¿Alguien lo ha leido? ¿que opinión merece?
saludos
El ejército traicionado, de Heinrich Gerlach
Moderador: David L
El ejército traicionado, de Heinrich Gerlach
Nunca discutas con un estúpido; te hará descender a su nivel, y allí te vencerá por experiencia - Mark Twain
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Herman Hoth
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"El ejercito traicionado" del Teniente Heinrich Gerlach. Editorial noguer 1973.
A mi personalmente me ha encantado, hasta el punto de que el que tenia se me deterioro bastante durante su lectura y lo he vuelto a comprar, en una libreria de libros descatalogados.
Ofrece el punto de vista del soldado de a pie, de la tragedia de Stalingrado, en 1ª persona.
Tambien, en la misma linea, te recomiendo:
"Yo estuve en Stalingrado" del Sargento Hans Weets. Ediciones rodegar 1964.
Saludos.
A mi personalmente me ha encantado, hasta el punto de que el que tenia se me deterioro bastante durante su lectura y lo he vuelto a comprar, en una libreria de libros descatalogados.
Ofrece el punto de vista del soldado de a pie, de la tragedia de Stalingrado, en 1ª persona.
Tambien, en la misma linea, te recomiendo:
"Yo estuve en Stalingrado" del Sargento Hans Weets. Ediciones rodegar 1964.
Saludos.
"Nadie se queda atras, todos volvemos a casa".
"El tanque del comandante al frente, como guía a seguir".
"El dolor es temporal. El orgullo dura toda la vida."
"Cuando golpeas al enemigo lo haces con el puño, y no con los dedos".
¡Por España! ¡Desperta ferro!
es mi lema, triunfar o morir.!
[url=http://img109.imageshack.us/i/escudomoe.gif/][img]http://img109.imageshack.us/img109/8744/escudomoe.gif[/img][/url]
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Spanish Wolf
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Por supuesto compañero
la nota del autor es ésta
"La existencia burguesa de Heinrich Gerlach, nacido en Königsberg en el año 1908, profesor de latín, alemán y francés en diversos centros de enseñanza media, se vio bruscamente interrumpida por el estallido de la segunda guerra mundial. Incorporado al ejército alemán, hizo la guerra como suboficial primero y teniente después en Polonia, Francia y Yugoslavia. En enero de 1943, gravemente herido, cayó prisionero de las tropas soviéticas en la famosa "bolsa" de Stalingrado, después de haber vivido, desde el primero al último día, la terrible batalla en la que sucumbió el ejército de von Paulus. En este documento impresionante y sobrecogedor, nos narra Stalingrado tal como fue. Su libro presenta aquel episodio decisivo y atroz con un valor nuevo: el que le presta su condición de testimonio directo, vívido y sangrante. Es la novela de los hombres que estuvieron en Stalingrado. Un libro humano sobre una historia inhumana."
Y sobre la compra del libro
http://www.iberlibro.com/servlet/Search ... &x=62&y=15
De los enlaces, se ve que es un libro como mínimo "raro", porque a mi entender los precios son bastante carillos. Con decir que cuando yo lo compré, al precio de 5 euros, me parecio una sajada, pero que visto el panorama, se podria hasta decir que fue una ganga
Saludos
la nota del autor es ésta
"La existencia burguesa de Heinrich Gerlach, nacido en Königsberg en el año 1908, profesor de latín, alemán y francés en diversos centros de enseñanza media, se vio bruscamente interrumpida por el estallido de la segunda guerra mundial. Incorporado al ejército alemán, hizo la guerra como suboficial primero y teniente después en Polonia, Francia y Yugoslavia. En enero de 1943, gravemente herido, cayó prisionero de las tropas soviéticas en la famosa "bolsa" de Stalingrado, después de haber vivido, desde el primero al último día, la terrible batalla en la que sucumbió el ejército de von Paulus. En este documento impresionante y sobrecogedor, nos narra Stalingrado tal como fue. Su libro presenta aquel episodio decisivo y atroz con un valor nuevo: el que le presta su condición de testimonio directo, vívido y sangrante. Es la novela de los hombres que estuvieron en Stalingrado. Un libro humano sobre una historia inhumana."
Y sobre la compra del libro
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De los enlaces, se ve que es un libro como mínimo "raro", porque a mi entender los precios son bastante carillos. Con decir que cuando yo lo compré, al precio de 5 euros, me parecio una sajada, pero que visto el panorama, se podria hasta decir que fue una ganga
Saludos
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El ejército traicionado, de Heinrich Gerlach
Yo leí ese libro hace muchos años de la biblioteca de mi padre. De hecho he intentado buscarlo posteriormente en librerías de viejo, pero no lo he encontrado.
Recuerdo el libro con agrado, es un relato bastante intimista, que se recrea en los personajes, el teniente Breuer, Lakosch, el pastor, el coronel Unold, etc. Contiene algunos pasajes en los que se describe la historia de la batalla, especialmente sobre como se gestó la decisión de dejar al VI ejército en su cerco. También recuerdo que se describe en algunos episodios el personaje de Paulus. El autor parece que descarga bastante de culpa al general Friedrich Paulus y en cambio condena la actuación de sus asesores cercanos.
Algo peculiar del libro, fruto de la epoca en que se escribió, con Alemania absolutamente acomplejada ante los vencedores, es que los pocos rusos que salen en el relato son seres beatíficos y bondadosos. Posiblemente no lo fueran tanto en la realidad dado el porcentaje de prisioneros que regresó del cautiverio soviético.
Recuerdo el libro con agrado, es un relato bastante intimista, que se recrea en los personajes, el teniente Breuer, Lakosch, el pastor, el coronel Unold, etc. Contiene algunos pasajes en los que se describe la historia de la batalla, especialmente sobre como se gestó la decisión de dejar al VI ejército en su cerco. También recuerdo que se describe en algunos episodios el personaje de Paulus. El autor parece que descarga bastante de culpa al general Friedrich Paulus y en cambio condena la actuación de sus asesores cercanos.
Algo peculiar del libro, fruto de la epoca en que se escribió, con Alemania absolutamente acomplejada ante los vencedores, es que los pocos rusos que salen en el relato son seres beatíficos y bondadosos. Posiblemente no lo fueran tanto en la realidad dado el porcentaje de prisioneros que regresó del cautiverio soviético.
El ejército traicionado, de Heinrich Gerlach
No es un libro difícil de encontrar,
http://www.todocoleccion.net/el-ejercit ... ~x24094302" onclick="window.open(this.href);return false;
http://www.todocoleccion.net/antiguo-li ... ~x23236961" onclick="window.open(this.href);return false;
http://www.todocoleccion.net/el-ejercit ... ~x22390304" onclick="window.open(this.href);return false;
http://www.todocoleccion.net/el-ejercit ... 3~x8916304" onclick="window.open(this.href);return false;
y más barato en iberlibro, http://www.iberlibro.com/servlet/Search ... &x=62&y=15" onclick="window.open(this.href);return false;
A mi me gustó mucho. El que si resulta difícil de conseguir, por lo menos a precios decentes, es la segunda parte, "Odisea en rojo", que según tengo entendido versa sobre el cautiverio ruso,
Saludos
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A mi me gustó mucho. El que si resulta difícil de conseguir, por lo menos a precios decentes, es la segunda parte, "Odisea en rojo", que según tengo entendido versa sobre el cautiverio ruso,
Saludos
Nunca discutas con un estúpido; te hará descender a su nivel, y allí te vencerá por experiencia - Mark Twain
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El ejército traicionado, de Heinrich Gerlach
¡Hola a todos!
Lamentablemente se me olvidó, en su momento, comentar este hilo. Sus dos últimas intervenciones me brindan la oportunidad de hacerlo ahora.
Decir que tengo la primera edición de la editorial Noguer de abril de 1960. El Ejército Traicionado. Stalingrado 1942-1943 es una traducción a cargo de D. Manuel Entenza del original alemán Die Verratene Armee. Ein Stalingrad-Roman (München, 1956).
Su autor, Gerlach, lo escribió durante 1944-1945, cuando estaba prisionero de los soviéticos, con la ayuda de las “informaciones, consejos y críticas” de sus compañeros de cautiverio. Fue confiscado por la MVD en diciembre de 1949 y Gerlach tuvo que volverlo a escribir ya en Alemania entre 1951 y 1955.
El libro está estructurado como una narración novelada, con nombres ficticios, salvo los de personajes históricos (como Brauchitsch, Rundstedt, Wagner, Richthofen, Göring, Hitler, etc.). Lo que narra Gerlach sucedió en Stalingrado, “en algún lugar del espacio y del tiempo, durante el espantoso invierno de 1942-43”.
Yo recomiendo esta lectura sin reserva alguna, tan sólo con la advertencia de que no es un libro de historia al uso (con datos, fechas y notas), sino una historia novelada. Sin embargo, en esta obra muchos encontrarán lo que precisamente está ausente en los trabajos académicos e incluso en las historias unitarias: la realidad y particularidades de la guerra, con descripciones precisas, según la perspectiva del autor. Además, la prosa está acompañada de fina y triste ironía, incluso a veces derivada al sarcasmo. Os copio dos ejemplos ilustrativos de lo anterior:
[Bunkers...Antes, cuando se decía esta palabra se pensaba en muros de cemento de dos metros de espesor. Realmente, tenía que haber sido un guasón el que por vez primera llamó bunkers a aquellas toperas que los soldados excavaban en los acantilados de los barrancos o en el suelo liso de la estepa. La ironía del soldado había aprovechado esos nombres tan sonoros, y desde hacía tiempo un sucio agujero era en Rusia un bunker igual que tres hoyos en la nieve eran una “posición” y treinta pozos de tirador repartidos por un quilómetro eran un “frente”.
Seis metros cuadrados de húmedo suelo, cuatro paredes de tierra arcillosa por cuyas grietas se filtraba el agua, quince centímetros de tablas de madera con tierra encima y, bajo esa cubierta, una ventana, una abertura apenas mayor que una tronera: tal era el bunker en el que se albergaba la sección Ic] (p. 117).
[En aquel momento tenía la palabra el general von Richthofen, jefe de la IV flota aérea.....
-Desde agosto llevamos la carga principal del aprovisionamiento de Stalingrado y el ejército del Cáucaso -dijo con cierta violencia y mucho temperamento-. Como los nueve grupos de transporte Ju 52 de que disponíamos no bastan, hemos puesto en pie con medios propios de la Luftwaffe...-Echó una mirada al general Wagner. “Vosotros lo quisisteis”, pensó éste tranquilamente-..., con medios propios de la Luftwaffe-repitió el general-, columnas de camiones. Con enorme sacrificio de hombres y material hemos conseguido salir adelante hasta que finalmente estuvieron listas las dos líneas férreas. Pero los últimos acontecimientos han creado una situación completamente nueva, cosa que hay que reconocer claramente. Aprovisionar por el aire más de un ejército, una masa de trescientos mil hombres, es cosa sin precedentes y que supera las posibilidades de una aviación militar. Hacen falta medidas especiales. Para empezar, hay que contar con un número suficiente de aviones (de quinientos a ochocientos en cifras generales) dedicados exclusivamente al transporte. Hay que organizar un servicio de tierra abundante y perfecto. Habría que conseguir por lo menos cuatro aeródromos impecables en el interior de la boca de Stalingrado, utilizables día y noche. Sólo si se cumplen todas estas condiciones será posible el aprovisionamiento del VI ejército, aunque ni siquiera así en la cantidad prevista de trescientas toneladas diarias...
Seiscientas, pensó el general Wagner. Seiscientas fue el mínimo que se calculó. Pero no dijo nada. Un pedazo de pan sin queso es lo mismo que un pedazo de pan sin jamón. ¿Para qué intervenir? Y en el fondo es lo mismo que no se pueda suministrar trescientas toneladas al día o que no se pueda suministrar seiscientas.
(…) Bueno, bueno, eso ya lo sabemos, le interrumpió Göring. (Había que ver cómo trataba el individuo a sus generales; como los sargentos a los reclutas). Morzik, ahora usted.
Aquel coronel Morzik... ¿cuál era su cargo? Jefe de transportes de la Luftwaffe, o algo por el estilo. En todo caso, parecía un contable, sumido como estaba en sus gruesas carpetas, con las gafas siempre puestas. Y ahora sí que llegaron números, números sobre la fuerza y capacidad de las unidades de transporte aéreo distribuidas por todo el frente. Noruega, Rommel en África, Crimea, las pérdidas en el Mediterráneo...No, no hay nada disponible de momento para Stalingrado, sin que disponer de ello signifique arriesgar gravemente otros frentes; pero incluso arriesgándolo, las unidades de transporte así conseguidas no bastarían ni con mucho.
El mariscal del Reich llevaba ya un buen rato tamborileando en la mesa con sus dedos gordinflones y cargados de anillos. Estaba visiblemente nervioso.
-¡Milch! -jadeó-. Usted.
El mariscal así llamado saltó como una pelota de goma. “Los tiene educados como niños de escuela”, pensó el general Wagner, y sonrió. Este Milch le hacía mucha gracia, agitando las manitas blanduzcas, y con su cara de lechón cubierta de sudor. Tenía algo antimilitar en todo su aspecto. Eso no era un general, era un director general más bien. Por lo demás, llevaba encima un montón de títulos civiles y militares que habrían dado envidia a un príncipe medieval.....] (pp.144-146).
Saludos cordiales
JL
Lamentablemente se me olvidó, en su momento, comentar este hilo. Sus dos últimas intervenciones me brindan la oportunidad de hacerlo ahora.
Decir que tengo la primera edición de la editorial Noguer de abril de 1960. El Ejército Traicionado. Stalingrado 1942-1943 es una traducción a cargo de D. Manuel Entenza del original alemán Die Verratene Armee. Ein Stalingrad-Roman (München, 1956).
Su autor, Gerlach, lo escribió durante 1944-1945, cuando estaba prisionero de los soviéticos, con la ayuda de las “informaciones, consejos y críticas” de sus compañeros de cautiverio. Fue confiscado por la MVD en diciembre de 1949 y Gerlach tuvo que volverlo a escribir ya en Alemania entre 1951 y 1955.
El libro está estructurado como una narración novelada, con nombres ficticios, salvo los de personajes históricos (como Brauchitsch, Rundstedt, Wagner, Richthofen, Göring, Hitler, etc.). Lo que narra Gerlach sucedió en Stalingrado, “en algún lugar del espacio y del tiempo, durante el espantoso invierno de 1942-43”.
Yo recomiendo esta lectura sin reserva alguna, tan sólo con la advertencia de que no es un libro de historia al uso (con datos, fechas y notas), sino una historia novelada. Sin embargo, en esta obra muchos encontrarán lo que precisamente está ausente en los trabajos académicos e incluso en las historias unitarias: la realidad y particularidades de la guerra, con descripciones precisas, según la perspectiva del autor. Además, la prosa está acompañada de fina y triste ironía, incluso a veces derivada al sarcasmo. Os copio dos ejemplos ilustrativos de lo anterior:
[Bunkers...Antes, cuando se decía esta palabra se pensaba en muros de cemento de dos metros de espesor. Realmente, tenía que haber sido un guasón el que por vez primera llamó bunkers a aquellas toperas que los soldados excavaban en los acantilados de los barrancos o en el suelo liso de la estepa. La ironía del soldado había aprovechado esos nombres tan sonoros, y desde hacía tiempo un sucio agujero era en Rusia un bunker igual que tres hoyos en la nieve eran una “posición” y treinta pozos de tirador repartidos por un quilómetro eran un “frente”.
Seis metros cuadrados de húmedo suelo, cuatro paredes de tierra arcillosa por cuyas grietas se filtraba el agua, quince centímetros de tablas de madera con tierra encima y, bajo esa cubierta, una ventana, una abertura apenas mayor que una tronera: tal era el bunker en el que se albergaba la sección Ic] (p. 117).
[En aquel momento tenía la palabra el general von Richthofen, jefe de la IV flota aérea.....
-Desde agosto llevamos la carga principal del aprovisionamiento de Stalingrado y el ejército del Cáucaso -dijo con cierta violencia y mucho temperamento-. Como los nueve grupos de transporte Ju 52 de que disponíamos no bastan, hemos puesto en pie con medios propios de la Luftwaffe...-Echó una mirada al general Wagner. “Vosotros lo quisisteis”, pensó éste tranquilamente-..., con medios propios de la Luftwaffe-repitió el general-, columnas de camiones. Con enorme sacrificio de hombres y material hemos conseguido salir adelante hasta que finalmente estuvieron listas las dos líneas férreas. Pero los últimos acontecimientos han creado una situación completamente nueva, cosa que hay que reconocer claramente. Aprovisionar por el aire más de un ejército, una masa de trescientos mil hombres, es cosa sin precedentes y que supera las posibilidades de una aviación militar. Hacen falta medidas especiales. Para empezar, hay que contar con un número suficiente de aviones (de quinientos a ochocientos en cifras generales) dedicados exclusivamente al transporte. Hay que organizar un servicio de tierra abundante y perfecto. Habría que conseguir por lo menos cuatro aeródromos impecables en el interior de la boca de Stalingrado, utilizables día y noche. Sólo si se cumplen todas estas condiciones será posible el aprovisionamiento del VI ejército, aunque ni siquiera así en la cantidad prevista de trescientas toneladas diarias...
Seiscientas, pensó el general Wagner. Seiscientas fue el mínimo que se calculó. Pero no dijo nada. Un pedazo de pan sin queso es lo mismo que un pedazo de pan sin jamón. ¿Para qué intervenir? Y en el fondo es lo mismo que no se pueda suministrar trescientas toneladas al día o que no se pueda suministrar seiscientas.
(…) Bueno, bueno, eso ya lo sabemos, le interrumpió Göring. (Había que ver cómo trataba el individuo a sus generales; como los sargentos a los reclutas). Morzik, ahora usted.
Aquel coronel Morzik... ¿cuál era su cargo? Jefe de transportes de la Luftwaffe, o algo por el estilo. En todo caso, parecía un contable, sumido como estaba en sus gruesas carpetas, con las gafas siempre puestas. Y ahora sí que llegaron números, números sobre la fuerza y capacidad de las unidades de transporte aéreo distribuidas por todo el frente. Noruega, Rommel en África, Crimea, las pérdidas en el Mediterráneo...No, no hay nada disponible de momento para Stalingrado, sin que disponer de ello signifique arriesgar gravemente otros frentes; pero incluso arriesgándolo, las unidades de transporte así conseguidas no bastarían ni con mucho.
El mariscal del Reich llevaba ya un buen rato tamborileando en la mesa con sus dedos gordinflones y cargados de anillos. Estaba visiblemente nervioso.
-¡Milch! -jadeó-. Usted.
El mariscal así llamado saltó como una pelota de goma. “Los tiene educados como niños de escuela”, pensó el general Wagner, y sonrió. Este Milch le hacía mucha gracia, agitando las manitas blanduzcas, y con su cara de lechón cubierta de sudor. Tenía algo antimilitar en todo su aspecto. Eso no era un general, era un director general más bien. Por lo demás, llevaba encima un montón de títulos civiles y militares que habrían dado envidia a un príncipe medieval.....] (pp.144-146).
Saludos cordiales
JL
"Dioses, no me juzguéis como un dios
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)
sino como un hombre
a quien ha destrozado el mar" (Plegaria fenicia)
Re: El ejército traicionado, de Heinrich Gerlach
Leí ese libro hace tiempo.
El libro es valioso pues refleja el desarrollo de los acontecimientos en Stalingrado desde el punto de vista de una plana mayor divisionaria, cosa poco habitual en otras novelas, más dadas a "heroes de primera línea". Por otra parte es claro que la evolución de su autor, que formó parte del grupo de oficiales alemanes que colaboraron con el bando soviético contra los nazis, marca la tesis defendida en la novela de la inocencia de Paulus (presentado más como víctima) frente a otros altos mandos del sexto ejército y en general de la Wehrmacht.
Producto de esto y de la época en que fue escrito es también la descripción de los rusos que aparecen en la novela, que son siempre seres beatíficos, cosa que concuerda poco con la ferocidad y falta de piedad que ambos bandos tuvieron en la batalla.
En conjunto me parece una novela recomendable que ha de ser leída teniendo en cuenta la condición de su escritor.
El libro es valioso pues refleja el desarrollo de los acontecimientos en Stalingrado desde el punto de vista de una plana mayor divisionaria, cosa poco habitual en otras novelas, más dadas a "heroes de primera línea". Por otra parte es claro que la evolución de su autor, que formó parte del grupo de oficiales alemanes que colaboraron con el bando soviético contra los nazis, marca la tesis defendida en la novela de la inocencia de Paulus (presentado más como víctima) frente a otros altos mandos del sexto ejército y en general de la Wehrmacht.
Producto de esto y de la época en que fue escrito es también la descripción de los rusos que aparecen en la novela, que son siempre seres beatíficos, cosa que concuerda poco con la ferocidad y falta de piedad que ambos bandos tuvieron en la batalla.
En conjunto me parece una novela recomendable que ha de ser leída teniendo en cuenta la condición de su escritor.
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