Kursk 1943: Anotaciones

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José Luis
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Kursk 1943: Anotaciones

Mensaje por José Luis » Dom Jul 01, 2018 12:09 am

La Batalla de Kursk es uno de los episodios de la guerra en el Frente Oriental que más bibliografía ha generado desde el final de la IIGM. Ha producido muchos más libros que la mucho más importante Batalla de Moscú, y me atrevería a decir que tantos o más que la también más importante Batalla de Stalingrado. Este torrente literario sobre la Batalla de Kursk provocó un sin fin de mitos y leyendas que sólo comenzaron a desmontarse en los últimos veinte años. En este sentido y a mi juicio, las principales obras revisionistas basadas en fuentes primarias, rusas o alemanas, fueron los libros de David M. Glantz y Jonathan M. House, The Battle of Kursk (1999); Niklas Zetterling y Anders Frankson, Kursk 1943: A Statistical Analysis (2000); Valery Zamulin, Demolishing the Myth. The Tank Battle at Prokhorovka, Kursk, July 1943: An Operational Narrative (2011, publicada originalmente en ruso en 2005); Karl-Heinz Frieser (2017), The Battle of the Kursk Salient, en Frieser et al, Germany and the Second World War. Volume VIII: The Eastern Front 1943-1944. The War in the East and on the Neighbouring Fronts, pp. 83-200 (publicado originalmente en alemán en 2007); y Roman Töppel, Kursk 1943: The Greatest Battle of the Second World War (2018), publicado originalmente en alemán en 2017 y de aquí al español en 2018 a cargo de Ediciones Salamina y traducido por Isidoro Villena. Zamulin, cuyas polémicas interpretaciones sobre ciertos aspectos de la Batalla de Kursk han sido contestadas en las obras citadas de Frieser y Töppel, ha seguido publicando varios libros relacionados con Kursk, como The Battle of Kursk: Controversial and Neglected Aspects (2017) y The Forgotten Battle of the Kursk Salient: 7th Guards Army’s Stand Against Army Detachment Kempf's Auxiliary Offensive (2018).

En toda esta obra revisionista (con la variante contra-revisionista que ha suscitado Zamulin en la actual historiografía alemana), hay dos aspectos que, en mi opinión, necesitan ser aclarados. El primero se refiere a la definición de la llamada Batalla de Kursk en su dimensión espacio-temporal; el segundo a su mítica y extendida consideración como el momento decisivo (turning point) de la IIGM. Este artículo tratará estos dos asuntos.

Tiempo

Una de las confusiones más comunes cuando se discute sobre la Batalla de Kursk viene dada por la ausencia de una definición clara de la misma. Para mucha gente la Batalla de Kursk se reduce a la Operación Ciudadela, la ofensiva alemana (5-16 de julio de 1943) que dio pie a esa batalla, y esta acotación temporal de la batalla es claramente un error, pues dicho periodo sólo se puede circunscribir a la duración de la Operación Ciudadela.

Una batalla es una serie de enfrentamientos y combates entre dos fuerzas opuestas que representan una parte importante del total de fuerzas comprometidas en una campaña militar. Una batalla puede ser la consecuencia de una planificación previa, y entonces se habla de una operación, que, a su vez, puede ser ofensiva o defensiva. Pero una batalla también puede ser el resultado de una situación imprevista y no planificada, y entonces se habla de una batalla de encuentro, que cuando no puede ser evitada por uno de los dos bandos enfrentados, mediante una retirada, se llama entonces batalla forzada. La duración de una batalla está directamente relacionada con sus objetivos y consecuencias tácticas, y operacionales o estratégicas, si las hubiere, surgidas de su desarrollo, y el aprovechamiento o explotación de las mismas.

En el caso que nos ocupa, la Batalla de Kursk respondió a operaciones planificadas en doble sentido: por parte alemana, a su operación ofensiva “Ciudadela”; por parte soviética, a la planificación defensiva de la esperada ofensiva alemana. Con el inicio de Ciudadela -5 de julio- se puso en marcha lo que se ha venido a conocer como la Batalla de Kursk, pero la cancelación de Ciudadela, en última instancia el 16 de julio, no puso fin a la Batalla de Kursk, pues a las acciones ofensivas alemanas sucedieron contraataques soviéticos, incluso antes de que Hitler cancelase definitivamente Ciudadela, y, por tanto, la Batalla de Kursk no cesó hasta que terminó la última ofensiva soviética el 23 de agosto de 1943.

De esta forma, podemos establecer que la Batalla de Kurks duró desde el 5 de julio -fecha en la que realmente se inició la operación Ciudadela- hasta el 23 de agosto, fecha en la que terminó la contraofensiva soviética de Belgorod-Kharkov (Operación Rumiantsev). Así pues, la Batalla de Kursk se desarrolló en tres fases relacionadas entre sí: Operación Ciudadela (5-16 de julio), Operación Kutuzov (12 de julio-18 de agosto), y Operación Rumiantsev (3-23 de agosto).

Cualquier análisis de la Batalla de Kursk que no recoja el amplio contexto de estas tres operaciones, en particular, y su relación estratégica con el resto de teatros de la guerra, en general, es un análisis viciado de raíz, que explica que mucha gente siga considerando esta batalla como el momento decisivo más importante de la guerra, en general, o de la guerra en el Frente Oriental, en particular.

Espacio

Otra de las confusiones de esta batalla gira en torno a su ámbito geográfico. En realidad, nunca hubo tal “batalla de Kursk” si nos atenemos al hecho de que no tuvo lugar ningún combate terrestre en la ciudad de Kursk o en su vecindad inmediata. Este hecho ya lo puso de relieve Roman Töppel en su Kursk 1943 (Málaga, 2018), al escribir: “¿Cómo definir la batalla de Kursk? La propaganda alemana definió las batallas libradas en la región de Kursk en el verano de 1943 como 'Batalla entre Orel y Belgorod'. Algunos veteranos alemanes de la batalla de Kursk, preguntados sobre si habían participado en la batalla de Kursk, contestaban que no: En la primavera de 1943 habían participado en las batallas alrededor de Járkov, y en el verano en Belgorod pero ¿en Kursk? Las batallas en la zona de Belgorod formaron parte de la operación Zitadelle, de la primera fase de la operación. Pero el nombre de Kursk no había quedado en la memoria del soldado...” (pp. 19-20).

En realidad, esta reflexión de Töppel resulta pertinente pero incompleta. Un concepto que se aproximaría más a la realidad de esa batalla, al menos durante la fase ofensiva alemana, sería “Batalla por Kursk”, aunque tampoco es un concepto completamente cabal. Como el concepto de “Batalla de Kursk” no se va a cambiar, sería conveniente para su auténtica comprensión saber qué importancia tenía Kursk para uno y otro bando.

El saliente de Kursk, 4-7-1943:
Imagen
Fuente: Frieser et al, p. 177.

Desde el bando alemán hay que mirar cuál era el propósito de la Operación Ciudadela, es decir, qué objetivos buscaba. El propósito de la operación era doble: en primer lugar, recortar la línea de frente eliminado el saliente de Kursk; en segundo lugar, destruir el grueso de los ejércitos soviéticos que defendían el saliente. Son claramente objetivos operacionales. El éxito en estos dos objetivos operacionales brindaría una consecuencia de alcance estratégico relativamente importante: posibilitaría la liberación de unidades de combate en ese sector del frente para destinarlas a otros teatros de guerra, especialmente teniendo en cuenta la esperada invasión aliada de Italia. Con esta finalidad, Ciudadela fue planificada como una ofensiva concéntrica a cargo de tres grandes formaciones de combate que, desplegándose en dos pinzas de ataque que partían de regiones diferentes, debían converger finalmente en el área este de las inmediaciones de Kursk. Una pinza, el 9º Ejército del Generaloberst Model (del Grupo de Ejércitos Centro del Generalfeldmarschall von Kluge), sito en el sector septentrional del frente en la región de Orel, debía atacar en dirección sur hacia Kursk. El 4º Ejército Panzer del Generaloberst Hoth y el Armeeabteilung Kempf del General der Panzertruppe Werner Kempf (ambas formaciones integradas en el Grupo de Ejércitos Sur del Generalfeldmarschall von Manstein), sitos en la región de Belgorod, formaban la otra pinza atacante en dirección norte hacia Kursk. Por su posición de origen se llamó grupo septentrional al ejército de Model y grupo meridional a los ejércitos de Hoth y Kempf.

El propósito del bando soviético ante la esperada ofensiva alemana era, inicialmente, aguantar y resistir la embestida alemana hasta debilitar su ímpetu para, a continuación, pasar a la contraofensiva y destruir a las fuerzas alemanas involucradas. Haciendo frente al grupo septentrional de Model estaba el Frente Central del general Rokossovsky, mientras que al grupo meridional de Hoth y Kempf lo esperaba el Frente Voronezh del general Vatutin. Al este de la línea base del saliente de Kursk, los soviéticos mantenían una reserva estratégica, el Frente Estepa del general Konev. Rokossovsky tenía que defender la parte septentrional del saliente de Kursk a lo largo de un frente de 306km de amplitud, rechazar la ofensiva alemana y contraatacar a continuación en conjunción con los frentes Occidental y Briansk, destruyendo al enemigo en la región de Orel. Vatutin debía defender la parte meridional del saliente a lo largo de un frente de 244km, desangrar la acometida alemana y pasar a la contraofensiva en conjunción con el Frente Suroccidental para destruir al enemigo en la vecindad de Belgorod y Kharkov. La reserva estratégica de Konev sería empleada según el desarrollo de las operaciones en los sectores de Rokossovsky y Vatutin.

Bajo este contexto queda mejor explicado el concepto geográfico de la Batalla de Kursk y el papel o la importancia que tenía Kursk en la misma. Para los alemanes, Kursk era básicamente el punto final de convergencia de un ataque concéntrico, en cuyos alrededores debían quedar cercados y eliminados los ejércitos soviéticos que lo defendían. El grupo de Model tenía que avanzar unos 75km para llegar a su destino en las proximidades orientales de Kursk, mientras que el de Hoth y Kempf tenía que atravesar una distancia mayor, unos 125km para llegar al mismo punto de destino en Kursk.

El grupo de Model sólo pudo avanzar unos 18km hasta la fortaleza de Ponyri y la meseta de Olkhovatka. Ponyri fue al grupo septentrional alemán lo que Prokhorova al grupo meridional, una gran batalla de tanques que devino en una batalla posicional. La meseta de Olkhovatka, que era la puerta directa hacia Kursk, fue un objetivo que se resistió a las fuerzas de Model, quien el 10 de julio planificó un cambio en la dirección de su ofensiva, de dirección sur a dirección suroeste para evitar el ataque frontal que había venido realizando hasta entonces en Olkhovatka. Tenía planeado reanudar su ofensiva el 12 de julio, pero en esa fecha los soviéticos lanzaron una contraofensiva contra el sector del 2º Ejército Panzer, retaguardia del 9º Ejército, y Model tuvo que cancelar su ofensiva. Así pues, el grupo septentrional alemán quedó clavado a unos 57km de su destino final en las inmediaciones de Kursk.

El grupo meridional de Manstein llegó hasta Prokhorovka, unos 40km de sus posiciones de partida, y canceló su ofensiva, tal como estaba planificada en Ciudadela, el 12 de julio, para continuar atacando con otros objetivos hasta el 16 de julio. Quedó, por tanto, a más de 80km de su destino final.

Sería, pues, mucho más apropiado referirse a esta batalla como “Batalla por Kursk” (capturarla para los alemanes, defenderla para los soviéticos), tal como sucedió con la “Batalla por Moscú” a finales de noviembre y principios de diciembre de 1941. En cambio, la “Batalla de Stalingrado” es un buen concepto, pues la lucha también tuvo lugar, y de qué manera, en la propia ciudad.

La Batalla por Kursk: ¿El momento decisivo de la guerra?

El contexto anterior, con los datos que añadiré a continuación, también sirve para ponderar si esta batalla marcó el momento decisivo de la guerra, tal como le han atribuido buena parte de la historiografía soviética y rusa, y la mayor parte de la occidental. Hace pocos años, en 2013, se publicó el libro de Dennis Showalter sobre Kursk con el título Armor and Blood, seguido del subtítulo The Battle of Kursk. The Turning Point of World War II (New York: Random House, 2013). ¿Hasta que punto se sostiene esta afirmación del subtítulo?

En primer lugar, la Operación Ciudadela no se puede comparar bajo ningún concepto riguroso con la Operación Azul de 1942, ni muchísimo menos con la Operación Barbarroja de 1941. Tras el desastre de Stalingrado, paliado si cabe por la exitosa contraofensiva de Manstein de Kharkov en febrero-marzo de 1943, los alemanes no tenían capacidad material alguna para realizar una ofensiva estratégica a gran escala en 1943. Esta realidad fue aceptada por Hitler y el EMG del OKH, así como por el Departamento de Operaciones del OKW. Tal como escribió Bernd Wegner:

The starting point for consideration of the basic principles that should apply to the further conduct of the war in the east in the spring of 1943 was the realization, shared by Hitler, the OKW Operations Staff, and the Army General Staff, that for the foreseeable future Germany was condemned to strategic defence, and that a further, third campaign against the Soviet Union was, for the time being, beyond its capabilities. (1). (traduzco como: “El punto de partida para las consideraciones de los principios básicos que debían aplicarse a la posterior conducción de la guerra en el este en la primavera de 1943 fue la comprensión, compartida por Hitler, el Estado Mayor de Operaciones del OKW, y el Estado Mayor General del Ejército, que en el futuro inmediato Alemania estaba condenada a la defensa estratégica, y que una posterior y tercera campaña contra la Unión Soviética estaba, por el momento, más allá de sus posibilidades”).

Como he escrito varias veces en el foro, la Operación Barbarroja fue una ofensiva estratégica (la mayor ofensiva terrestre de la IIGM y de la Historia) que buscaba derrotar a la Unión Soviética en una campaña de dos o tres meses de duración. No tiene ninguna comparación posible con ninguna otra ofensiva terrestre. Se desarrolló a lo largo de tres grandes ejes estratégicos del frente ruso a cargo de 3 grupos de ejércitos. La Operación Azul fue una ofensiva estratégica comparativamente menor -en su alcance, fuerzas y objetivos- que se desarrolló a lo largo de un único eje estratégico del frente ruso a cargo de un único grupo de ejércitos. Finalmente, la Operación Ciudadela fue una ofensiva operacional que no resiste ninguna comparación con las anteriores -en alcance, fuerzas y objetivos- y que se desarrolló en un único sector de un eje estratégico del frente ruso a cargo de dos ejércitos y medio. Ciudadela no buscaba ganar la guerra contra la URSS, como fue el caso de Barbarroja, ni buscaba un objetivo estratégico fundamental, como el petróleo del Cáucaso en Azul, para poder continuarla. Su único objetivo era de índole táctica-operacional, al buscar una línea defensiva más favorable en ese frente, de una parte, y destruir a los ejércitos soviéticos que la defendían, de la otra. Sin embargo, estos limitados objetivos táctico-operacionales tenían, de alcanzarse, ciertas consecuencias estratégicas relativamente importantes. La más patente era poder trasladar unidades de combate de ese frente a otros teatros de la guerra. Había también, o se creía que había, un componente estratégico importante de naturaleza política: calmar la inquietud y desconfianza que imperaban entonces entre los aliados de Alemania.

La concepción de Ciudadela siguió la tónica irreal que, mutatis mutandis, caracterizó las planificaciones operacionales previas de Azul y Barbarroja. Sin embargo, y a diferencia de lo que sucedió con los fracasos de Barbarroja, primero, y Azul, después, el fracaso de Ciudadela no tuvo desde ningún punto de vista las decisivas y desastrosas consecuencias estratégicas de sus antecesoras. A diferencia de lo que ha contado la historiografía soviética y la mayor parte de la historiografía occidental clásica y actual, ni Ciudadela, en particular, ni la Batalla de Kursk, en general, supusieron la destrucción del blindaje alemán ni de las formaciones blindadas que lo contenían. Las pérdidas alemanas en Ciudadela, tanto en tropas como en material, fueron irrisorias si se comparan con las pérdidas sufridas en los desenlaces de las dos grandes ofensivas anteriormente citadas. Para comprender esto es necesario examinar las fuerzas que se enfrentaron y el desenlace final.

El 9º Ejército de Model contaba con 21 divisiones (14 de infantería, 6 blindadas y 1 de infantería blindada), con una fuerza de combate total, basada en ranchos, de 335.000 hombres (27-6-1943), aunque la fuerza diaria de las unidades de línea de frente posiblemente no superaba los 224.000 hombres. La fuerza de rancho incluye heridos, prisioneros de guerra, tropas de construcción, unidades de seguridad, auxiliares, civiles, etc. Por ello es más esclarecedora la fuerza diaria de las tropas de combate. Al inicio de Ciudadela, el 9º Ejército contaba con 599 tanques de batalla, 299 cañones de asalto y 90 Ferdinand, todos ellos operacionales. El componente artillero venía dado por 752 cañones y 165 lanzadores de cohetes. El apoyo aéreo consistía en los 640 aviones operacionales de la 1. Flieger-Division del Generalmajor Paul Deichmann.

El 4º Ejército Panzer de Hoth tenía una fuerza de rancho (1-7-1943) de 223.907 hombres, mientras que del Armeeabteilung Kempf estaba alrededor de los 100.000 hombres. Al igual que sucedía con el ejército de Model, aquí la fuerza real diaria de las divisiones y otras unidades no superaba los dos tercios del total. En conjunto este ejército y medio contaba al 5 de julio con un total de 1.137 tanques de batalla (409 Pz-III, 426 Pz-IV, 200 Panther y 102 Tiger) y 240 cañones de asalto, junto con 831 cañones de artillería y 303 lanzadores de cohetes. Apoyados por los 732 aviones operacionales del VIII. Fliegerkorps del Generalmajor Hans Seidemann.

De esta forma, los dos ejércitos y medio citados contaban en total con 659.000 hombres en números redondos, que en la práctica se reducían a no más de 440.000 hombres en línea de frente, 1.696 tanques de batalla operacionales, 539 cañones de asalto, 90 Ferdinand, 1.583 piezas de artillería, 468 lanzadores de cohetes, y 1.372 aviones de combate operacionales. Si a esto sumamos el 2º Ejército Panzer con sus 132.000 hombres de fuerza de rancho, sus 100 cañones autopropulsados y sus 242 cañones, sin ningún tanque, la fuerza de rancho total de los ejércitos alemanes comprometidos finalmente en la Batalla de Kursk no superó los 791.000 hombres y los 2.425 vehículos blindados de combate. Pero la fuerza diaria de personal de sus tropas de combate, que es la que se debe contar, no pasaba de los 518.000 hombres.

En el bando soviético, el Frente Central de Rokossovsky tenía al 5 de julio 711.575 hombres (casi tantos como la fuerza de rancho total de los 2 ½ ejércitos alemanes), si bien sus tropas de combate levantaban 510.983 hombres. Sumaba 1.607 tanques y cañones de asalto, y 12.453 cañones y lanzadores de cohetes. El 16º Ejército Aéreo lo apoyaba con sus 1.034 aviones.

El Frente Voronezh de Vatutin tenía 625.591 hombres (466.236 tropas de combate), 1.699 tanques y cañones de asalto, y 9.751 cañones y lanzadores de cohetes. Lo apoyaban los 881 aviones del 2º Ejército Aéreo.

El Frente Estepa de Konev tenía 573.195 hombres (449.133 tropas de combate), 1.632 tanques y cañones de asalto, y 9.211 cañones. El apoyo aéreo se lo prestaba el 5º Ejército Aéreo con sus 470 aviones operacionales.

Así que la fuerza total de los tres frentes soviéticos ascendía a 1.910.361 hombres, aunque la fuerza real de tropas de combate no superaba 1.426.352 hombres, con 4.938 tanques y cañones de asalto, y 31.415 piezas de artillería. Sin embargo, aquí no tenemos cifras fiables para cuantificar los refuerzos humanos y materiales que el Stavka destinó a lo largo de la batalla.

De todas formas, podemos valorar la correlación de fuerzas para la fase ofensiva alemana de la batalla, Ciudadela, y vemos unos resultados que demuestran lo alejados de la realidad que estaban Hitler y sus altos mandos. En fuerza de personal de tropas de combate los alemanes enfrentaban 518.000 hombres contra 1.426.352 hombres del bando soviético, lo que representa una superioridad soviética de 2.8 a 1. En tanques la superioridad soviética era de 2 a 1, mientras que en artillería era de 4.2 a 1.

Bien, las pérdidas alemanas durante el desarrollo de Ciudadela (5-16 de julio de 1943) fueron de 54.182 muertos, heridos y desaparecidos, (en torno al 10,5 por ciento de la fuerza diaria total) y 252 tanques (15 por ciento del total). Esto dista un abismo de lo que reclamó la historiografía soviética, que concretó las pérdidas alemanas en 3.572 tanques (incluyendo 700 Tiger) y de 80.000 a 100.000 hombres. Si esto fuese realmente así, entonces sería verdad que Ciudadela supuso la quiebra total del blindaje alemán, pues su arsenal blindado total para todo el frente oriental era de 3.524 tanques y cañones de asalto, de los cuales 2.465 se habían desplegado para Ciudadela. Sin embargo, la realidad fue otra muy diferente al reclamo de la propaganda soviética, como hemos visto.

En la Operación Kutuzov (12 julio-18 agosto, dirigida por los frentes Central, Briansk y una gran parte del Frente Occidental contra el ala sur del GEC -9º Ejército y 2º Ejército Panzer en la región de Orel) los alemanes sufrieron 86.064 bajas (14.215 muertos, 60.549 heridos y 11.300 desaparecidos). Las pérdidas de tanques del GEC ascendieron a 343 tanques y cañones de asalto (del 5 de julio al 1 de agosto).

En la Operación Rumiantsev (3-23 de agosto, dirigida por los frentes Voronezh y Estepa contra el ala norte del GES -4º Ejército Panzer y Armeeabteilung Kempf- en la región de Kharkov-Belgorod) las bajas alemanas en personal no llegaron a 30.000 (incluyendo unos 10.000 muertos y desaparecidos), mientras que en tanques resulta imposible cuantificar con exactitud por pérdida de documentos, pero se pueden estimar en no más de 240 tanques.

Conclusión

Con toda esta información en mente no es difícil concluir que la Batalla de Kursk (operaciones Ciudadela, Kutuzov y Rumiantsev) no resultó en una carnicería de las fuerzas alemanas como se recogió en las historiografías soviética y occidental clásicas, y se sigue recogiendo hoy en día pese a todo el trabajo académico que ha desmontado ese mito en base al estado de la investigación actual. Es cierto, no obstante, que la Batalla de Kursk fue ganada por los soviéticos, pero fue el paradigma de una victoria pírrica. Sus pérdidas fueron espeluznantes.

El total de bajas alemanas en dicha batalla sumó en torno a 170.000 muertos, heridos y desaparecidos, mientras que en tanques se puede estimar que no se superaron 800 tanques destruidos. Estas cifras desmontan por completo el mito que pinta la Batalla de Kursk como el momento decisivo de la guerra y el quebrantamiento del blindaje alemán.

Para poner en perspectiva lo que supuso la Batalla por Kursk es necesario considerar el contexto de todo el frente ruso en lo que afecta a hombres y material (en este caso tanques) a principios de julio de 1943. En esas fechas la fuerza de personal total del Ostheer era de 3.673.000 hombres, así repartidos:

-Frente Oriental: 3.138.000 hombres, más
-Aliados: 225.000
-Frente Finlandés: 80.000 alemanes
-Ejército Finlandés: 230.000 hombres

Las pérdidas de personal en la Batalla por Kursk fueron unas 170.000 (la mayoría de ellas pérdidas recuperables, esto es heridos). Esto es, poco más del 5 por ciento de la fuerza total en el frente oriental.

En cuanto a tanques, en esas fechas había un total de 3.524 tanques y cañones de asalto en el frente oriental (más 125 en el frente finlandés). Las pérdidas irrecuperables en la Batalla por Kursk fueron unos 800 tanques, lo que representa el 23% del total. En TODO el frente oriental los alemanes perdieron entre julio y agosto de 1943 un total de 1.331 tanques. La producción mensual alemana de tanques en 1943 fue en torno a los 960.

Vemos, pues, que Kursk estuvo muy lejos de ser el momento decisivo de la IIGM, en general, o de la guerra en el Frente Oriental, en particular. En este último caso, la Batalla por Kursk no resiste comparación con la Batalla por Moscú, cuyas consecuencias estratégicas fueron fatales para los alemanes. La raíz base de esta batalla se encuentra en la alemana Operación Tifón (2 de octubre al 4 de diciembre de 1941), en particular en su segunda fase, iniciada el 15 de noviembre. Para Tifón el Grupo de Ejércitos Centro de von Bock contaba inicialmente con una fuerza de rancho de más de 1.900.000 hombres (en Ciudadela, las formaciones participantes del GEC y GES no llegaban a los 800.000 hombres en fuerza de rancho). Al igual que con el final de Ciudadela no se acabó la Batalla por Kursk, tampoco el final de Tifón puso fin a la Batalla por Moscú. Para la historiografía soviética, la batalla de Moscú comenzó el 30 de septiembre de 1941 y terminó el 20 de abril de 1942. A su vez la subdividen en dos partes: una defensiva (30-9/4-12 de 1941) y otra ofensiva (5-12-1941/20-4-1942). La primera cuenta con las operaciones defensivas de Orel-Briansk, Viazma, Kalinin, Mozhaisk y Tula. La segunda comprende dos grandes operaciones ofensivas: la operación ofensiva de Moscú (5-12-1941/7-1-1942) y la operación ofensiva de Rzhev-Viazma (7-1-1942/20-4-1942). En ambas ofensivas estratégicas los soviéticos buscaron cercar y destruir al grueso del GEC, que sólo entre el 1 de octubre de 1941 y el 31 de enero de 1942 sufrió un total de 369.500 bajas (2). En Kursk, las bajas totales de los Ges C y S fueron 170.000. El fracaso final de Tifón (bajo el contexto general del fracaso de la Operación Barbarroja), seguido de la soviética estratégica operación ofensiva de Moscú y la entrada de USA en la guerra como consecuencia del ataque japonés de Pearl Harbor y la declaración de guerra alemana contra USA, todo ello durante los doce primeros días de diciembre de 1941, marcan, a mi juicio, el momento decisivo de la IIGM, pues desde ese momento Alemania ya no podía ganar militarmente la guerra. Frente a esto, la Batalla por Kursk fue pura anécdota.

La Operación Ciudadela no tuvo ningún objetivo estratégico de consideración, y fue simplemente una operación ofensiva limitada dentro del contexto de la estrategia defensiva alemana. En otras palabras, fue una operación ofensiva limitada de naturaleza estratégica defensiva. Schreiber vio Ciudadela como una “operación improvisada carente de cualquier objetivo estratégico”. Frieser escribió sobre la Batalla de Kursk: “En el estado actual de la investigación, parece aberrante considerar la batalla de Kursk como la batalla decisiva de la segunda guerra mundial, ya que en ese momento el resultado de la guerra ya estaba decidido desde hacía mucho tiempo”.

Que en el verano de 1943, antes de Ciudadela, los alemanes tenían la guerra completamente perdida se desprende de los siguientes datos para lo que afecta al frente oriental. Frente a los 3.363.000 hombres que tenía el Ostheer en el frente oriental (sin contar el frente finlandés), el Ejército Rojo le hacía frente con un total de 5.745.800 hombres (sin contar los 2.275.100 hombres en el frente finlandés, el frente meridional y Extremo Oriente), más 1.110.000 hombres de las reservas del Stavka. Frente a los 3.524 tanques y cañones de asalto en el arsenal del Ostheer en el frente oriental, el Ejército Rojo contaba con 9.888 tanques y cañones de asalto en el mismo frente, más 2.688 en las reservas del Stavka. Frente a los 25.000 cañones (artillería, antitanque y antiaéreos) y lanzadores de granadas alemanes, los soviéticos tenían 91.791 cañones (artillería, antitanque y antiaéreos) y lanzadores de cohetes, más 16.782 en las reservas del Stavka. Finalmente, la Luftwaffe en el frente oriental tenía 1.833 aviones de combate, mientras la VVS soviética contaba con 6.532 aparatos, más 662 en las reservas del Stavka. Creo que sobran comentarios.

¿Cómo evaluar la Batalla por Kursk en base a las pérdidas de personal del Ejército Rojo? Aquí también podemos hacer una comparativa (3) con otras operaciones soviéticas, antes y después de Kursk.

-En el conjunto de la Batalla por Kursk, el Ejército Rojo sufrió un total de 255.000 pérdidas de personal irrecuperables (esto es, muertos, desaparecidos y prisioneros de guerra), en el siguiente contexto de fuerzas empleadas-pérdidas:

--Fase defensiva (Ciudadela): 1.273.000 tropas/70.000 pérdidas.
--Kutuzov: 1.288.000 tropas/113.000 pérdidas.
--Rumiantsev: 1.144.000 tropas/72.000 pérdidas

-En la contraofensiva de Stalingrado (Operación Urano 19-11-1942/2-2-1943) los ejércitos soviéticos emplearon 1.144.000 tropas y sufrieron 155.000 pérdidas irrecuperables. Por primera vez en la guerra, el Ejército Rojo cercó y destruyó un poderoso ejército alemán (6º), haciendo de la Batalla de Stalingrado el turning point psicológico de la guerra en el Frente Oriental. En otras palabras, hundió la moral combatiente entre las tropas alemanas, avivó las llamas de la conspiración militar, y provocó la crítica semiabierta en la sociedad alemana.

-En la operación ofensiva de Moscú (5-12-1941/7-1-1942) los ejércitos soviéticos desplegaron 1.022.000 hombres y sufrieron 140.000 pérdidas irrecuperables. Derrotaron por vez primera a un grupo de ejércitos alemán (GEC), el más poderoso en términos de personal de todos los grupos de ejércitos desplegados por los alemanes en la guerra, haciéndolo retroceder sustancialmente. Con la ofensiva inmediata siguiente,

-Operación ofensiva Rzhev-Viazma (7-1/20-4-1943), 1.059.000 tropas y 272.000 pérdidas irrecuperables, los soviéticos estuvieron a punto de destruir al GEC, causándole tan grandes bajas en tropas y material que harían de este grupo de ejércitos alemán una sombra de lo había sido a finales de junio y finales de septiembre de 1941. De entre todas las grandes operaciones ofensivas que el Ejército Rojo llevó a cabo durante la guerra, la operación Rzhev-Viazma de enero-abril de 1941 fue la más costosa en pérdidas de personal, pero fue asimismo la que provocó la herida más grave al GEC, en particular, y al Ostheer, en general.

-Bagration (Bielorrusia, junio-agosto de 1944) fue la operación ofensiva más poderosa llevada a cabo por el Ejército Rojo durante la guerra, con un total de 2.331.000 tropas y 179.000 pérdidas irrecuperables de personal. Supuso la destrucción final del GEC. Sin embargo, se dio en un contexto estratégico general en el que el Tercer Reich ya estaba virtualmente derrotado, coincidiendo con la Campaña de Normandía (mucho más conocida en Occidente gracias a la propaganda aliada).

Al lado de estas grandes operaciones ofensivas soviéticas (Moscú, Rzhev-Viazma, Urano y Bagration) y las batallas que provocaron, la Batalla de Kursk no deja de ser una anécdota en su importancia e implicaciones estratégicas para el conjunto de la guerra.

(1) Frieser et al, Germany and the Second World War. Volume VIII: The Eastern Front 1943-1944 (Oxford University Press, 2017), p. 62. El resto de datos y citas sigue esta fuente.
(2) Klaus Reinhardt, Moscow. The Turning Point (Berg Publishers Limited, 1992), p. 371, nota 10.
(3) Evan Mawdsley, Thunder in the East (Hodder Arnold, 2005), Tablas 4.1, 5.1, 6.1, 9.1.

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Re: Kursk 1943: Anotaciones

Mensaje por Chuikov » Jue Ago 09, 2018 10:48 am

Hola,

no es posible encontrar, al menos entre lo que yo conozco, en el mundo de los foros en alemán, inglés o español un despliegue de conocimientos y sobre todo una visión tan clarividente como la del compañero José Luis. Muchas gracias por compartirlo.

Me ha gustado el armazón teórico primero, donde hablas de batallas, operaciones y su duración, el concepto propio del post, donde el texto está al servicio de la idea que tenías, y no al revés (como pasa muchas veces) y el trabajo de documentación, especialmente al final, donde comparas las cifras de pérdidas en diferentes operaciones y años.

Con respecto a la capacidad cada vez menor del Ejército alemán en el Este, Christian Hartmann lo plasmó con esta frase en su libro Operation Barbarossa: Nazi Germany's War in the East, 1941-1945 (2013):
"En medio de todo este aparente caos [en cuanto a la descripción de las operaciones militares se refiere], es posible establecer algunos patrones. Uno es las estaciones: los alemanes siempre atacaron en verano, y los rusos en invierno, excepto en el 44. Las capacidades ofensivas alemanas se van encogiendo año tras año: en el 41, tres grupos de ejército, en el 42, un grupo de ejército, en el 43 dos ejércitos, y en el 44 nada. "
Por cierto, el libro será publicado en español este otoño por La Esfera de los Libros. Es un libro tan corto, sugestivo y elocuente que creo que es una oportunidad para todo aquel que no lea inglés.

Cuando hablas del libro de Showalter Armor and Blood, seguido del subtítulo The Battle of Kursk. The Turning Point of World War II , decir que apuesto a que esto es cuestión de la editorial, que lo eligió para aumentar las ventas. No he leído el libro de Showalter, pero también tenemos la suerte de tenerlo traducido al español, también por La Esfera de los libros. En la edición española se titula La batalla de Kursk. El gran choque de tanques de la Segunda Guerra Mundial.

En cuanto a la denominación de turning point de la batalla de Kursk, está fuera de toda duda. En otro momento hace tiempo hablé en el siguiente sentido con respecto al turning point de la guerra. A mi personalmente lo mismo me vale decir que está en septiembre de 1941 (escenificado en la picadora de carne de Yelnia), cuando se constata que la Blitzkrieg no va a funcionar como en la primera quincena de diciembre de 1941, con el fracaso de Tifón, la entrada de los EEUU en guerra y el comienzo de la contraofensiva soviética. ¿Por qué? el ejemplo gráfico es el siguiente: un coche que va a 100 km/h subiendo una cuesta se queda sin gasolina y el motor se para. Aunque el motor se pare, el coche puede y podrá seguir avanzando unos cientos de metros. Ese avance de unos cientos de metros es el que hay entre Septiembre de 1941 y Diciembre de 1941.

Muchas gracias por este post.

Saludos.
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Re: Kursk 1943: Anotaciones

Mensaje por José Luis » Vie Ago 10, 2018 6:23 am

¡Hola a todos!
Chuikov escribió: Cuando hablas del libro de Showalter Armor and Blood, seguido del subtítulo The Battle of Kursk. The Turning Point of World War II , decir que apuesto a que esto es cuestión de la editorial, que lo eligió para aumentar las ventas. No he leído el libro de Showalter, pero también tenemos la suerte de tenerlo traducido al español, también por La Esfera de los libros. En la edición española se titula La batalla de Kursk. El gran choque de tanques de la Segunda Guerra Mundial.
Probablemente se deba a una cuestión de marketing de la editorial. Que yo recuerde, Showalter no habla en ningún momento de Kursk como el turning point de la guerra. Cuando cierra el libro, habla de transition point: "The Battle of Kursk was the Eastern Front’s transition point—and its point of no return".

Un "punto de transición" ya es más adecuado, si entendemos por ello un momento después del cual el Ostheer perdió para siempre la iniciativa operacional. Digo operacional y no estratégica (a diferencia de lo que se dice en muchos libros, académicos y populares), pues esta última ya la había perdido tras el fracaso de Azul. En cambio, no hubo "punto de transición" sin retorno en su capacidad táctica.

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Re: Kursk 1943: Anotaciones

Mensaje por Montefusco » Sab Ago 11, 2018 8:10 am

Kursk es un punto de inflexiòn en el sentido que fue la ùltima ocasiòn en que la Wehrmacht fue capaz de plantear donde y cuando se lucharìa, a partir de allì estarìa totalmente a remolque de las iniciativas soviéticas y solo reaccionarían a las iniciativas del ejèrcito rojo. Además hay que verlo en conjunto con una acción simultánea mucho menor en escala, pero con el mismo significado: la operación Husky que significó exáctamente lo mismo respecto a los aliados occidentales: con sus inmensas fuerzas de desembarco y su total dominio del aire y el mar a partir de ese momento los aliados también escogerían donde luchar, a los alemanes no les quedaba más que intentar conocer de antemano la próxima elección aliada (en lo que fracasron rotundamente, exceptuando quizás en Salerno y Anzio), pero también serían los angloamericanos los que decidirían el lugar y tiempo de la batalla.

Para mi existen tres puntos de inflexion en la guerra en Europa: Octubre-Noviembre 1942 (El Alamein, Torch y la operación Saturno-contraofensiva soviética en Stalingrado), Julio 1943 (Zitadelle, Husky, el bombardeo de Hamburgo -Operación Gomorrah- y el inicio de Pointblank) y por supuesto junio de 1944 (Overlord y Bagration, coincidiendo también con la derrota japonesa en el Mar de las Filipinas), las batallas anteriores a Zitadelle pudieron ser una preparación, pero luego del fracaso alemán es que la situación en el Este hizo eclosión y la inferioridad alemana queda patente.

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Re: Kursk 1943: Anotaciones

Mensaje por M1A1 Carbine » Jue Ago 16, 2018 7:18 pm

Hola a todos.

En mi opinión, la Batalla por Moscú tuvo un impacto brutal en la guerra y no comprendo del todo como la historiografía no le ha dado la importancia que, al menos en mi opinión, tuvo.

Aprovecho el mensaje para dar las gracias a José Luis por tan magnífico artículo. Es un lujo leer análisis del estilo.

Un saludo.
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Re: Kursk 1943: Anotaciones

Mensaje por José Luis » Vie Ago 17, 2018 10:19 am

¡Hola a todos!
M1A1 Carbine escribió: En mi opinión, la Batalla por Moscú tuvo un impacto brutal en la guerra y no comprendo del todo como la historiografía no le ha dado la importancia que, al menos en mi opinión, tuvo.
Si me permitís la digresión y empezando por el final, es cierto que la historiografía clásica, exceptuando la actual alemana que mayoritariamente considera esta batalla como el auténtico turning point de la guerra, no ha prestado a la Batalla por Moscú (30 de septiembre de 1941-20 de abril de 1942) la importancia capital que tuvo en el devenir de la guerra. La historiografía soviética subrayó más la Batalla de Stalingrado, quizá porque la Batalla por Moscú vino precedida y se inició con los mayores desastres políticos y militares de la Unión Soviética y había muchas cosas que callar y muchos temas políticamente delicados de tratar. En la actualidad, no obstante, en la historiografía rusa académica ha sucedido algo similar a la alemana, donde la Batalla por Moscú ocupa un lugar preeminente. En la historiografía anglosajona actual también ha empezado a ocupar un lugar destacado esta batalla, especialmente en las últimas obras de Stahel, que marcan el turning point decisivo de la guerra en Smolensk o Moscú. Sea como fuere, falta una obra integral sobre la Batalla por Moscú que abarque toda su extensión y operaciones. Tenemos historias parciales tanto en la literaura occidental como rusa, pero falta una obra voluminosa del estilo de Glantz sobre Stalingrado.

La Operación Tifón, cuyo inicio marca en la historiografía soviético-rusa el comienzo de la Batalla por Moscú (pese a que Moscú no era el objetivo principal del inicio de Tifón, sino la destrucción de los ejércitos de Timoshenko; Moscú sería el objetivo de la segunda fase de Tifón, iniciada el 15 de noviembre), desplegó al grupo de ejércitos alemán más poderoso de toda la guerra (tres ejércitos y tres panzergruppen), y ello a pesar de las bajas en personal y material que venía acumulando el Grupo de Ejércitos Centro del mariscal Bock desde el inicio de Barbarroja. En efecto, esta formación de combate desplegó en Tifón 78 divisiones (incluyendo 14 panzer y 8 motorizadas) y una fuerza de rancho de más de 1.900.000 hombres, con unos 1.500 tanques, 14.000 piezas de artillería y cerca de 1.500 aviones de combate. En frente, los soviéticos al inicio de Tifón desplegaban tres frentes (unos 15 ejércitos) con una fuerza de rancho de 1.250.000 hombres, 10.524 cañones y morteros, 1.046 tanques y 545 aviones*.

Cuando terminó la Batalla por Moscú el 20 de abril de 1942 (fecha flexible), el Grupo de Ejércitos Centro de von Bock había sufrido más de medio millón de bajas de personal (369.500 sólo entre el 1 de octubre de 1941 y el 31 de enero de 1942), sin incluir las bajas médicas, mientras que las pérdidas de tanques fueron prácticamente la totalidad del montante inicial de Tifón. El Grupo de Ejércitos Centro quedó literalmente depauperado y jamás se recuperaría de estas heridas. Si a ello sumamos los reveses y las bajas de sus flancos, los grupos de ejércitos Norte y Sur, durante el mismo periodo, no es difícil concluir que en Moscú se forjó el punto de no retorno para el Ostheer. Y si finalmente añadimos el acontecimiento político-militar capital de diciembre de 1941, la entrada de USA en la guerra, entonces comprenderemos cabalmente los motivos por los cuales Todt, Roland y los principales responsables de la producción de armamento alemán expresaron a Hitler, ya desde noviembre de 1941, que Alemania ya no podía ganar militarmente la guerra y que Hitler debía buscar una salida negociada.

*Para el desarrollo de Tifón y la contraofensiva soviética de Moscú véanse los hilos viewtopic.php?f=5&t=10291 y viewtopic.php?f=5&t=16800 respectivamente.

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