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Memorias de Guerra-Mariscal B.Montgomery

Publicado: Jue Nov 04, 2010 8:56 pm
por David L
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Memorias de Guerra.

Autor: Montgomery, Bernard Law (Mariscal)
EAN: 9788492567331
Editado por: Tempus Editorial en Octubre 2010
Colección: Historia militar
Encuadernación Cartone
Páginas: 616

Re: Memorias de Guerra-Mariscal B.Montgomery

Publicado: Jue Nov 11, 2010 8:57 pm
por Eisenhower
Interesantisimo.Lo veo lo compro.
Alguien de aqui lo leyo?
Si nos dice algo sobre el libro mejor
Saludos

Re: Memorias de Guerra-Mariscal B.Montgomery

Publicado: Vie Nov 19, 2010 9:09 am
por julio64
Sera interesante leer la vision de Monty sobre Market Garden y el avance de sus tropas por Europa.

Re: Memorias de Guerra-Mariscal B.Montgomery

Publicado: Sab Feb 26, 2011 9:54 am
por tatobb86
yo tengo este libro y cuando lo leí me gusto mucho, da muchisimos detalles acerca de su forma de combatir en el desierto, y se pasa medio libro analizando las tacticas de Rommel. Yo de los libors que he leido le daria un 8! Un saludo!!

Re: Memorias de Guerra-Mariscal B.Montgomery

Publicado: Sab Feb 16, 2019 1:08 pm
por David L
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Memorias de Guerra

Autor: Montgomery, Bernard Law (Mariscal)
EAN: 9788492567331
Editado por: Tempus Editorial en Octubre 2010
Colección: Historia militar
Encuadernación Cartone
Páginas: 616
Sin duda las memorias de guerra del mariscal Montgomery son cuanto menos diferentes, lo que ya no sé es si esto último es para mejor o para peor prefiero dejarlo al criterio de los lectores, ya que no son unas memorias al uso, es decir, no solo se centran en los avatares militares propiamente dichos, sino que lleva a cabo prácticamente una autobiografía desde su nacimiento allá por 1887.

Seguramente estamos acostumbrados a que este tipo de género literario el texto sea exclusivamente dedicado a las acciones de guerra en las que el protagonista se viera envuelto, no es el caso de Montgomery, este nos relata toda su vida desde sus inicios en el colegio, cuando todavía era un niño, hasta todas las circunstancias que rodearon la posguerra y años venideros, por supuesto con la crónica de su paso por la Segunda Guerra Mundial.

La Primera Guerra Mundial significó para Montgomery la consagración en exclusiva al servicio de armas hasta el punto de que para él fue una evidencia la necesidad de una dedicación de por vida. Se debía consagrar a esta profesión con toda su alma para dominarla en todos sus aspectos y, por supuesto, dejar todo lo demás aparte.

A partir del cuarto capítulo, de los 32 que conforman las memorias, entra ya de lleno en la Segunda Guerra Mundial mostrándose verdaderamente crítico con los inicios de la presencia británica en la contienda. Se sonrojaba al recordar como se envió a luchar al ejército británico con armas y equipamientos obsoletos y no escatima excusas: ellos tuvieron la culpa de comenzar a batallar de esa manera en 1940. Tampoco es que de excesivos detalles de las operaciones bélicas propiamente dichas, realmente realiza un esbozo general, algo así como si estuviésemos en el despacho del Alto Mando Aliado y siguiésemos el devenir de la campaña desde los mapas y alejados del campo de batalla. Actúa así en todos los escenarios en los participó, desde el Alamein a Sicilia o Normandía...etc.… Desde luego fue un hombre de aquellos difíciles de tratar, de eso deja muchas pinceladas en sus escritos. Normalmente cuando tomaba el mando gustaba de recorrer todas las unidades y conocer a los oficiales para después hacer una criba en función de su competencia profesional. Él confiaba en que el orden y su presencia dinamizaran la combatividad de sus hombres y para él resultaba determinante el factor de liderazgo. El capítulo donde se explaya en lo que él denominó su “doctrina de mando” podría ser firmado por cualquier coaching actual en dirección de recursos humanos.

Su combate con Rommel es sumamente interesante, aquí hay dos jugadores con un ego desmesurado, tuvo claro desde el principio que había que cambiar la doctrina imperante de blindados en el desierto, aquella que llevaba a “soltar” los carros de combate directamente contra los blindados de Rommel cuando éste atacaba. Eso ya pasaría a la historia, ahora plantearía una batalla más estática, que fuesen los blindados alemanes los que se estrellaran contra los británicos para pasar posteriormente a lanzar la ofensiva definitiva que acabase con las huestes de Rommel. A pesar de ser un personaje lleno de autoconfianza, hay que destacar también que traslada parte de su éxito a su jefe de Estado Mayor, para él es indispensable en su equipo. Una de las grandes lecciones que nos señala Montgomery que aprendió en la campaña de África y que significó para él una de sus máximas fue la necesidad de decidir lo que se quería hacer, y después hacerlo sin titubear. Nada podía distraerte cuando ya habías tomado la decisión. También en Sicilia aprendió lo que no se debía hacer, ahí muestra su espíritu crítico y ganador. No le duelen prendas, aunque rápidamente se recupera y vuelve a su tono glacial.

La campaña de Normandía es desde luego apasionante, desde la primera página ya demuestra por donde va a ir el tema, ya que se defiende de las graves acusaciones que se formularon contra la dirección británica y, más concretamente contra su figura. Caen fue una losa para su reputación, Montgomery se defiende, para él la puesta en marcha de la Operación Goodwood marcaba el inicio del plan para romper el flanco oriental hacia París, y que, debido a que no fue así, la batalla sería un fracaso. Él insiste una vez más: no hubo en ningún momento intención de romper el frente desde la cabeza de puente del sector este en dirección al Sena.

Son numerosas sus discrepancias con Eisenhower en cuanto al modo operacional a emplear para desequilibrar la guerra inicialmente tras el desembarco. Para Montgomery el éxito se basaba en obligar al enemigo a comprometer sus reservas en un frente amplio con el objetivo de abrir agujeros en sus defensas, era lo que él denominaba la “doctrina del equilibrio”. Posteriormente su visión del “frente amplio” cambiaría cuando se prepararon para cruzar el Sena. Ahora apostaba, frente a la negativa de Eisenhower, por la concentración de fuerzas.

¿Quién no ha leído sobre la responsabilidad de Montgomery en Arnhem? Pues bien, Montgomery analiza en cinco puntos muy didácticos sobre este fracaso y su responsabilidad, así como también el grave error cometido por la no toma del importante puerto de Amberes. En Ardenas más de lo mismo, su negativa a la dispersión de las fuerzas. En los estertores de la guerra hay comentarios que preveían lo que podía pasar en la posguerra, su desconfianza hacia los rusos es una de ellas.

La parte final de estas memorias son desde luego realmente interesantes, toda la gestión en el control de la Alemania derrotada es un verdadero ejemplo de combinación de la política con la gestión militar, no siempre fácil. Había que reactivar Alemania, Montgomery se implicó de lleno en esa labor y encontró nuevamente numerosos enemigos, no solamente en países aliados, sino también entre sus propias filas.

Tras su labor en Alemania pasó a ser jefe del Estado Mayor General del Imperio, aquí vuelve a mostrar su personalidad más complicada y relata con dureza sus enfrentamientos con los políticos de turno. Desde luego el tacto no era desde luego uno de sus puntos fuertes.

En definitiva y para acabar esta reseña, recalcar la no siempre bien entendida figura de Montgomery, sin duda su complejo carácter no ayudó a que fuera una persona apreciada, o al menos no como para que pudiera hacerse querer, tuvo desde luego fieles seguidores, él mismo alaba a Churchill o hasta el propio Eisenhower, pero queda claro a lo largo y ancho de las memorias que trabajar con él no debió ser nada fácil. Si su trayectoria durante la Segunda Guerra Mundial es interesantísima, no podéis de dejar disfrutar con sus inicios en la carrera militar y su papel desarrollado en la posguerra.

Fuente imagen: https://www.amazon.es/Memorias-Guerra-T ... 8492567333