesar de operar en una relativa inferioridad numérica. Pero la RAF iba a enviar varios escuadrones a Grecia con lo que la superioridad aérea podía evaporarse rápidamente. El único respiro provino de los griegos que rechazaron la ayuda británica por inadecuada y provocativa frente a los alemanes que ya se encontraban de turistas en Bulgaria el día 21 de enero.
Wawell propuso a O´Connor ocupar Tobruk y luego lanzar una incursión a Bengasi. O´Connor ya estaba dispuesto para el primer objetivo que además era vital para la estirada y sobrecargada logística británica. En efecto, el puerto de Tobruk era bastante mayor que el de Bardia y era fundamental para hacer llegar los suministros.
El 6 de enero la 16 Brig. Australiana relevó a la 4 Brigada Blindada en la parte del perimetro y también se recibieron dos regimientos de artillería.
Los defensores estaban integrados por la 61 Div. Infantería "Sirte", unos 7.000 hombres de la guarnición, escalones administrativos y numerosos fugitivos desmoralizados huídos de Bardia integrados en el XXII Cuerpo de Ejército mandado por el general Petassi Manella que asumiría la defensa junto al general Bergonzoli “Barba Eléctrica”. En total unos 25.000 hombres dotados de 220 piezas de artillería, 45 carros ligeros y 20 medios.
Las defensas de la plaza eran dos perímetros concéntricos con 128 puestos semisubterráneos de hormigón, una alambrada y una zanja antitanque, aunque esta última estaba incompleta. La longitud de las defensas era de nada menos que 30 millas. Por tanto el perímetro era mayor y los defensores menor en número que en la plaza de Bardia. Los defensores se encontraban muy desmoralizados incluidos los 7.000 huídos de la zona de Bardia aterrados por la aparente invulnerabilidad de los Matildas.
Mientras tanto la otra brigada de infantería (la 19 Brig.) de la 6 Div. Australiana fue llegando en los días sucesivos y se aplicó en explorar el terreno y los puntos débiles de las defensas italianas. El avance hacia Bengasi vía Mechili por parte de la 7 Div. Blindada fue cancelado ante la escasez de combustible y piezas de recambio. En rigor se imponía una pausa operacional motivada por la logística y O´Connor comprendió que no se iba a poder resolver ese apartado sin la captura de Tobruk. Las bajas operativas de carros y vehículos en las unidades británicas y australianas eran tan importantes por el desgaste que varias unidades fueron reequipadas con carros M11 y M13 capturados como muestra la fotografía de abajo.
El plan de conquista iba a recaer fundamentalmente en la 6 Div. australiana con sus dos brigadas de infantería desde el sudeste mientras la 7 Div. Blindada proporcionaría cobertura en el sur y este así como asistencia con los escasísimos Matildas aún disponibles y que sumaban un total de 18 unidades. Incluso este número sólo fue conseguido después de posponer el ataque hasta el 21 de enero para poder utilizar las piezas y motores operativos y concentrar unos cuantos vehículos acorazados en disposición de operar. El resto de Matildas fue evacuado hacia Egipto para proceder a una reparación completa mientras la RAF efectuaba bombardeos aéreos y cañoneros de la Royal Navy desmoralizaban con su cañoneo al enemigo. Iba a ser una repetición casi exacta de la operación de conquista de Bardia…
A las 05.40 de la mañana la artillería abrió fuego y la infantería australiana dotada de torpedos Bangalore avanzó para abrir brechas en la alambrada. Además en el sector escogido la zanja antitanque tenía muy poca profundidad. Como se había puesto de manifiesto en Bardia, lo esencial era la velocidad por lo que las tropas australianas asaltantes llevaban tan sólo armas y munición. Los puestos 54 y 56 fueron asaltados con gran rapidez, el 55 costó bastante mas pera al cabo de una hora había caído. Una de las compañías se encontró con trampas explosivas que causaron varias bajas. El puesto 62 se mantenía firme a pesar del bombardeo artillero y fuego de los carros y los australianos tuvieron que reducirlo con una especie de cócteles Molotov. Los australianos ya habían penetrado en todo el sector escogido del perímetro exterior ayudados por una docena de carros italianos pintados con canguros para prevenir confusiones. En general se repetía la tónica de la campaña, algunas unidades italianas presentaban una resistencia furiosa pero el grueso de la tropa una vez veía que habían sido desbordada la posición defensiva se rendían en grandes números.
Ahora los australianos marchaban contra el perímetro interior, en aquel momento recibieron el fuego combinado de varias piezas artilleras italianas, tanquetas italianas enterradas y el contraataque de 9 carros italianos apoyados por infantería. Por un momento el avance italiano reculó hasta que la intervención de dos carros Matildas y la barrera artillera australiana comenzó a golpear a los italianos y éstos comenzaron a retroceder. Por la tarde se intentó pactar la rendición italiana aunque el mando italiano recibió una llamada directa del propio Mussolini prohibiendo la rendición. No obstante, las tropas australianas habían capturado hacia el atardecer casi 8.000 hombres y la situación italiana era desesperada con todo el dispositivo defensivo deshecho y tan sólo algunos puntos fortificados en sus manos. El general Penella fue capturado pero se negó a rendir los efectivos a su mando.
Nota: El M11/39 era uno de los carros medios principales en el arsenal italiano. El cañón de 37 mm se encontraba encastrado en el casco del vehículo lo que limitaba el campo de fuego. Tenía un blindaje bastante escaso y por si fuera poco era mecánicamente muy poco fiable, con una suspensíón bastante mala que limitaba la velocidad a unos 30 km/h campo a través.
Para mayor inri varios bombarderos italianos SM.79 bombardearon a sus propios compatriotras cuando varias bombas cayeron sobre un cercado que albergaba a los 8.000 hombres hechos prisioneros durante el día matando e hiriendo a varios centenares. La noche trajo una obligada pausa en el combate pero la llegada del nuevo día supuso la reanudación del combate y la toma de los últimos puestos fortificados italianos mientras la 7 Div. Blindada entraba en el perímetro fortificado por la carretera de Derna aunque en general no fue necesaria su ayuda. El general Vincezo della Mura, comandante de la 61 Div. de infantería Sirte rindió a los restos de la guarnición italiana, unos 17.000 hombres. Tan sólo algunos italianos entre ellos el tenaz general Bergonzoli escaparon a la capitulación. Los italianos habían perdido 25.000 hombres junto a todo el material. Dentro de la ciudad los australianos encontraron un puerto muy necesario para futuras operaciones y grandes reservas de munición, agua y pertrechos. El crucero italiano San Giorgio que había dado algo de apoyo artillero durante el asalto australiano fue dinamitado junto a un submarino y dos mercantes italianos. Las pérdidas australianas no pasaban de los 400 hombres…
Fuente:
John Latimer: Operation Compass 1940. Wavell´s Whirlwind Offensive (pág. 54-65) Osprey Publishing Ltd. 2000.