José Luis escribió:Estos tres supervivientes, en sus declaraciones (interrogatorios y memorias), coinciden unánimente en los dos puntos que he subrayado en el enlace que dejé: que encontraron a Hitler muerto y que quemaron su cadáver el mismo día 30 de abril.
¿Cuáles fueron las contradiciones de sus declaraciones? Varias, pero ninguna que cuestione la muerte de Hitler y la quema de su cadáver. Para empezar, no coinciden en la hora en que murió Hitler (en que tuvo lugar su suicidio): Günsche y Linge declararon que tuvo lugar alrededor de las 15:30; Kempka dijo que fue antes de las 14:00, y que los cuerpos de Hitler y Eva ardieron entre las 14:00 y las 19:30.
Esto de las contradicciones entre distintos testigos, es algo que se suele argumentar frecuentemente como prueba de que dichos testimonios carecen de fiabilidad, y por lo tanto (como no) responden a alguna oscura conspiración para ocultar la verdad sobre lo que ocurrió en el búnker durante los últimos días de la guerra.
Aunque pueda parecer paradójico, a mi tales contradicciones me dan fiabilidad... Me explico.
Cuando varios testigos observan unos mismos hechos lo que ven no es siempre necesariamente lo mismo. Para empezar pueden haber ocupado distintas posiciones en la escena, con lo que cosas que uno ve claramente a otro se le escapan o las ve de otra forma (por poner un ejemplo absurdo, en un partido de fútbol un árbitro da por válido un gol y sin embargo el linier, que está en otra posición lo anula porque aprecia una determinada infracción. Ambos han visto la misma escena, pero no han apreciado los mismos detalles). En segundo lugar los testigos no siempre ven la escena simultáneamente, unos la ven antes y otros después. Entre uno y otro momento algo en la escena puede haber cambiado. En tercer lugar no todo el mundo es igual de observador, hay personas que se fijan mucho hasta en los menores detalles, mientras que otros los pasan por alto. Por último no todos los testigos tienen la misma memoria; algunos recordarán perfectamente lo que han visto, mientras que otros habrán olvidado fragmentos de lo que vieron, y tal vez creerán que vieron algo ligeramente distinto a lo que en realidad sucedió.
Esto es lo que suele pasar cuando únicamente se dispone de declaraciones de testigos para establecer los hechos. No se puede pretender aclarar todos los pequeños detalles usando exclusivamente dichos testimonios. Para ello habría que tener grabaciones, documentos, análisis, etc. Ahora bien lo que los testigos no van a olvidar son los hechos, llamémosles, fundamentales. Si Hitler se suicidó, podrán confundir la hora del suicidio (detalle menor), pero no el hecho mismo de que se suicidará. Si su cadáver fue incinerado a continuación, podrán confundir como y de que manera se llevó a cabo la cremación, pero no el hecho de que se llevase a cabo.
Yo creo que jamás tendremos la certeza absoluta de que pasó exactamente, hasta el menor detalle, el día del suicidio de Hitler; pero, a la vista de los datos que tenemos, no se puede dudar de lo fundamental y es que Hitler se suicidó en el búnker el 30 de Abril de 1945.
Si por el contrario todos los testigos coincidiesen exactamente en sus declaraciones, sin la menor desviación entre ellos; sin una sola discrepancia, eso para mi arrojaría sospechas de que están relatando, como si fueran papagayos, una historia aprendida de memoria por todos ellos; no algo que todos ellos vieron y vivieron en primera persona. En tal caso se podrían tener más dudas de que fue lo que pasó.
Von Garzen escribió:RITTER escribió:
Hola a todos:
Como ya comentaba, este tema traerá cola; anoche haciendo zapping en la tele, me encuentro en Cuatro, en el programa de "Friker Jiménez", un debate sobre el tema del cráneo, con contertulios de altura, por supuesto ( dos "colaboradores habituales del programa especialista en temas paranormales" y un forense) y el mismísimo Führer ( una reproducción de Adolf Hitler gentileza del Museo de cera de Madrid, que había que verlo....). Mas de lo mismo, teorías de complots, conspiraciones, huídas a Argentina... etc..; el espectáculo de la confusión en estado puro, en el que mezclaban de todo, incluso seguían erre que erre con que Martin Borman había escapado de Berlín¡¡¡¡¡¡¡¡ a estas alturas aún seguimos con esto. En fín, el rigor histórico no va a estropear una buena historia, faltaría más. Realmente lamentable.
Salu2
Bueno pero que podemos esperar de ese personajillo y de esos programas pseudocientificos, oscurantismo e ignorancia frente a la ilustración y el conocimiento... asi nos luce el pelo.
Reconozco que yo también vi el programita en cuestión (será esa vena masoquista que llevo dentro). Como ya se ha dicho aquí, lamentable. El amigo Jiménez se lleva a un forense que poco puede aportar. No ha examinado los restos objeto de la polémica, y los datos que aporta se refieren a cráneos completos, no a fragmentos. Pero peor son los dos amiguetes que se trae, presuntos expertos en la materia, los cuales por supuesto no hacen más que señalar que Hitler escapó, que consiguió llegar a Argentina, etc. ¿Aportaron alguna prueba? No, ¿para que?
El señor Jiménez, naturalmente, no consideró necesario invitar a nadie que defendiera otro punto de vista. Tal como que Hitler murió en el búnker (o
banker como decía Jiménez en plan culto; no debe saber que búnker es una palabra recogida en el Diccionario de la RAE), que su cadáver fue incinerado y que los rusos lo encontraron y le practicaron la autopsia, etc. Se ve que Jiménez considera que un programa en el que los participantes defiendan posturas distintas, que cada parte aporte los datos de que disponga, que se confronten y que el espectador pueda decidir que le merece más crédito; no es un buen programa. Es mejor llevar a gente que este de acuerdo unos con otros, y que asientan sonrientes cuando alguno diga la barbaridad que sea. Porque claro si uno dice, como se dijo, que Bormann se había fugado de Berlín, no queda bien que otro de los contertulios exponga la historia de los cadáveres hallados donde los testigos dijeron que Bormann y Stumpfegger habían sido enterrados, y como se les identificó por su historial dental y por la prueba del ADN. Así que mucho mejor que todos digan lo que sea, y ya está; que al fin y al cabo no se va a notar, y se se nota no importa.
wintermute escribió:Si la ciencia dice A y los testimonios verbales dicen B, a quién debo creerle ?
En esta pregunta me parece que hay una cierta confusión. Por como la planteas entiendo que te refieres a que los testigos y la ciencia se contradicen. Yo, sinceramente, no veo donde. Los testigos dicen que Hitler se suicidó, etc, etc. ¿Que dice a eso la ciencia? Nada. Lo que dice la ciencia (y ni siquiera eso está claro, ya que todo hallazgo científico debe ser corroborado, de forma independiente, por un segundo equipo de investigadores antes de que se considere válido) es que unos restos de cráneo que se creían de Hitler, pertenecen a una mujer; y por tanto no pueden ser de Hitler. ¿Eso significa que Hitler no murió en el búnker? No, solo significaría que o bien sus restos no se encontraron, o que se destruyeron (recordemos que los hechos de que hablamos sucedieron hace más de 60 años), o que su paradero actual se ignora... ¿Eso prueba que escapase a Argentina o a la Antártida o a donde sea? No veo como. Cualquier afirmación sobre el presunto escape de Hitler, sigue pendiente de ser probada; cosa que hasta el momento nadie ha hecho; y desde luego este tema de la identidad del cráneo no prueba en absoluto esa teoría.
No nos dejemos, por tanto, confundir por aquellos que aprovechando esta noticia; inmediatamente encuentran en ella justificación y evidencia para teorías que no tienen nada que ver.
Por último respondiendo a tu pregunta yo te aconsejaría que no creyeras a nadie, que escucharas a todos, que pensaras sobre lo que cada uno ha expuesto, y que sopesaras lo mejor posible, y con espíritu crítico, las evidencias y los datos que cada uno ha aportado. Si te es posible trata de obtener información y pruebas adicionales. Y después de haber hecho todo eso decide por ti mismo.
P.D. El detalle del Führer de cuerpo (de cera) presente, estaba a la altura del programa.
Nunca se hace el mal tan plena y alegremente como cuando se hace por motivos de conciencia (B. Pascal)