Quisiera hacerles partícipes de una artículo de Jean Lopez especialista francés en el Ejército Rojo y del conflicto germano soviético y redactor jefe de la Revista Guerres et Histoire, titulado “Les paras rouges, le fiasco d’une avant-garde” publicado en el nº 3 de la citada revista. Comienzo con la traducción del artículo.
Desde los años treinta los soviéticos desarrollan una reflexión profunda sobre el uso de las unidades aerotransportadas. En 1941, mantienen unos efectivos enormes, muy superiores a otros ejércitos. Pero los fracasos en las operaciones de envergadura conducen al abandono en 1943 de toda utilización ambiciosa del arma paracaidista.
Hay una paradoja aerotransportada soviética. El Ejército Rojo la primera del mundo reconoció el potencial de las unidades aerotransportadas, un poco antes que los alemanes y doce años antes que los anglo-sajones. El 22 de junio de 1941 cuando Hitler invade la URSS y desencadena la operación “Barbarroja”, el número de los paracaidistas rojos es tres veces superior a los otros ejércitos beligerantes. Sin embargo, en septiembre de 1943 Stalin abandona pura y simplemente toda utilización ambiciosa del arma aerotransportada para destinarla al uso de la infantería.
Conocida fotografía de paracaidistas soviéticos lanzándose desde un Tupolev TB-3
Fuente: http://www.allmystery.de/themen/uh60626-16" onclick="window.open(this.href);return false;
Uploaded with ImageShack.us
No sólo los teóricos militares soviéticos de los años 1920-30 supieron integrar la “dimensión vertical” en una doctrina coherente, más aún, imaginaron una estructura moderna y audaz para unas tropas encargadas de operar en profundidad en la retaguardia del dispositivo enemigo. En 1929 el futuro mariscal Tukhatchevski lleva a cabo una serie de reflexiones sobre la utilización de los paracaidistas, pone en marcha una unidad experimental y ejercicios prácticos. Él prevé para estas tropas especiales un uso operativo, sin duda demasiado ambicioso para el nivel de la técnica de la época: “Las fuerzas de asalto aéreo deben operar entre los cuerpos de los ejércitos enemigos desplegados en el campo de batalla y sus reservas, impidiendo a estas actuar sobre toda la profundidad operativa enemiga”.
Estos ejercicios donde centenares de “setas” se desplegaban en el cielo, se convierten en tan frecuentes, que desde 1933 se incluían en todas las maniobras del Ejército Rojo, situación única en el mundo en aquella época. Tukhatchevski crea la primera brigada aerotransportada en diciembre de 1932 en Leningrado, mientras que el Komsomol (juventudes comunistas) y el Osoaviakhim (Sociedad para la promoción de la defensa, el desarrollo de la aviación y de la industria química de la URSS) inyectan en la juventud el “virus” paracaidista. El 1940 el Ejército Rojo dispone de seis brigadas de paracaidistas formadas por 3.000 hombres, 11 carros (T-40 o T-38) y cuatro cañones de 76 mm, 4 de 50 mm, 17 morteros. Cuando los alemanes atacan están completamente integradas en el seno de cinco enormes cuerpos aerotransportados de 10.419 hombres y 50 carros (tres brigadas por cuerpo).
´"Paracas" soviéticos a la espera de subir a su avión de transporte.
Fuente: http://europaenguerra1939-1945.blogspot ... ticas.html" onclick="window.open(this.href);return false;
Uploaded with ImageShack.us
Entre julio de 1941 y finales de 1942, las tropas aerotransportadas soviéticas son reorganizadas varias veces, signo este de una gran incertidumbre en cuanto a su utilización. Separadas de la tutela de la aviación, están sometidas a una administración específica (en ruso Воздушно-десантные войска, Vozdushno-Desantnye Vojska, VDV) dirigida por el mayor-general Glazounov y dependiendo directamente de Stalin. Estas tropas alcanzarán en 1943 a 200.000 hombres, repartidos en 16 divisiones aerotransportadas de la Guardia, teóricamente trasportables por dos regimientos aéreos y dos regimientos de planeadores. Contarán, así mismo en el orden de batalla, en octubre de 1944, un ejército aerotransportado de ¡Tres cuerpos y nueve divisiones!
Seguiré con el artículo en otro momento.
Fuente: Traducción y adaptación propias de un artículo de Jean Lopez, titulado “Los “paracas” rojos, el fiasco de una vanguardia” publicado en la revista Guerres et Histoire” nº 3
À bientôt