VARSOVIA 1944
de DAVIES, NORMAN
EDITORIAL PLANETA, S.A
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788408053064
Nº Edición:1ª
Año de edición:2005
Plaza edición: BARCELONA
Estos día atrás he terminado este libro de Norman Davies sobre la sublevación de Varsovia de agosto de 1944. La impresión sobre el mismo no puede ser más positiva. Es un libro que va a ocupar un puesto importante en mi biblioteca sobre la IIGM.
Entrando ya en materia, el libro se divide en tres partes: una primera donde se analiza la Polonia de antes del levantamiento; la segunda se centra ya de lleno en la sublevación propiamente dicha; la tercera estudia más brevemente la vida política y social polaca desde la llegada de las tropas soviéticas hasta la entrada en la Guerra Fria, hecho que dividió al mundo en dos grandes y diferenciados bloques. A partir de la segunda parte se entremezclan con la narración los testimonios de algunos de los protagonistas, algunos de ellos con una extensión demasiado amplia que daría prácticamente para publicar otro libro monotemático sobre vivencias personales.
Norman Davies parece un buen conocedor de la Historia de Polonia, de hecho creo que este libro es una buena defensa de la actuación de este pueblo ante la desgraciada situación que le tocó vivir en la IIGM y en la posguerra. Es un alegato a la dignidad de Polonia como pueblo maltratado por la política rácana de las potencias occidentales frente a los totalitarismos nazi-soviético.
El autor británico deja claro durante toda la obra que Polonia fue el Primer Aliado, de hecho la menciona con este término durante casi todo el libro. Crítico en grado máximo con la Conferencia de Teherán, Norman Davies cree que fue allí donde Polonia perdió su condición como nación libre y soberana. La frontera nazi-soviética ( marcada por el río Bug) fue designada como marca geográfica de la nueva Polonia de posguerra, eso sí, sin el consentimiento de la máxima interesada, la propia dueña de esos territorios.
La sublevación de Varsovia en agosto del 44 centra la segunda parte de este libro. Una sublevación que nació con polémica; con detractores y partidarios enfrentados en demostrar al mundo que Varsovia seguiría la estela de ciudades que luchaban en esos momentos por recobrar la libertad, caso de París. Varsovia, para su desgracia , no sería nunca París.
La actitud tomada por Stalin, al frenar conscientemente a Rokossovski ante el Vístula, es tratada por el autor con verdadero espíritu crítico. Stalin llegó a prohibir a la RAF aterrizar en suelo soviético en los constantes vuelos de éstos en ayuda de los sublevados del Ejército Patriótico polaco. Sólo Churchill, en cierta manera, se salva un poco de la crítica de Davies. Stalin, Roosevelt, y el Foreing Office británico, demasiado condescendiente éstos con el estalinismo, salen muy mal parados en este libro. Los enfrentamientos entre los partidarios de un acercamiento a Moscú, frente a una mayoría que consideraba que la lucha no acababa con la derrota de los alemanes, son una constante a lo largo de esta segunda parte. Dos ciudades, marcan las diferencias entre ambas concepciones: Londres y Lublín. En la primera residía el gobierno polaco en el exilio; en la segunda se estableció el gobierno apadrinado por el dictador soviético Stalin. Una sublevación que se esperaba que tuviera una corta vida y que sorpresivamente llegó a mantener en jaque a la Werhmacht y a las SS hasta primeros de octubre de 1944.
Por último, la parte final de este libro se ocupa de la represión estaliniana de la nueva Polonia surgida en la posguerra. Persecución y ejecuciones de los máximos líderes del Ejército Patriota polaco que se enfrentó a los alemanes en agosto del 44; omisión descarada de la importancia de este colectivo en la lucha de la Liberación Nacional; vacío conmemorativo en calles y monumentos. En definitiva, el telón de acero aplicado en grado máximo a un país maltratado por la Historia.
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Entrando ya en materia, el libro se divide en tres partes: una primera donde se analiza la Polonia de antes del levantamiento; la segunda se centra ya de lleno en la sublevación propiamente dicha; la tercera estudia más brevemente la vida política y social polaca desde la llegada de las tropas soviéticas hasta la entrada en la Guerra Fria, hecho que dividió al mundo en dos grandes y diferenciados bloques. A partir de la segunda parte se entremezclan con la narración los testimonios de algunos de los protagonistas, algunos de ellos con una extensión demasiado amplia que daría prácticamente para publicar otro libro monotemático sobre vivencias personales.
Norman Davies parece un buen conocedor de la Historia de Polonia, de hecho creo que este libro es una buena defensa de la actuación de este pueblo ante la desgraciada situación que le tocó vivir en la IIGM y en la posguerra. Es un alegato a la dignidad de Polonia como pueblo maltratado por la política rácana de las potencias occidentales frente a los totalitarismos nazi-soviético.
El autor británico deja claro durante toda la obra que Polonia fue el Primer Aliado, de hecho la menciona con este término durante casi todo el libro. Crítico en grado máximo con la Conferencia de Teherán, Norman Davies cree que fue allí donde Polonia perdió su condición como nación libre y soberana. La frontera nazi-soviética ( marcada por el río Bug) fue designada como marca geográfica de la nueva Polonia de posguerra, eso sí, sin el consentimiento de la máxima interesada, la propia dueña de esos territorios.
La sublevación de Varsovia en agosto del 44 centra la segunda parte de este libro. Una sublevación que nació con polémica; con detractores y partidarios enfrentados en demostrar al mundo que Varsovia seguiría la estela de ciudades que luchaban en esos momentos por recobrar la libertad, caso de París. Varsovia, para su desgracia , no sería nunca París.
La actitud tomada por Stalin, al frenar conscientemente a Rokossovski ante el Vístula, es tratada por el autor con verdadero espíritu crítico. Stalin llegó a prohibir a la RAF aterrizar en suelo soviético en los constantes vuelos de éstos en ayuda de los sublevados del Ejército Patriótico polaco. Sólo Churchill, en cierta manera, se salva un poco de la crítica de Davies. Stalin, Roosevelt, y el Foreing Office británico, demasiado condescendiente éstos con el estalinismo, salen muy mal parados en este libro. Los enfrentamientos entre los partidarios de un acercamiento a Moscú, frente a una mayoría que consideraba que la lucha no acababa con la derrota de los alemanes, son una constante a lo largo de esta segunda parte. Dos ciudades, marcan las diferencias entre ambas concepciones: Londres y Lublín. En la primera residía el gobierno polaco en el exilio; en la segunda se estableció el gobierno apadrinado por el dictador soviético Stalin. Una sublevación que se esperaba que tuviera una corta vida y que sorpresivamente llegó a mantener en jaque a la Werhmacht y a las SS hasta primeros de octubre de 1944.
Por último, la parte final de este libro se ocupa de la represión estaliniana de la nueva Polonia surgida en la posguerra. Persecución y ejecuciones de los máximos líderes del Ejército Patriota polaco que se enfrentó a los alemanes en agosto del 44; omisión descarada de la importancia de este colectivo en la lucha de la Liberación Nacional; vacío conmemorativo en calles y monumentos. En definitiva, el telón de acero aplicado en grado máximo a un país maltratado por la Historia.
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