Vlasov and the Russian Liberation Movement. Andreyev.

[axmann]

Tercera parte del libro
La autora examina la idea de Rusia, centro del debate ideológico por aquellos rusos anti-stalinistas, tanto para quienes habían emigrado tras la revolución bolchevique y como aquellos que habían sido capturados por los alemanes durante el conflicto bélico. ¿Cómo debían ser valoradas las revoluciones de febrero y octubre de 1917?. ¿Podía justificarse la revolución de octubre de 1917, considerando a Stalin una desviación de sus principios?. ¿Cómo podía evaluarse la figura de Lenin?. Estos planteamientos debían ser considerados por cualquier movimiento ruso opositor que deseara conformar un programa político. (pp.165-166)

El movimiento de Liberación Ruso procuró ignorar ciertos aspectos históricos, evitando así desacuerdos y divisiones en el movimiento. Por ejemplo, el Manifiesto de Praga había hecho referencia a la Revolución de 1917, sin distinguir entre la revolución de febrero y la de octubre. No obstante, los militares líderes del movimiento simpatizaban abiertamente con la revolución de octubre de 1917, considerando que había constituido un significativo paso para el progreso. Sin embargo, para un sector civil la revolución de octubre era asociada con el bolchevismo, por lo que reivindicaban la revolución de febrero. A los fines de evitar mayores discrepancias, se optó por una mención genérica a la revolución de 1917. (p.166)

En esa línea de análisis, la autora pasa a examinar la experiencia de la comunidad de exiliados rusos después de 1917, abarcando la diversidad política que ésta representaba. Culminando dicha tarea con el movimiento NTS, que supuso un punto intermedio entre los emigrados de 1917 y las nuevas tendencias expresadas por los más recientes opositores al régimen stalinista.