Diario de Nuremberg, por Gustav M. Gilbert

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Rominger
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Diario de Nuremberg, por Gustav M. Gilbert

Mensaje por Rominger » Mar May 09, 2006 8:41 pm

Voy a comentar esta obra que, si no me equivoco, no puede encontrarse en español. Yo tengo la edición de inglesa de Da Capo que puede encontrarse fácilmente en Amazon por 13 dólares (más gastos de envío): http://www.amazon.com/gp/product/030680 ... e&n=283155

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Contexto y resumen

G.M. Gilbert fue nombrado psicólogo de la prisión donde se encontraban recluidos los líderes nazis acusados de crímenes de guerra y contra la humanidad. Su misión era asegurarse de que los acusados gozaban de una buena salud mental y disminuir el riesgo de suicidio (R. Ley se suicidó antes de empezar el juicio).

El libro reúne una selección de las anotaciones en el diario de Gilbert, comentando sus conversaciones con los presos y aportando sus opiniones sobre los sentimientos de culpabilidad de cada uno de ellos.

Gilbert guardó su diario con vistas a su inmediata publicación. Aparte de él también publicaron sus entrevistas con los acusados el psiquiatra Kelley, que dejó su cargo en la prisión después de un mes de juicio y fue el primero en publicar y el psiquiatra que sustituyó a Kelley, el doctor Goldensohn quien tomaba notas durante las entrevistas. Gilbert, en cambio, charlaba con los presos y por la noche recogía sus impresiones en el diario, lo cual a mi juicio lo hace algo menos riguroso que el de Goldensohn. Viendo los datos que aporta Gilbert en algunas entradas se me hace difícil que lo haya guardado todo en su memoria, y no haya “retocado” las declaraciones que le hicieron los acusados.


Comentario personal

No cabe duda de que el documento publicado por Gilbert tiene un valor histórico notable. Muy pocas personas tuvieron acceso a las opiniones de todos los acusados durante el proceso, entre ellas el médico, los capellanes o el director de la prisión, el coronel Andrus Burton.

Leyendo el diario, y sin que ello me lleve a guardar simpatías con los acusados, aprecio que la labor del autor como psicólogo encargado del buen orden mental de los presos dejaba mucho que desear. A diferencia de Goldensohn, que dejaba hablar a los acusados sin emitir juicios de valor, Gilbert tenía su “agenda personal” que trataba de imponerles. En ella constaba la denuncia de Hitler como el peor asesino de la historia y la acusación de cobardía moral de Goering. Gilbert siempre preguntaba a cada acusado por qué había seguido a Hitler, y cuando éste le daba sus razones o le rebatía algún punto de forma concluyente, el psicólogo se aferraba a la persecución de los judíos y a la necesidad del castigo, lo cual no hacía más que deprimir a los acusados. En más de una ocasión me he preguntado cómo era posible que el prisionero en cuestión no echase a Gilbert a puntapiés de su celda.

Tengo además la impresión de que Gilbert hacía de topo de la fiscalía y transmitía a los acusadores las confesiones que le hacían los presos. Prueba de ello es que Goering en más de una ocasión aconsejó al resto de acusados que fueran cautos en sus conversaciones con Gilbert. Además, el autor dio orden a los centinelas (que hablaban alemán) de que tomasen nota de las conversaciones privadas de los prisioneros para transmitírselas a él. Alguien puede preguntarse que si esto es así por qué los acusados hablaban con Gilbert. Bien, a esto puedo señalar lo siguente:
- Algunos acusados hablaron muy poco con él, o por lo menos son citados muy raramente en el diario (Frick, Seyss-Inquart, Sauckel).
- Los acusados vivían en un régimen de aislamiento casi absoluto, lo cual les hacía aceptar cualquier contacto con el mundo exterior (este hecho lo menciona Goldensohn en varias entrevistas).
- Algunos acusados (Schacht, Speer) vieron como parte de la estrategia para obtener una condena menor mantener buenas relaciones con el personal estadounidense de la cárcel.


Lo mejor

El libro recoge muchas curiosidades y anécdotas del proceso (testificación de la secretaria de Von Ribbentrop, gestos, comentarios y acusaciones de los presos entre sí, etc.).


Lo peor

Gilbert decidió que las anotaciones correspondientes a los días en que se realizó la defensa de Funk, Seyss Inquart, Sauckel y Von Neurath no eran relevantes y generaban problemas de espacio. Con lo que decidió no incluirlas en el texto publicado. Esta decisión es discutible desde el punto de vista histórico.

Gilbert habló mucho con sus acusados preferidos (los que admitieron sus culpas, como Speer o Fritsche) y mucho menos con los que se mantuvieron leales a Hitler hasta el final. Ignoro la razón, pero el autor debería haber tratado de acercarse más a estos últimos para conocerlos mejor.

Echo en falta más objetividad. Por ejemplo, en muchas fuentes se ha comentado el buen papel que hizo Goering en el interrogatorio al que le sometió el fiscal Jackson. Gilbert no lo menciona.

Si me acuerdo de más cosas las pondré más tarde.

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José Luis
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Mensaje por José Luis » Mar May 09, 2006 9:43 pm

¡Hola, Rominger!

Si no me engaña la memoria, creo haber visto, hará algo más de un año, esa obra de Gilbert en las librería españolas, en español, por supuesto.

Saludos cordiales
José Luis
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