Giovanni Palatucci, el policía italiano que dió su vida

El genocidio nazi contra los judíos

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Giovanni Palatucci, el policía italiano que dió su vida

Mensaje por Francis Currey » Sab Oct 20, 2007 11:20 am

Giovanni Palatucci

La siguiente historia de la cual no tenia ni idea ha llegado a mis manos a través de un buen amigo que me envió hace pocos días un artículo publicado en el diario Clarin el 09 de junio de 2004. Una vez más se pone de manifiesto con esta narración que existió una minonía valiente, capaz de alzarse contra la barbarie nazi

Giovanni Palatucci era un policía italiano de 28 años que en 1937 ejercía su función en la ciudad de Fiume (hoy forma parte de Croacia) a cargo del departamento de extranjeros.

Imagen
fuente http://caminocatolico.org/home/images/s ... ovanni.jpg

En octubre de 2002 el vicario del Papa en Roma, Padre Gianfranco Zuncheddu, abrió la causa de beatificación donde revela detalles de este policía que dio su vida para salvar a unos cinco mil judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

Cuando Benito Mussolini fue designado primer ministro en 1922, el partido fascista italiano no practicaba políticas antisemitas. Esto cambió en 1938, cuando el gobierno del "Duce" cedió ante la presión nazi y decretó una serie de leyes anti-judías que incluían el confinamiento de judíos extranjeros refugiados en campos de internados. Uno de los más grandes de estos campos estaba ubicado en Campania, donde el tío de Giovanni era Obispo.

En una reciente conferencia sobre "Los Salvadores del Holocausto", Baruj Tenembaum, fundador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, una organización que investiga las acciones de quienes arriesgaron o perdieron sus vidas para salvar a personas perseguidas durante la Segunda Guerra Mundial, explicó que el trabajo de Palatucci consistía en editar los papeles de residencia necesarios requeridos por la ley para refugiados. Silenciosamente, comenzó a falsificar documentos y visas -explicó Tenembaum- que permitían deportar oficialmente judíos. "Pero se las ingenió para que fueran enviados a Campania, instruyéndolos para que contactaran a su tío, quien les ofrecería la máxima asistencia posible".

Luego del encarcelamiento de Mussolini en 1943, las fuerzas alemanas ocuparon el norte de Italia convirtiendo la situación en Fiume de creciente peligro para el policía y mortal para los 3.500 judíos que se encontraban allí.

Ese año Palatucci fue ascendido a jefe de policía y así pudo continuar su labor secreta. Segun datos de la investigación realizada por Tenembaum "en vez de darle información a los alemanes sobre judíos para ser deportados, destruyó los expedientes. Cuando conoció los planes de los nazis, advirtió a la gente a tiempo, con frecuencia proveyéndola de documentos falsos y dinero para huir".

"Giovanni Palatucci fue más allá de la comandancia: amó a su prójimo más que a si mismo", testificó la sobreviviente Roszi Neumann ante la comisión que inició la causa de beatificación.

La situación de Palatucci empeoró cuando oficiales alemanes inspeccionaron su departamento buscando información, entonces el embajador suizo en Trieste, amigo cercano del policía le ofreció un pasaje seguro a Suiza pero, en lugar de utilizarlo, él envió a su prometida, una joven judía que en la actualidad vive en Israel.

"El 13 de setiembre de 1944 fue arrestado por la Gestapo acusado de conspiración y enviado a prisión en Trieste donde fue condenado a muerte -explicó Tenembaum. Aunque su sentencia fue conmutada, un mes después fue trasladado al campo de exterminio de Dachau donde murió el 10 de febrero de 1945, pocas semanas antes de que el campo fuera liberado por los aliados".

Tenía 36 años. Algunos dicen que murió de desnutrición; otros testigos declararon que recibió un disparo.

En 1953, la ciudad de Ramat Gan, cerca de Tel Aviv, honró a Palatucci poniéndole su nombre a una calle. Dos años después, la Unión de Comunidades Judías Italianas lo premió póstumamente con una medalla de oro. Su presidente, Amos Luzzatto enfatizó: "El jefe de policía no podría haber ignorado el riesgo que corría. Actuó sabiendo que se dirigía hacia su propio sacrificio; para él era meritorio dar su vida por apenas un hombre".
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Mensaje por Francis Currey » Sab Oct 20, 2007 11:21 am

Revelaciones sobre el policía en vías de beatificación que salvó a miles de judíos

BUENOS AIRES, lunes, 31 mayo 2004 (ZENIT.org).- El fundador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg ha revelado detalles sobre la vida de Giovanni Palatucci, policía italiano que dio la vida para salvar a unos cinco mil judíos durante la segunda guerra mundial, actualmente en camino de beatificación.

En una conferencia sobre «Los salvadores del Holocausto», Baruj Tenembaum ha aportado nuevos datos sobre la figura del antiguo comisario de la ciudad de Rijeka (hoy en Croacia), en esos años de jurisdicción italiana con el nombre de Fiume, quien entre 1937 y 1944 desempeñó su labor procurando documentos y salvoconductos falsos a los perseguidos del nazismo.

Giovanni Palatucci, nacido en 1909 en Montella, provincia de Avellino, en la región de Campania, Italia, desempeñó esta labor con la ayuda de su tío, monseñor Giuseppe Maria Palatucci, O.F.M. Conv., obispo de Campania (Campagna).

Cuando Benito Mussolini promulgó en 1938 las leyes antijudías, que incluían el confinamiento de judíos extranjeros refugiados en campos de internados. Uno de los más grandes estaba ubicado precisamente en Campania.

«Quieren hacernos creer que el corazón es sólo un músculo, para impedirnos hacer lo que nuestros corazones y religión nos dictan», dijo Palatucci refiriéndose a estas leyes, según datos de la investigación realizada por Tenembaum.

«El trabajo de Palatucci consistía en editar los papeles de residencia necesarios requeridos por la ley para refugiados. Silenciosamente comenzó a falsificar documentos y visas. Cuando Palatucci "deportó oficialmente" judíos, se las arregló para que fueran enviados a Campania, instruyendo a "sus" refugiados que contactaran a su tío, quien les ofrecería la máxima asistencia posible», revela el fundador de la Fundación.

Tras el encarcelamiento de Mussolini en 1943, las fuerzas alemanas ocuparon el norte de Italia, convirtiendo la situación en Fiume de creciente peligro para Palatucci, y mortal para los 3.500 judíos que allí se encontraban.

«En febrero de 1943, Palatucci se convirtió en el jefe de policía de Fiume y así pudo continuar su labor secreta. En vez de darle a los alemanes información sobre "extranjeros" para ser deportados, destruyó los expedientes. Cuando conoció los planes de los nazis, advirtió a la gente a tiempo, con frecuencia proveyéndola de documentos falsos y dinero para huir», revela Tenembaum.

«En junio de 1943, altos oficiales alemanes inspeccionaron el apartamento de Giovanni. Buscando información sobre residentes judíos, los únicos listados que encontraron correspondían a personas que hacía mucho tiempo habían dejado Italia. A partir de ese momento, la relación de Palatucci con sus superiores se tornó muy peligrosa», añade el conferencista.

«Un amigo cercano, el embajador suizo en Trieste, le ofreció a Palatucci un pasaje seguro a Suiza. Aceptó la generosa oferta de su amigo, pero en lugar de utilizarlo él, envió a su prometida, una joven judía. Allí pasó la guerra y hoy vive en Israel», revela.

«El 13 de septiembre de 1944 Giovanni Palatucci fue arrestado por la Gestapo, acusado de conspiración y enviado a prisión en Trieste, donde fue condenado a muerte --añade el fundador--. Empero, su sentencia fue conmutada y el 22 de octubre fue trasladado al campo de exterminio de Dachau. Su número de prisionero era el 117.826».

«Murió el 10 de febrero de 1945, pocas semanas antes de que el campo fuera liberado por los aliados, el 29 de abril de 1945 --añade--. Algunos dicen que murió de desnutrición. Otros testigos declararon que recibió un disparo. Tenía sólo 36 años».

En octubre de 2002, el cardenal Camillo Ruini, obispo vicario de la diócesis de Roma, abrió su causa de beatificación.

«En 1953, la ciudad de Ramat Gan, cerca de Tel Aviv, honró a Palatucci poniéndole su nombre a una calle. En la ocasión se plantaron 36 árboles --uno por cada año de la vida de Giovanni--», recuerda Tenembaum.

«El 17 de abril de 1955, la Unión de Comunidades Judías Italianas premió póstumamente a Palatucci con una medalla de oro», añade.

«En numerosas ciudades italianas, entre ellas Milán, Torino, Salerno, Trieste, Avellino y Roma, plazas y paseos públicos llevan el nombre de Giovanni Palatucci», recuerda.

La Fundación Internacional Raoul Wallenberg (FIRW) es una organización privada, no gubernamental, dedicada a mantener vivo el recuerdo de Raoul Wallenberg, diplomático sueco que desapareció en enero de 1945 después de haber salvado la vida de decenas de miles de judíos condenados a una muerte segura por los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

La Fundación recuerda asimismo las acciones de los «salvadores» que arriesgaron --y algunas veces perdieron-- sus vidas para salvar a personas perseguidas durante la Segunda Guerra Mundial, como Raoul Wallenberg, el nuncio apostólico Angelo Roncalli (futuro Juan XXIII), Aristides de Sousa Mendes, Jan Karski y otros.

Fuente: Zenit.
Fecha: 31 de Mayo de 2004

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Mensaje por Francis Currey » Sab Oct 20, 2007 11:24 am


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Mensaje por Francis Currey » Sab Oct 20, 2007 11:26 am

Giovanni Palatucci
Policia y Santo


ROMA, 19 abril (ZENIT.org).- Giovanni Palatucci, responsable de la Oficina de Extranjeros y luego jefe de policía en Fiume (norte de Italia), de 1938 a 1944, salvó la vida a cerca de cinco mil judíos, destinados a los campos de exterminio. Murió en Dachau el 10 de febrero de 1945, en el lugar donde quizá hubieran acabado muchos de los que se beneficiaron de su ayuda. Una ayuda que resultó fatal para él mismo cuando fue descubierto.

«Desde el inicio de la encuesta diocesana de beatificación y canonización del Siervo de Dios, como mártir de la fe, el 17 de junio del año pasado, hemos llegado al edicto del 9 de abril --informa el postulador de la Causa de Beatificación de Palatucci, el padre Gianfranco Zuncheddu--. Ahora esperamos la respuesta y los juicios de los consultores teológicos sobre sus escritos».

Los policías italianos se han dedicado con ahínco a colaborar en la causa de Palatucci para dar con el paradero de testigos de la acción humanitaria del policía. Un programa televisivo de la RAI --especializado en la búsqueda de personas-- se ha prestado también a la investigación en una edición especial titulada «El jefe de policía de Fiume» (Il Questore di Fiume).

Giovanni Palatucci nació en Montella (Italia) en 1909 y trabajó en la administración de seguridad pública en Génova y luego, desde 1937, en Fiume. Tras la promulgación de las leyes raciales en Italia, empezó a falsificar documentos y visados para miles de judíos, desviándolos hacia campos de internamiento, «protegidos» también con la ayuda de su tío, obispo de Campagna. Prometido con una joven judía, la puso a salvo en Suiza pero decidió volver a su trabajo. Arrestado el 13 de septiembre de 1944 por la policía de seguridad alemana bajo la acusación de conspiración, fue condenado a muerte y luego se le conmutó la pena por la deportación al campo de exterminio de Dachau.

Las investigaciones históricas de la causa de beatificación que han servido al postulador «han sido llevadas a cabo por el Departamento de Policía», afirma el capellán Albero Alberti, coordinador nacional para la asistencia espiritual al personal de la Policía italiana. «En torno a la figura de Palatucci ha nacido incluso una asociación, formada por amigos y ex policías». Su ejemplo será presentado el 18 y el 19 de noviembre durante el Jubileo de los militares y la policía, asegura el padre Giulio Cerchietti, de la Oficina central de los ordinarios militares y de la policía.

Al presentar el programa televisivo, en imágenes grabadas ayer en el Departamento del Instituto Superior de la Policía en Roma, junto a altos directivos de la RAI estaban el rabino jefe de Roma, Elio Toaff y Amos Luzzatto, presidente de la Unión de las comunidades judías italianas, que ha recordado la figura de Palatucci, proclamado «Justo entre las naciones» en 1990 por el Yad Vashem, la institución del memorial judío del Holocausto en Jerusalén.

«Hay dos formas de heroísmo, el que deriva de una necesidad e impulso inesperado, y el de Palattuci: un heroísmo cotidiano que se repite y se confirma ante la certeza del peligro que está corriendo --subrayó Luzzato--. El jefe de policía no podía no conocer el riesgo: estaba demasiado implicado en los mecanismo de la seguridad para no darse cuenta.

Se movía con la conciencia de caminar hacia el propio sacrificio; para él valía la pena dar la vida por un solo hombre».

Fuente: http://www.istrianet.org/istria/people/ ... /zenit.htm

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