Guerra acorazada. Seis aspectos del combate de tanques- Luís A. Sanz Salanova

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Guerra acorazada. Seis aspectos del combate de tanques- Luís A. Sanz Salanova

Mensaje por David L » Vie Sep 08, 2017 6:38 pm

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Guerra acorazada. Seis aspectos del combate con tanques, de Luís A. Sanz Salanova.

Nº de páginas: 351págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: HRM EDICIONES
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 978-84-946070-9-7
Año: 2017
El poder industrial entró en los campos de batalla con un arma que cambiaría totalmente la concepción operativa de la guerra, éstos no serían otros que los blindados o carros de combate; sin ellos no se podría explicar la historia militar del siglo XX, su importancia alcanzó tales proporciones que no hay suficiente literatura para explicar su repercusión en las grandes contiendas acontecidas en este último siglo pasado. HRM ediciones, con Luís A. Sanz Salanova como autor del trabajo que aquí presentamos, aporta su grano de arena al conocimiento de un arma tan decisiva que tantos triunfos y derrotas cosechó, unas máquinas que nacieron con miras a alcanzar voz propia en los campos de batalla y que a ciencia cierta lo lograron. La Guerra Acorazada nos va a ofrecer una excelente pincelada del papel desarrollado por estos gigantes del motor, incluyendo en sus capítulos su labor desarrollada en contiendas tan significativas como fueron la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial y, aunque pueda parecer extraño por las características orográficas, la Guerra de Vietnam.

La Guerra Civil española fue escenario de la participación estrella de un carro de combate mítico, el T26 soviético, un blindado que resultó en ciertos aspectos sino decisivo, al menos sumamente importante a la hora de frenar la acometida franquista sobre Madrid, su llegada a la contienda española fue todo un acontecimiento, los soviéticos aprendieron en la Primera Guerra Mundial que en las inmensidades del Este la guerra de movimientos resultaría determinante ante una ineficaz guerra estática, la producción de blindados les ofrecería la oportunidad de explotar operativamente esta táctica militar así que se pusieron manos a la obra y comenzaron a versionar su particular carro de combate: el T26. Un blindado curioso, ya que tuvo su origen en los Vickers E Tipo B británicos, los soviéticos adquirieron una partida de ellos y a partir de los mismos fabricaron este fabuloso carro de combate para la época. Los campos de batalla de Madrid, del Jarama, de Guadalajara entre otros, pudieron apreciar sus acometidas, tierras españolas para unos tanques que marcarían un antes y un después en la guerra acorazada. Con gran capacidad de análisis, el autor nos presenta sus virtudes y sus defectos a través de las mencionadas batallas, una buena entrada para lo que nos espera a continuación.

¿Cómo podríamos hablar de la Guerra Acorazada sin el conflicto estrella para estos colosos del motor? La Segunda Guerra Mundial sería la gran prueba definitiva para estas máquinas poderosas, los carros y los carristas son los grandes protagonistas de los cuatro capítulos siguientes, sin duda son el eje central de este trabajo, no esperábamos menos. Habíamos dejado en el capítulo primero al T26 soviético y comenzamos esta segunda andadura del libro con la vida y muerte de los tanques soviéticos. La revolución surgida con la producción de los carros de combate seguiría su evolución natural, el inicio de la Segunda Guerra Mundial permitió a los soviéticos mostrar al mundo su nuevo blindado, el KV-1, un carro donde el blindaje comenzaba a definirse como algo definitivo a la hora de afirmarse como garante de eficacia ante los ataques de sus enemigos, probado con más o menos éxito en Finlandia sería la base para los nuevos T-34, unos carros de 26 toneladas con cañones de 76 mm y con un blindaje oblicuo que favorecía la protección de los mismos. Tanto el KV-1 como el T-34 impresionaron a los alemanes. El autor tampoco olvida a los soldados que manejaban dichas máquinas, rompe una lanza a favor de los méritos, no siempre valorados, de los carristas soviéticos. A partir de 1942 demostraron ser tan competentes como sus homólogos germanos. Por supuesto, esta evolución iría a la par de la de los blindados, ante los potentes T-34 surgían sus antídotos alemanes con los Panzer VI Tiger de 88 mm o los Panther con un cañón de 75 mm, más eficaz todavía este último que el Tiger. Los soviéticos asumirían el reto de evolucionar por delante de sus enemigos germanos, así que la producción de nuevos y más enérgicos blindados no se frenaría, los SU-152, los primeros carros de combate capaces de destruir un Tiger a distancia llegarían a los campos de batalla del frente del Este, los Iosif Stalin IS-2 y su subsiguiente desarrollo con el IS-3 marcaron el apogeo soviético en la guerra acorazada. Un aspecto realmente interesante también ha sido conocer la preparación y comportamiento de los carristas soviéticos en sus máquinas blindadas, algo no tan conocido y que aporta detalles muy curiosos que complementan gratamente el estudio de los blindados del Ejército Rojo. A partir de aquí ya seguimos la estela de los carros de combate y nos centraremos en el análisis de algunos de los comandantes de carros más famosos pertenecientes a los Aliados, no siempre tan conocidos como sus equivalentes germanos. El polaco Stanislav Maczek sería, como muy bien indica el autor, el honor de una nación; Normandía y Falaise verían coronarse a este comandante como un gran maestro de la guerra acorazada, su final, triste como la de casi todos los polacos que lucharon contra el Eje. Otro gran protagonista del que apenas hay material bibliográfico en español sería el norteamericano Creighton Abrams, todo un relámpago, un grande en el dominio de la mencionada arma acorazada donde la agresividad sería marca de la casa, un militar que dejaría huella en el Ejército norteamericano y del que todavía hoy en día sigue siendo venerado gracias al mejor homenaje que podrían haberle realizado: bautizar con su nombre a su mejor tanque.

¿Sería extraño no hablar de los Panzer germanos en un libro sobre la Guerra Acorazada? Bien lo sabe el autor, los lectores esperamos siempre con anhelo leer las andanzas de los magníficos blindados alemanes y de sus increíbles comandantes, siempre grandes tácticos; además el autor nos regala una buena dosis de debate sobre la táctica operacional de los mismos….¿juntos o separados? Eterna cuestión que os invito a descubrir en este excelente capítulo dedicado a los carros de combate germanos. Todo esto y un esplendido aporte de conocimiento sobre los grandes Tiger I-II junto a sus correspondientes antídotos, finalizan el papel de la guerra acorazada en la Segunda Guerra Mundial.

Finalmente, y como capítulo singular, Sanz Salanova nos desplaza a la Guerra de Vietnam, concretamente a la batalla de Hue, una de las más sangrientas de toda la guerra en este país asiático; 1968 vería transcurrir este combate urbano donde los tanquistas norteamericanos debieron batirse el cobre ante sus enemigos del Vietcong……pero….¿no se supone que no se debe combatir con tanques en la ciudad? se cuestiona el autor. La respuesta la encontraremos en este capítulo final; comprobaremos como los M48 y sus hermanos más ligeros, los M41 marcarían la pauta en esta lucha urbana, donde el empleo de infantería, vehículos acorazados, armas de apoyo y aviación verían su punto culminante de coordinación en la batalla de Hue. Curiosamente esta táctica sería aplicada casi cuarenta años después en Faluya (Irak) causando al enemigo quince veces más bajas que las sufridas por el ejército norteamericano.

Hablar de la Guerra Acorazada siempre es un gran atractivo para los aficionados a la Historia Militar, descubrir sus virtudes y sus defectos, conocer cómo se vivía dentro de un coloso del motor, el modo de empleo sobre el campo de batalla y, sobre todo, el compromiso de esos grandes comandantes de blindados donde el sentido del deber fue llevado hasta su máxima expresión, la cual garantizan una buena dosis de lectura con resultados muy gratos en esta ocasión.
Fuente imagen: http://www.hislibris.com/guerra-acoraza ... -salanova/
Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra... elegisteis el deshonor y tendréis la guerra.

Winston Churchill a Chamberlain.

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